El rosetón gótico de Santa María del Mar de Barcelona. Una historia de una catedral popular en el barrio de la Ribera.

El rosetón gótico de Santa María de la Mar de Barcelona. El esfuerzo para recuperar el rosetón original del S. XIV, después del terrible terremoto de 1428. Historia, iconografía y simbolismo del gótico catalán.

"Durante los S. XIV y XV Barcelona fue un espacio privilegiado en el Mediterráneo para alentar una intensa creatividad que quedó plasmada en la arquitectura, la escultura y la pintura". Arola, Raimon; Cirlot, Victoria. Barcelona Gótica. Ed. Triangle, Barcelona.

"Durante la época gótica decae la pintura mural. Han desaparecido las superficies adecuadas. Las paredes están rasgadas por amplios ventanales y son éstos los que lucen polícromas vidrieras y ofrecen un nuevo espacio a la iconografía." Monreal y Tejada, Luis. Iconografía del Cristianismo. Ed. Acantilado.



"El rosetón del 1459 es obra de los maestros Pere Joan y Andreu Escuder, con cristales fabricados por Antoni Lunyi de Toulouse. Los otros vitrales y ojos de buey se fueron construyendo a través del tiempo y según las disponibilidades económicas. Basílica Santa Maria del Mar." 
http://www.santamariadelmarbarcelona.org

"Si mires a llevant, presenta l'imafront, foradat per la rosassa majestuosa, flanquejada per dos airosos i severs contraforts, cenyint la portalada major, que llueix una composició de sòbria riquesa escultòrica. La façana ve capçada per una neta ratlla a nivell, característica de la nostra arquitectura ogival. La colorada rossor de la pedra de Montjuïc, vella de sis centúries, retalla la blavor del cel mediterrani." Bonaventura Bassegoda i Amigó, Santa Maria de la Mar.
De su magnífica monografía, premiada el año 1923, por la Associació D'Arquitectes de Catalunya.
Foto color: Wikipedia / Foto B/N: B. Bassegoda.

El contexto

Hubo un tiempo en el que el Barrio de la Ribera fue el centro de la ciudad.
Alexandre Cirici, en su completa guía de Barcelona pam a pam, nos explicaba sobre la importancia del Barrio de la Ribera en la historia de la ciudad de Barcelona, donde fue urbanizada una majestuosa calle medieval, más ancha y más recta que otras, el carrer de Montcada, con los palacios de sólidos y sobrios exteriores, típicos de la arquitectura catalana, resultado del esplendor que inició la ciudad, por sus actividades marítimas, de las cuales surgieron nuevas y emergentes clases sociales urbanas, dispuestas a dejar constancia de su gran éxito y poder económico.
El testimonio más solemne e importante de aquella fuerza comercial de la ciudad medieval que permanece por los siglos, otorgando valor patrimonial a nuestra ciudad mediterránea, sin duda, fue la construcción de una amplia iglesia, Santa María de la Mar, erigida como una  "catedral de la Ribera", construida por el esfuerzo conjunto de la gente del mar.

Algunos elementos todavía muestran el esfuerzo de la participación de las clases más populares en los trabajos de Santa Maria del Mar,
como el del Gremio "dels macips de Ribera" o "bastaixos de Capçana". Foto: B. Bassegoda/Arxiu Mas.

Un camino al mar, su economía, el arte y las creencias de un pueblo 


La Barcelona medieval también fue un puerto de grandes comunicaciones, hecho que transformó su urbanismo.

Aquella gran iglesia, cercana al mar Mediterráneo, producto del esplendor que se inició en Barcelona, desde principios del año mil, que se elevó sobre la antigua capilla de la "sorra del mar" (de las arenas de la playa) de la mártir de la ciudad, Santa Eulàlia, fue dedicada a la Mare de Déu (Virgen María), en el contexto del gótico, una revolución cultural, expresada en el culto mariano, manifiesto de una floreciente burguesía que buscó la belleza y pureza de las formas naturales, coronando a la madre de dios en sus templos.

Anacronismo de 10 años en un documento histórico.
Lápida conmemorativa del portal de les Moreres en Santa Maria del Mar, Barcelona. La inscripción en catalán medieval, según el catedrático Joan Bassegoda i Nonell en su artículo "Esbós d'una història de sis segles":
"En nombre de la Santa Trinidad en honor de la Madona Sancta Maria comenzó la obra de esta iglesia el día de Sancta Maria de Marzo del año 1319 reinando Nanfós (Alfonso IV) por la gracia de Dios Rey de Aragón quien conquistó el Reino de Cerdeña". Foto: Marta Jordán Bonet.

Una inscripción en la puerta de les Moreres todavía da fe de ello, al informar a los historiadores sobre el año de la construcción de la ambiciosa obra, según contrato firmado entre los maestros de casas y los obreros en 1329, según la historiografía antigua, tomando como referencia la lápida de la puerta con una transcripción supuestamente errada que dio el año de 1319 (reinado de Jaume II) uno de aquellos reyes de la Corona de Aragón que promovieron la expansión por la Mediterránea, abriendo las puertas al totalitarismo de la siguiente edad histórica, la Moderna. Nos situamos a finales del feudalismo, cuando los reyes intentaron dominar a los antiguos condes feudales, controlando las baronías, a partir de alianzas matrimoniales, compras, herencias y algunos conflictos, pero la lápida nos nombra a su hijo como reinante, el sucesor de Jaume II, el rey Alfons IV, también rey de islas, como la Cerdeña de Italia, como reza la inscripción. Conocido como el "rei Benigne", de corto reinado, pero que abre de forma triunfal una crónica de Ramon Muntaner, con su coronación en Zaragoza.

La conciencia de una única familia entre Catalunya y Aragón aún no estaba borrada, pese a que ya habían transcurrido dos siglos bajo los reinantes de la Casa de Aragón, pues el último rey del Casal de Barcelona, Ramon Berenguer IV realizó la conocida unión dinástica, por intereses de  Estado, de ambos territorios, con un conveniente matrimonio con Petronella I de Aragón en el S.XII.

Muerto Alfons en Barcelona, su hijo, el siguiente rey (desde 1327), nacido en el castillo de Balaguer (Lleida, Catalunya), después del reinado de Alfons, quedó retratado en la Crónica, como Pere III de Catalunya, IV de Aragón y II de Valencia, con su idea de poder y justificación del Estado (conocido como Pere El Cerimoniòs o Pere del Punyalet) donde mediante un estilo autobiográfico, se mostró como el soberano ideal, protegido de la Providencia y rodeado de la estimación de sus vasallos.

Santa Maria y la mártir de Barcelona

En el año 877, siglos antes de la construcción de la Iglesia de Santa Maria de la Mar, contó la tradición que el obispo Frodoi descubrió los restos de la mártir de Barcelona, Santa Eulàlia, en la antigua iglesia de les Arenes.

Muy destacable fue el hecho, de que en el año 1339 (según la Crónica de Pere III el Cerimoniós) se realizara una solemne ceremonia que terminó en noble festín, con el traslado de los restos de Santa Eulàlia, contenidos en un arcón, con una procesión desde Santa Maria de la Mar, de las personalidades más poderosas de la época, con reyes, Pere III de Catalunya y Aragón,  Jaime II de Mallorca, infantes, la reina viuda catalana Elisenda de Montcada y las jerarquías de la Iglesia catalana, ante los caballeros y nobles llegados a la ciudad para el evento, para su traslado a la tumba de la capilla del altar de la Santa Cruz.

El impresionante rosetón

En la fachada principal de Santa Maria de la Mar se construyó un magnífico rosetón gótico, obra de arte de la arquitectura catalana, en el que aún podemos contemplar la bella escena de la Coronación de la Mare de Déu por la Santísima Trinidad, con todos los elementos iconográficos y simbólicos propios del culto en el Arte Gótico medieval catalán.

El rosetón actual corresponde a un esfuerzo reconstructivo, pues el anterior fue destruido por el terrible terremoto de 1428. La gran obra la realizó un autor de origen francés, de Toulouse, Antoni de Luinyi.

Un aciago destino, 02/02/1428. La tierra estremece Catalunya. El terremoto de la Candelera.

En el libro de Pere Joan Comes escrito en el S. XV aparece la mención al terremoto, en esta fuente histórica quedó el drama expresado, para su reconstrucción debemos viajar hasta un día señalado, la Fiesta de la Purificación de "Nosta Dona Santa Maria", aconteció en el mes de febrero, sobre las 8 de la mañana, cuando se notó una fuerte sacudida, media hora después, cuando las personas se encontraban en las iglesias parroquiales, celebrando la fiesta religiosa, bendiciendo cirios, volvió a sentirse un terrible temblor y estruendo que provocó la muerte de unas 25 personas (hombres, mujeres y niños)  por desprendimiento de bloques pétreos y también al intentar una última y desesperada huida, cayeron aplastados unos encima de los otros.

El terremoto alcanzó una intensidad de 9 y su magnitud fue de 6.5. Puesto que su epicentro se situó en el Pirineo catalán, produjo daños en Francia y en Catalunya. Considerado como el más intenso que ha sufrido Catalunya, con un total de 1.000 muertos estimados, llegando a exterminar a una población entera en Queralbs.

El rosetón. Iconografía y simbolismo

En el centro del rosetón se representaron tres figuras, en una disposición de triángulo invertido, mostrando el conocido tema  iconográfico de la Coronación de la Virgen.
En el centro aparece la Virgen con una túnica rosa y un manto azul, esta capa como atributo de soberanía y promesa de protección a los fieles. El manto de la Virgen se relaciona con la bóveda celeste. La figura con su rostro reconstruido tiene un ángulo inferior a las otras dos figuras.

El más joven a la izquierda representa el Hijo de Dios y el personaje anciano de la derecha (también su rostro ha sufrido una reconstrucción) es el Padre del Espíritu Santo, ambos vestidos con colores simbólicos, en rojo y verde. Aquellas dos figuras ostentan una posición sedente, mientras que la Madre de Dios permanece de rodillas, signo de respeto o sumisión.

Una paloma, símbolo del Espíritu Santo sobrevuela en la cabeza de la Virgen, sobre la mano del Hijo, quien corona a la Madre de Dios junto con el Padre.

La corona sagrada continuó siendo un símbolo muy arcaico del poder y la gloria. Convierte a la Virgen en la Reina de los Cielos, siendo la corona cristiana el símbolo de la recompensa gloriosa y la santidad.
Los reyes medievales fueron coronados por la Iglesia, por la vinculación de este poder fáctico con el Estado, rechazar tal tradición suponía un grave conflicto entre ambas partes: Iglesia y Rey, como protagonizó Pere III el Cerimoniós, que no aceptó la coronación del arzobispo, aconsejado por uno de sus nobles barones.
Por lo tanto la corona en la Edad Media, es un mediador  y nexo de unión entre dos mundos, el terrenal y el celestial.

Todo el conjunto tiene un simbolismo cósmico, ejemplificando un orden superior al terrenal. El rosetón es un Sol que irradia, con sus 24 rayos fulgurantes representados. La Virgen posee una Luna en sus rodillas, símbolo cósmico femenino, el opuesto al astro rey.

El fondo azul también es un color simbólico, utilizado para representar la bóveda celeste, con ángeles.

Hay un orden geométrico que se corresponde al Cosmos cristiano, mediante el empleo de círculos concéntricos, con los símbolos de los evangelistas, los 12 apóstoles , y una serie de santos y mártires, todos ellos, para glorificar el acto de la Coronación de la Virgen.

El esplendoroso y colorido rosetón consta de 121 aberturas.

El artista vidriero francés en colaboración con los maestros constructores catalanes realizó una obra soberbia y dicha obra de arte se construyó 32 años después del temible terremoto, lo que nos lleva a la reflexión final: tanto hombres como mujeres medievales, fueron capaces de renacer como Ave Fénix de los desastres, con esperanza, para reconstruir lo que ellos consideraron su mayor obra, el templo de sus creencias cristianas y un símbolo del esfuerzo popular, promovido por unas élites que gobernaron quienes quisieron plasmar en el Arte, su poder que emanaba del mandato divino.