La estela de los buitres. La estela del rey Eannatum de Lagash. Relieve en Mesopotamia.

La estela de los buitres. La estela del rey Eannatum de Lagash. Relieve en Mesopotamia.

La estela de los buitres está dedicada a la victoria de Eannatum, rey de Lagash sobre su rival Umma. Está grabada en piedra caliza y data del período de las dinastías arcaicas, alrededor del 2450 a. C. Fue descubierta durante las excavaciones de Tello (antiguo Girsu) por E. de Sarzec en 1881 (más un fragmento del Museo Británico).
Aunque considerada una de las estelas con características más primitivas del relieve sumerio, posee una grandeza monumental, constituyendo un documento histórico de valor excepcional.

El buitre, considerado entre todas las grandes aves, el rey de la Muerte, por su alimentación de la carroña, contiene el simbolismo de la descomposición para la obtención de la purificación, como un mago transmutador que se eleva hacia los cielos, con el oro del sol, transforma las materias orgánicas pútridas en una nueva vida, confiriendo la energía vital para asegurar un nuevo ciclo. El buitre fue relacionado con las altas jerarquías del Próximo Oriente.
En la estela, los buitres aparecen devorando a los enemigos derrotados y muertos por el ejército del rey Eannatum.
"Parcialmente reconstruida a partir de varios fragmentos encontrados en los restos de la ciudad sumeria de Girsu, esta estela de la victoria constituye el documento historiográfico más antiguo conocido. Una larga inscripción en lengua sumeria cuenta la historia del conflicto recurrente entre las ciudades-estado vecinas de Lagash y Umma, luego de la victoria de Eannatum, rey de Lagash. Su triunfo está ilustrado con gran detalle por la notable decoración en bajorrelieve que cubre ambos lados". Musée du Louvre.
La estela de Eannatum, conocida como La estela de los buitres no se ha conservado en su totalidad, a pesar de ello, está considerada por los expertos como un monumento de incomparable valor histórico, puesto que se trata del documento historiográfico más antiguo que se conoce en la actualidad.

Esta estela monumental fue esculpida por ambas caras, conteniendo inscripciones. 
La estela pertenece a la época dinástica Arcaica III. Mide de alto 1.80 m y 1.30 m de ancho. Actualmente se han conservado siete fragmentos. Sus relieves están mutilados.

Durante las primeras campañas de excavaciones realizadas en el sitio de Tello, se encontraron algunos de sus fragmentos esparcidos entre las ruinas de la ciudad sumeria de Girsu.

La estela de los buitres, conmemora, mediante la utilización del texto más las imágenes, la importante victoria obtenida por el rey de Lagash, Eannatum, sobre la ciudad vecina de Umma. Estas dos ciudades mantuvieron un estado de guerra permanente por la frontera entre ambas, dentro del contexto histórico de los conflictos entre las ciudades-estado mesopotámicas, durante los tiempos de las dinastías arcaicas.

"Ush, el ensi de Umma, se resistía a aceptar la frontera marcada desde tiempos anteriores, por lo que no dudó en lanzarse sobre Lagash, según cuentan los textos de Eannatum, con vistas a resolver la situación. Sin embargo, lo más probable es que la reacción de Ush contra Lagash fuese debida a una provocación del todopoderoso Eannatum quien, aprovechando su superioridad, expolió parte del territorio fronterizo que correspondía a Umma. Como respuesta a esta acción el rey de Umma rompió la estela de Mesalim e invadió el territorio de Lagash.
La victoria de Eannatum, sin embargo, no se hizo esperar. Diezmó a los ummaítas y depositó los cadáveres de 3.600 de sus enemigos bajo veinte enormes túmulos funerarios. Los habitantes de Umma, a la vista de este desastre, se rebelaron contra su rey Ush y le mataron. Su sucesor, Enekalle, se vio obligado a firmar la paz con Lagash, fijándose una nueva frontera delimitada por un gran foso y por distintas construcciones religiosas. La estela de Mesalim volvió a reponerse en su lugar.

En recuerdo de estos hechos, Eannatum hizo erigir otra estela, conocida en la Historia como la Estela de los buitres, donde en un largo texto, que completa la decoración de las escenas guerreras y religiosas, se narra la victoria de Lagash." Federico Lara Peinado.

La importante estela sumeria contiene varios registros, organizados por escenas, con algún desorden cronológico, y dos caras, reconocidas por los estudiosos, como un lado histórico, en representación de la acción de los hombres, y otro mitológico, en nombre de los dioses, cuya intervención divina, asegura el éxito militar de Eannatum, que también sufren muchas bajas, para mostrar la dureza de la guerra, quedando los cuerpos apilados al final de los registros.


Recomposición de la Estela de los buitres en el Musée du Louvre, que muestra ambos lados, el primero (anverso) con los registros mitológicos y el segundo (reverso) con la parte considerada histórica.
En el anverso o cara mitológica, se ilustra la intervención divina en la victoria del rey Eannatum; en esta parte destaca la figura del dios Ningirsu, el protector de la ciudad-estado de Lagash. El dios aparece con una gran red, en la que mantiene atrapados a los enemigos, mientras los golpea con su temible maza. La red está cerrada con el emblema de Imdugud, el águila con testa de león, atributo del dios Ningirsu.
"El resto del rostro "mitológico", muy incompleto, parece evocar la presencia junto al dios triunfante de una diosa, sin duda Nanshe, la esposa de Ningirsu, también asociada al águila leontocefálica. El registro inferior permite vislumbrar al dios en un carro, en compañía de la misma diosa.
La inscripción, después de haber glorificado la acción victoriosa de Eannatum, da paso a los juramentos realizados por los dos soberanos ante las grandes deidades del panteón. Habiendo reintegrado la Gu-edina dentro del territorio de Lagash, Eannatum delimita con Umma la frontera, sobre la cual se erige una estela. Pero el éxito del proyecto humano sólo puede lograrse mediante el favor divino; Por tanto, es a ella a quien se invoca para garantizar la sostenibilidad del nuevo orden de cosas:
"¡Que el hombre de Umma no cruce nunca la frontera de Ningirsu! ¡Que no altere la pendiente y la zanja! "¡No mueve la estela! Si cruza la frontera, que la gran red de Enlil, el rey del cielo y de la tierra, por quien prestó juramento, caiga sobre Umma". Musée du Louvre.

"El lado llamado "histórico" muestra, en el registro superior, al soberano de Lagash marchando al frente de su ejército. Eannatum se viste con la falda con mechas de lana llamadas kaunakes, parcialmente cubierto por una túnica de lana que pasa por encima del hombro izquierdo. Lleva el tocado con moño, prerrogativa de las figuras altas. Los soldados, también con cascos y armados con picas largas, avanzan en formación cerrada, protegiéndose unos a otros detrás de altos escudos rectangulares. El ejército triunfante de Lagash pisotea los cadáveres de los enemigos que un enjambre de buitres ha comenzado a despedazar, escena de la que la estela toma su nombre. 
La inscripción proclama:
"Eannatum golpeó a Umma. Rápidamente contó 3.600 cadáveres [...]. Yo, Eannatum, como una fuerte tormenta, desaté la tormenta". Museé du Louvre.

Fragmento de la Estela de Eannatum rey de Lagash. 
El rey Eannatum fue el nieto del fundador de la Dinastía I de la ciudad-estado sumeria de Lagash, el rey Ur-Nanshe. 
Eannatum reinó alrededor del año 2450 a.C. conduciendo la ciudad-estado de Lagash a lo más alto de su poder.
La estela encumbra el poder del soberano desde su nacimiento, al que le atribuye un origen y protección divina, puesto que Eannatum fue amamantado con la leche de la diosa Ninhursag.
Asegurando su poder y el apoyo de las divinidades fundadoras de la ciudad-estado, se vinculó de tal manera con los dioses, mediante la narración de sus sueños proféticos, comprometiéndose ante las divinidades, a luchar contra Umma, para obtener el control del poder sobre Gu-edina, el territorio fronterizo entre ambos estados rivales sumerios.
Foto: Musée du Louvre.


"Eannatum también empuña una larga pica y un arpa de hoja curva, un arma ceremonial. Está de pie sobre un carro de cuatro ruedas con un delantal frontal alto del que emergen jabalinas en un carcaj." Musée du Louvre.
"Yo, Eannatum, el poderoso, el llamado de Ningirsu, en el país [enemigo], con ira, que [ha sido] siempre, ¡lo proclamo! El príncipe de Umma, siempre que con sus tropas tendrá ¡comió la Gu-edina, el amado dominio de Ningirsu, que [éste] mata! ". Musée du Louvre.
"Tras Akurgal subirá al trono su hijo, Eannatum (2454 a. C. – 2425 a. C.). Su nacimiento aparece en las inscripciones propiciado por el dios Ningirsu que, enojado por la expropiación de su tierra por parte de Umma, engendra al gigante Eannatum. Será amamantado por la diosa Ninhursag, y recibirá el nombre de la diosa Inanna. Eannatum se presenta como la solución divina a la ocupación de la “tierra amada” de Ningirsu durante el reinado de Akurgal. (...)

La actividad bélica será una constante en su reinado, no sólo con su vecina y rival Umma, también con numerosas ciudades-estado del sur de Mesopotamia. A través de sus victorias militares, recogidas en las inscripciones, logró alcanzar la hegemonía de Lagash sobre Sumer." Daniel Rodríguez Poley (UOC).
 Estela de Eannatum, con la representación del segundo registro, en el que se mostró el desfile de la victoria de los soldados, quiénes marchan alineados en dos columnas detrás del rey.
Los soldados desfilan sobre un suelo de cadáveres, mientras los buitres acuden con la intención de devorar los restos de los enemigos.

Fragmento de la Estela de los buitres.
Foto Eric Gaba. 
"El tercer registro, muy fragmentario, ilustra las ceremonias fúnebres que llegan a cerrar el compromiso militar. Para enterrar los cadáveres amontonados de sus camaradas, los soldados de Lagash suben una escalera llevando una canasta llena de tierra sobre sus cabezas. Los animales, incluido un toro acostado de espaldas y atado, están listos para ser sacrificados mientras se realiza una libación sobre grandes jarrones con ramas de plantas". Musée du Louvre.
Fragmento de la Estela de los buitres, con los cadáveres amontonados.
Foto: Musée du Louvre.

"La Historia empieza en Sumer. Es decir, que se trata de la primera civilización del mundo, y no de una simple «cultura», como tantas hay escalonadas a lo largo de nuestra inmensa prehistoria, sino el resultado de todas estas «culturas» en progreso, su fruto más perfecto, la civilización, plena y auténtica, con la riqueza de vida, la perfección y la complejidad que implica: la organización social y política; el establecimiento de ciudades y de Estados; la creación de instituciones, de obligaciones y de derechos; la producción organizada de alimentos, de vestidos y de herramientas; la ordenación del comercio y de la circulación de los bienes de intercambio; la aparición de formas superiores y monumentales del arte; los comienzos del espíritu científico; finalmente, y en lugar principal, el invento prodigioso, y del que no se puede medir toda la importancia, de un sistema de escritura que permitía fijar y propagar el saber. Pues bien, todo esto fue creado e instaurado por los sumerios. Este enriquecimiento y esta organización admirables de la vida humana no aparecieron sino en el cuatro milenio antes de nuestra era y precisamente en el país de Sumer." S. N. Kramer.

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