Los pigmeos. Los hombrecillos de los clásicos.

Los pigmeos. Los hombrecillos de los clásicos.

Pigmeo luchando contra una grulla, representado en una cerámica ática del siglo V a.C.
Foto: MAN
El pigmeo está representado de forma cómica, como un pequeño ser regordete, con sus genitales exagerados.
Según la mitología clásica, los pigmeos declararon la guerra a las grullas. 
Según los mitos, estas aves volaban anualmente desde Escitia para atacar a los exóticos pigmeos. 

El origen de esta fábula griega de carácter agrario y épico, podría remontarse a los pueblos llamados pequinianos - unas etnias etíopes conformadas por personas de muy pequeña estatura, comparados con los griegos - según la tradición, acostumbradas en su vida cotidiana a espantar a las grullas migratorias que ocasionaban problemas a los agricultores; aunque realmente, hoy en día, esta magnífica ave es beneficiosa para la agricultura, por ser depredadora de pequeños animales.

Para este desigual combate simbólico, al mismo tiempo que satírico pero dramático, tan del gusto de los griegos, de hombrecillos salvajes contra animales, que evoca de forma simpática, el afán de los primeros hombres por el control de las fuerzas de naturaleza para propiciar la agricultura, los pigmeos lucharon con diversas armas, como palos y lanzas.

El resultado de esta guerra era que los pigmeos podían morir o quedar arruinados, pero a veces las grullas podían ser abatidas.


El tema de los Pigmeos luchando contra las grullas, aparece a partir del siglo VI a.C., por lo tanto son unas imágenes iconográficas que se remontan a la época arcaica.

Esta lucha constituyó un tema de moda en la iconografía, siendo representado en el mundo clásico, en las superficies, como por ejemplo pintado en las cerámicas, como decoración de temas mitológicos.
"Los Pigmeos, pueblo fabuloso que se creía existió en Tracia, eran hombres de la más pequeña estatura. A lo más tenían un codo de alto. Sus mujeres eran madres de familia a la edad de tres años y muy viejas a los ocho. Sus ciudades y sus casas estaban construidas con cáscaras de huevos; en el campo se retiraban en agujeros que hacían bajo tierra y cortaban los trigos con hachas como si se tratara de derribar una selva". Pierre Commelin. 
En la Ilíada de Homero se compara a los gritones troyanos con estas grandes aves que atacaban a los pigmeos, quizá una prueba de la antigüedad del mito griego, que parece anterior a la época clásica. En los poemas homéricos las grullas se asocian con otras aves migratorias, como cisnes y gansos.
Cerámica roja sin barniz del tipo rhyton del siglo V a.C. en forma de pigmeo que se mueve hacia la derecha, acarreando una grulla derrotada y muerta sobre su hombro izquierdo. El brazo derecho aparece doblado, reposando sobre un soporte. 
El pigmeo grotesco, es calvo y barbudo. Sus genitales también están muy resaltados, en relación a su tamaño corporal.
Foto: The British Museum. 
"Entre los símiles que versan sobre aves se ha convertido en tradicional dentro de la épica clásica el que trata sobre las grullas, aves llamativas, bellas, maravillosas, que por su carácter gregario, sus espectaculares migraciones, su sorprendente forma de volar, sus conmovedores graznidos, su relación mitológica con los pigmeos y otras características no menos peculiares y curiosas resultaban muy adecuadas para ser incluidas en una figura literaria cuyas funciones primordiales, entre otras no menos interesantes, son ilustrar aspectos concretos de la narración y embellecer el relato" Miguel Castillo Bejarano (UCM). 
"Los Pigmeos y los Arismaspios, pueden remontarse hasta la época arcaica. Los diminutos Pigmeos (Pygmaioi) vivían en algún lugar de África. Su pequeña estatura se indica en su nombre, que se refiere a la unidad griega de medida, el pygme (puño), que corresponde a la distancia entre el codo de un hombre y los nudillos. Se les menciona por primera vez en un símil dentro de la Ilíada, en la que los gritos de los guerreros troyanos en su avance se comparan con los emitidos por las grullas cuando parten huyendo del invierno: 
«entre graznidos vuelan hacia las corrientes del Océano, llevando a los pigmeos la muerte y la parca, y a través del aire les tienden maligna disputa". 
 Tanto si esta idea de batallas entre las grullas y los Pigmeos (que habrían sido más o menos de la misma talla) se tomó del folclore de la época o sencillamente pertenecía a la imaginación de Homero, sin duda se convirtió en una característica esencial y prevalente del acervo de los pigmeos". Robin Hard.
La explicación del odio entre estas hermosas aves y los pigmeos, la encontramos en el mito de la mujer pigmea conocida como Oinoe o Gerana, castigada por las diosas Artemis y Hera, quiénes por no rendirles culto, la convirtieron en una grulla o cigüena. El ave Oinoe revoloteaba desesperada sobre la ciudad de los pigmeos, en busca de su hijo menor Mopsos; entonces ellos agarraron sus bastones para ahuyentarla, causando una guerra permanente entre los hombrecillos y las grullas.

Algunas veces, los pigmeos pueden luchar montados en carneros o cabras.

Crónica de Nuremberg de 1493 (inicios de la Edad Moderna), con la representación del tema clásico de la lucha del pigmeo contra las grullas. El pigmeo con aspecto europeo, vestido anacrónicamente, en relación a la Antigüedad, con su vestimenta "medieval", como aconteció en las representaciones durante la Edad Media, blande con fuerza un garrote para aplastar a las amenazadoras grullas, mientras se protege con su escudo.


 Hércules y los pigmeos. Pintura renacentista de Dosso Dossi. El artista italiano representó el tema mitológico del episodio de Hércules. 
El héroe sufrió el ataque de una armada de pigmeos, mientras estaba dormido por el agotamiento de abatir con boxeo al gigante Anteo, en su ruta por el Norte de África, hacia las Hespérides. 
Los hombrecillos, adversarios de Hércules, se dividieron en dos bandos, unos atacaron las manos y otros su pies. El cuerpo de la batalla atacó su flanco izquierdo, y los arqueros rodearon sus pies. Finalmente, la reina atacó la cabeza de Hércules.
Hércules despertó, y al ver los hombrecillos no se lo tomó muy en serio, simplemente los envolvió con la piel del león, para a continuación conducirlos ante Euristeo, quién le había encargado los famosos doce trabajos, de camino a su hogar en Grecia, como una curiosidad.
Foto: Landesmuseum Joanneum.
"La mayor parte de los autores de Heródoto en adelante consideraban a los Pigmeos como un pueblo africano, aunque ahora sería imposible asegurar si los griegos llegaron a obtener alguna información sobre el pueblo real que se conoció por ese nombre a través de Egipto". Robin Hard.
 "Aunque en los geógrafos antiguos el pueblo
de los pigmeos pasa por ser fabuloso y mítico, toma probablemente algunos de
sus rasgos de ciertas poblaciones que existen
en realidad en el África central." Pierre Grimal.

Representación del tema iconográfico conocido como Paisaje nilótico, en la Casa del Doctor, en Pompeya (Italia). Fue reconocida por los expertos como una escena de pigmeos cazando. En realidad, es una escena más espiritual que naturalista, que quizá tenga relación con antiguos cultos egipcios, como los isíacos, que entraron en la civilización romana.

"Los pigmeos han inspirado el arte egiptizante.
Aparecían en los mosaicos y las pinturas,
en medio de una fauna nilótica, luchando
contra las aves y otros animales, atacando
a los cocodrilos y entregándose a actividades
humanas, que parodiaban por su fealdad
y su torpeza. En estas representaciones
aparecen caracterizados por la enormidad
de sus órganos sexuales". Pierre Grimal.


 El curioso mito de los pequeños y aguerridos pigmeos se convirtió en un clásico del mundo del Arte, no sólo para el Renacimiento italiano, sino llegando incluso a los tiempos contemporáneos, haciendo las delicias de las élites al Oeste de Europa.
Los artistas de todos los tiempos siempre encontraron inspiración en los mitos clásicos, sin duda, un reto para las mentes más inquietas y perfeccionistas.


Medallón o decoración en relieve enmarcada de forma circular de yeso en "intaglio" (grabado en hueco), con la representación clásica de la lucha del pigmeo contra la grulla, realizado con la técnica del estampado en molde, durante el siglo XIX.


«Cuando veas un gigante, examina antes la posición del 
sol; no vaya a ser la sombra de un pigmeo». Novalis.

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