Los leones de Urkesh. Los clavos de fundación en las primeras ciudades de la Historia.

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León de Urkesh. Depósito de fundación. Mesopotamia, época del Tercer Imperio de Ur (siglo XXI a.C.). 
Los depósitos de fundación eran realizados por los reyes de Mesopotamia.

Clavo de fundación hurrita con la representación de un amenazador león, sedente y rugiente,  con sus temibles fauces abiertas y sus poderosas patas musculadas, en posición de alerta y ataque al mismo tiempo, como próximo a incorporarse para saltar. Su melena denota signo de virilidad y vigor sexual.

La figura del león se apoya sobre una tableta de Aram, también en bronce, que contiene doce líneas de escritura cuneiforme inscritas en el antiguo idioma hurrita, borradas y perdidas en su mayor parte. A su vez, la tabilla de Aram reposa sobre otra mayor, en piedra blanca caliza, con veinticinco líneas escritas, con la repetición del mismo texto, considerado el más antiguo conservado en este idioma. 

El texto dice:

"Tisatal, soberano (endan) de Urkesh, ha construido un templo al dios Nergal. A este templo que el dios Nudadag lo proteja. Que aquel que (él) destruyese, Nudadag (él) lo destruya; pueda su dios no escuchar su oración. Que la señora de Nagat; (el dios sol) Simiga y el dios de la tormenta (maldigan diez mil veces) quién lo destruyese."
 
El templo fue dedicado al dios Nergal, dios de los infiernos, quien tuvo en Babilonia al toro como símbolo de la representación de la fuerza agresiva. 

Algunos cultos de los hurritas se expandieron por su área de influencia, hasta la costa del Mediterráneo.

Los hurritas fueron un pueblo, ni semita, ni indoeuropeo, que aparece en las fuentes  mesopotámicas documentado sobre el 2.400 a.C. , cuyo territorio se expandió a los pies de los montes del Tauro y Zagros. 

Los hurritas acabaron adoptando la escritura y lenguas mesopotámicas, su cultura y costumbres, como la de depositar documentos de fundación en sus nuevas construcciones, como por ejemplo, en los templos.

En cambio, las patas traseras del león de Urkesh, conforman un grueso clavo.

El león, fue realizado en cobre, y la base es de piedra caliza.
La longitud de la pieza es de aproximadamente 12cm, y su altura de 8,5cm.
Fue adquirido como procedente de Amuda, frontera sirio-turca, aunque probablemente proceda de Tell Mozan, en el nordeste de Siria. 
 Foto: Musée du Louvre.

Los leones, en el Próximo Oriente, fueron los eternos guardianes del secreto de las magníficas puertas y pertenecias reales de los soberanos de Mesopotamia. Sus fauces rugientes y afiladas garras pretendieron mantener alejados y aterrados, a los enemigos de los reinos y los imperios. 
Símbolo del poder y emblema de la realeza por excelencia, desempeña una función protectora contra las influencias malignas. 
Animal solar, signo de virilidad y vigor, equiparado a las cualidades deseables de un gobernante mesopotámico. 
El simbolismo sagrado del león acompaña a la más alta jerarquía de la aristocracia oriental.

"De modo general (los leones) simbolizan el rejuvenecimiento del vigor que asegura la alternancia de la noche y el día, del esfuerzo y el reposo" Chevalier.
A veces, suelen representarse por parejas, como es el caso de los leones casi gemelos de Urkesh. El otro león muy parecido, se conserva en el Metropolitan de Nueva York. En la figura del león del museo norteamericano, la tablilla de piedra se ha perdido. Por consiguiente, se trataba de dos clavos de fundación gemelos, destinados a honrar la memoria del gobernante de la fundación o construcción del templo dedicado al dios infernal Nergal, de la ciudad de Urkesh.

Representación del dios Nergal con forma de espada, en el santuario Yazilikaya de los hititas, en Hattusa, Turquía. 
Foto: Klaus-Peter Simon.

El dios Nergal del mundo inferior, era venerado por los antiguos reyes de los hurritas. Los dioses invocados en las tablillas hurritas, se corresponden con dioses principales de su panteón oficial.

Las ciudades mesopotámicas constituyeron el centro político y religioso. Por lo tanto, los clavos fundacionales son auténticos documentos conservados de la Historia de la civilización, puesto que las primeras grandes ciudades se desarrollaron en Próximo Oriente.
"Cuando, en Egipto o Mesopotamia, los hombres construían templos monumentales o erigían estatuas, estaban descubriendo formas de expresión que no tenian precedentes. Estas innovaciones en el terreno artístico no constituyen sino uno de los aspectos de un cambio por el que las culturas prehistóricas se transformaron en las primeras grandes civilizaciones." Henri Frankfort.
 
"Parece que las ciudades y la cultura urbana se originaron en el Medio Oriente, y que las primeras urbes o metrópolis, opuestas a los pueblos y al campo crecieron cerca de los ríos Tigris y Eúfrates. Aparecieron como grandes asentamientos, quizá no muy poblados, pero fuertemente construidos y estructurados, en los que debían destacar palacios y templos cuya masa o cuyos pináculos quizá sobresalieran por encima del círculo imponente de las murallas almenadas. La fantasía se dispara al momento al evocar a la ciudad de Uruk, descrita en el Poema de Gilgamesh, que pronto será mitificada. Unas construcciones que dejaron una huella profunda en la mente de los nómadas de los poblados primitivos."
 
"Lo que se cuenta es que, en el origen la ciudad es un don divino, o incluso una creación divina. Desde luego, el prototipo de la ciudad es "la ciudad de dios", una ciudad celeste, descendida sobre la tierra, o que ha servido de modelo para la construcción de la ciudad de los hombres." 
Mites de fundació de ciutats al món antic (Mesopotàmia, Grècia i Roma). Actes del Col.loqui, M-II. Museu D'Arqueologia de Catalunya. Barcelona.
 
Los clavos de fundación serían depositados en el suelo, probablemente en el interior de pequeños ámbitos o celdas construidas en ladrillos, como parte sacra del misterio del santuario del templo, durante la construcción del edificio.

Los leones de Urkesh aparecen rugiendo para proteger la inscripción con la consagración del templo, impidiendo de éste modo mágico-religioso que el sagrado templo fuera destruido, tal y como solía acontecer en aquellos tiempos.


Clavo de fundación con uno de los dos leones de Urkesh, en el Metropolitan Museo de Nueva York. 
Foto: MET, NY.

"En nuestra memoria son las antiguas metrópolis que han desaparecido cubiertas por el polvo del desierto o por la invasión incontrolada de los asentamientos que les sucedieron. En realidad, tan sólo nos quedan algunas pobres piedras y los escasos textos que han sobrevivido a la debacle del mundo antiguo". Mites de fundació de ciutats al món antic (Mesopotàmia, Grècia i Roma). Actes del Col.loqui, M-II. Museu D'Arqueologia de Catalunya. Barcelona.

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