Un símbolo humano en el bosque mediterráneo durante el Neolítico Final. La estatua menhir antropomorfa de ca L'Estrada (Canovelles. Barcelona, Catalunya).

Una forma humana petrificada del bosque mediterráneo durante el Megalitismo del Neolítico Final, desfigurada aposta y arrojada al agua de una antigua riera.
La fascinante estatua menhir antropomorfa de ca L'Estrada (Canovelles, comarca del Vallés Oriental, provincia de Barcelona).


"Con los hallazgos de las estatuas menhir de ca l'Estrada (2004), del Pla de les Pruneres (2009) y del conjunto escultórico de les Reguers de Seró (2007), el megalitismo catalán aporta las novedades más recientes y relevantes en cuanto al fenómeno europeo de la estatuaria antropomorfa del Neolítico Final. Es así como, Catalunya se sitúa en la primera línea de la investigación sobre el arte megalítico producido entre finales del IV milenio y IIIer milenio. Las representaciones antropomorfas catalanas se revelan como unas manifestaciones con carácter propio y singular que, no obstante, comparten rasgos y vínculos con otros grupos figurativos próximos, caso del de Rovergue o del Languedoc".
Moya i Garra, Andreu; Martínez Rodríguez, Pablo; Lopez Melción, Joan. CYPSELA, 18,2010.


"La estatuaria antropomorfa megalítica es, sin duda, uno de los fenómenos más singulares, sorprendentes, emblemáticos y sugerentes del Neolítico Final-Calcolítico".


Antropomorfo, del griego «ανθρωπος» «anthrōpos», «hombre», y «μορφη», «morphē», «forma».


Estatua menhir antropomorfa de ca L'Estrada. Museu de Granollers, Barcelona. 3.300-2.200 a.C.
Sus brazos estaban doblados hacia la parte frontal. De forma esquemática, se cuentan los cinco dedos de su mano que parecen agarrar un objeto, arma o cetro, siendo más probable, por paralelismos con las piezas francesas, que prenda una pieza de tela gruesa con pliegues. Muestra una capa y/o cabellos largos. 


Estatua-menhir de Mollet. Yacimiento del Pla de les Pruneres (Mollet del Vallès, Barcelona). En su ubicación del Parque de Can Mulà. Foto: Wikipedia.





Unos mágicos seres de piedra, reminiscencia de cultos primordiales a los elementos naturales:  tales como bosques y lluvias; a los antepasados: héroes o ancestros venerados, fueron hincados en la espesura de los bosques mediterráneos durante el IV al III milenio a. C , no con el fin de asustar a las personas, sino para mostrar respeto, adoración y aportar la experiencia del pasado. 

Las sociedades megalíticas del Neolítico (periodo prehistórico que vio la mayor transformación a todos los niveles de la humanidad) desarrollaron el arte megalítico.

Un símbolo, hito, eje, personaje, ente, todos aquellos elementos funcionan para explicar a nuestro misterioso menhir antropomorfo, puesto que no nos encontramos ante un "sencillo" menhir de forma fálica del megalitismo, ni una simple y "aburrida" piedra hincada, sino ante una auténtica estatua primigenia, cargada de representación y simbolismo, que nos proporciona valiosa información de aquellas sociedades extintas del Neolítico Final, de sus vestimentas, adornos, armas, atributos y símbolos. En definitiva, una representación artística y cultural, que podría tener hasta 5.500 años de antigüedad.

En Francia se conservan unas 120 esculturas menhir antropomorfas, que los prehistoriadores relacionan con la encontrada en Canovelles (Barcelona, Catalunya) en el 2004. Por lo tanto, contienen la misma idea de representación, siendo las francesas, especialmente las del grupo de la Rovergue, en l' Aveyron, Sudeste de Francia, las que establecen paralelismos sólidos con la pieza que nos ocupa.


Menhir escultura  antropomorfa conocida como la "Dama de Saint-Sernin" (Francia). La figura de tipo esquemática ostenta grandes collares encima de su pecho desnudo, sólo para uso femenino, no documentados para las figuras masculinas. También viste una faja envuelta de cinturón. Muestra sus curiosos tatuajes alrededor de la nariz . Posiciona los brazos doblados en su torso y se entrevén sus rectas piernas desnudas y pies.
Foto: Viquipèdia.







Esquema con la descripción de los elementos interpretados de las estelas menhir francesas. Imagen superior escultura femenina, imagen inferior escultura masculina, ambas con cara frontal y reverso, según los autores que las investigaron.



El yacimiento de ca l'Estrada ubicado en Canovelles (Vallés Oriental, provincia de Barcelona) es un área geográfica de tipo torrencial, subsidiaria del río Congost. 

El contexto arqueológico de la fase a la que pertenece la pieza, se corresponde con el Neolítico Final-Calcolítico, en Catalunya.

Foto: Tribuna d'Arqueologia 2016-2017 “El poblat neolític de Ca l'Estrada-2 (Canovelles, Vallès Oriental)” Generalitat de Catalunya.


La escultura menhir antropomorfa de ca l'Estrada fue encontrada con unas características únicas. Todo parecía indicar a los arqueólogos que su cara había sido desfigurada adrede, arrastrada la pieza entera y arrojada en una riera (paleocanal), es decir, fue considerada como una basura y lanzada al agua, junto con otros desperdicios, como fragmentos de cerámica del vaso campaniforme; una cultura que se extendió por Europa y también llegó a nuestras tierras. 

Aquellas comunidades posteriores a la escultura menhir, actuaron con una intención determinada. Para aquellos nuevos ocupantes de las tierras, donde presidió la estatua, y sus antiguos vecinos, no fue una pieza útil. 
Hasta que punto se trató de un caso de odio y destrucción de la imagen, de iconoclastas, por una transformación social y cultural, que conllevaría nuevas creencias y cultos, no es fácil de determinar. Lo cierto es que no les gustó la imagen, decidiendo que no tenía ninguna utilidad,  quizá inutilizando su efecto "mágico", partiendo su cara, tal y como realizaron otras culturas, lo tenemos documentado para los antiguos egipcios, quiénes destrozaban las caras de las momias de anteriores dinastías, cuando se producía una ruptura histórica, social y religiosa. Romper la cara con herramientas, aseguraba que aquel ente no pudiera tener una vida en el más allá, por venganza, o para evitar su regreso y perturbar a los nuevos amos, fueron también destruidas.


La estatua menhir antropomorfa de ca l'Estrada nos muestra las 3 dimensiones, fue realizada en gres, y tiene 93 cm de altura.

La técnica para su  realización consistió en picarla, después en realizar abrasiones o bajorrelieves.

Se aprecian algunos de sus elementos corporales, realizados con la técnica de positivo o de negativo.

La figura conservó dos caras o partes, la lateral , en la que todavía se aprecia la espalda y un brazo con mano , y la dorsal, con 6 líneas verticales que representan una capa o abrigo, similares a los documentados en el caso del Hombre de Ötzi, en los Alpes italianos. Encima de los pliegues de su gruesa ropa, probablemente una capa abrigo, aparecen unas lineas más finas que nos asemejan cabellos esquemáticos.



Reconstrucción que muestra las ropas del Hombre de Ötzi, con su grueso abrigo para soportar los fríos glaciales de los Alpes italianos.  Antigüedad ca. 5.300 años.


En el lado derecho de uno de los pliegues de su ropaje, se observó un círculo pequeño, de 3 cms de diámetro, que podría tratarse de otro tatuaje ritual. Igual que se aprecian líneas en su nariz, también interpretadas como posibles tatuajes o pinturas, lo más probable sería que se trataran de tatuajes tribales. Los prehistoriadores tienen documentada la costumbre de hombres y mujeres de realizarse pinturas y tatuajes, durante el Neolítico Final.

La excepcionalidad de la pieza, con respecto a los grupos franceses, reside en 4 misteriosas cazoletas en forma de cruz, sobre su cabeza. Las cazoletas en arqueología, suelen ir relacionadas con ritos en los que intervienen líquidos, en este caso se ha relacionado con un culto a la lluvia. También se han encontrado este tipo de cazoletas, en losas de dólmenes en Catalunya.

Este importante hallazgo realizado durante la campaña de excavaciones del año 2004, en una pequeña población de la provincia de Barcelona, sin duda, rescató de las entrañas de la tierra una joya de la prehistoria, a uno de aquellos extraordinarios seres de piedra.
Encontraron a un singular guía, el más sabio de nuestros bosques mediterráneos, al que se le confirió un aspecto humano, pero que fue creado para ser eterno. Aquí sigue, y de tal modo, debe continuar.








Bibliografía:

Fortó García, Abel; Martínez Rodríguez, Pablo; Muñoz Rufo, Vanessa. El jaciment arqueològic de Ca l'Estrada (Canovelles). Revista del Museo de Granollers LAURO nº 28, 2005.

Fortó García, Abel; Martínez Rodríguez, Pablo; Muñoz Rufo, Vanessa. L'estatua menhir antropomorfa de Ca l'Estrada. Revista COTA ZERO  nº 20, 2005.

Moya i Garra, Andreu;  Martínez Rodríguez, Pablo; López Melción, Joan B. Éssers de pedra. Les estàtues-menhirs i esteles antropomorfes de l'Art megalític de Catalunya.  Revista CYPSELA nº 18, 2010














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