Máscaras. El misterio de la transformación.

Máscaras. El misterio de la transformación.

Máscara con la representación del rostro de Xiuhtecuhtli, dios azteca del fuego.
Fue realizada en madera de cedro con recubrimiento de mosaico de pequeñas piezas de piedra turquesa. Para dar mayor impacto visual en la máscara, se utilizó nácar en los ojos. Al igual que la turquesa, ambos son elementos mágicos y protectores, muy apreciados desde tiempos ancestrales. Los párpados fueron dorados, siendo el oro el simbolismo solar por excelencia en todas las culturas del mundo a lo largo de la Historia.
La turquesa en las antiguas culturas centroamericanas tiene un simbolismo solar, relacionada con el fuego y el guerrero. El Sol, dios guerrero, cuando despierta con ardor, blande su arma , la serpiente de las turquesas, relacionada con el simbolismo del rayo, y expulsa del cielo a la luna y las estrellas.
La máscara evoca un rostro, realizando a su vez, una transformación para expresar el simbolismo solar y energético del proceso vital. Los dientes de la máscara originalmente fueron elaborados con conchas, sagradas evocadoras de la fecundidad femenina de las aguas, relacionadas con el dios de la luna y la muerte aztecas. La luna, de este modo - al igual que las conchas - quedó ligada a la tierra por las fuerzas cósmicas y sobrenaturales. En la actualidad, los dientes se muestran totalmente restaurados en un material plástico.
La parte interior de la máscara estaba pintada con cinabrio, el sulfuro rojo del mercurio, que en las antiguas culturas se relaciona con la muerte, puesto que las primitivas creencias confirieron a esta materia la inmortalidad.
Foto: The British Museum.

"Pués la máscara, particularmente en sus aspectos irreales y animales, es la cara divina y más especialmente la cara del sol, que atraviesa la radiación de la luz espiritual." Jean Chevalier.

La máscara, confección humana, presente en todas las culturas del mundo, oculta a los mortales, mostrando otra realidad: el misterio de los dioses y los ritos relacionados con ellos. Al mismo tiempo, que aporta la inmortalidad, confiere el poder, por lo tanto, reservada a las ceremonias de las élites. Siempre relacionada con las culturas tribales y lo primigenio. La máscara funciona como una receptora de las fuerzas telúricas y cósmicas, siendo el complemento de un ritual, puesto que nunca actúa sola, sino en consonancia con otros componentes: el chamán, o un grupo social dominante, como una casta sacerdotal, aristocracia y guerreros. Teniendo en cuenta que también forma parte de un conjunto de vestidos y elementos ceremoniales.

"Todas las transformaciones tienen algo de profundamente misterioso y de vergonzoso a la vez, puesto que lo equívoco y ambiguo se produce en el momento en que algo se modifica lo bastante para ser ya "otra cosa", pero aún sigue siendo lo que era." Juan-Eduardo Cirlot.

Máscara chilkat realizada en madera tallada y policromada, en 1880, Alaska. Los dientes son de nutria. Cruzan las mejillas representaciones de las ventosas del pulpo. 

La máscara representa a un chamán, mostrando todo el poder sobrenatural. Porta una especie de corona con los yeks o mediums. 

Los ancestrales chamanes, representantes de las creencias más antiguas del mundo, complementaron el poder de los jefes de las tribus, con el simbolismo de animales y hombres, siendo al mismo tiempo los primeros médicos y sacerdotes de la Humanidad. 

Sus funciones eran hereditarias y secretas. Narraban leyendas, cantaban y bailaban, domesticaban animales, dominaban los efectos de la meteorologia, las drogas, los cuerpos y las mentes de sus comunidades. 

Los chamanes solían usar en sus rituales máscaras. Las máscaras de complicado simbolismo, siempre en colecciones fuera de contexto (faltan complementos de vestuario ritual, etc.) ocultan y transforman, a la vez que canalizan las energías para la comunicación entre seres sobrenaturales y humanos. 

Foto: Dietrich Graf, Ethnologisches Museum Berlin.

Máscara femenina africana de la cultura subsahariana de los Bamana de Mali, realizada a principios del siglo XX, tallada en madera y metal, muestra unos rostros antropomorfos coronados por unas espigas y cuernos de antílope. Según los expertos, estas máscaras representan a las ocho semillas primordiales que utilizó dios para crear el universo. 

Las máscaras simbolizan la dualidad entre el eterno femenino y masculino, el equilibrio de la propia naturaleza, algo sagrado desde los inicios de la Humanidad.

Para los Bamana este simbolismo es representado con la numerologia, puesto que los números aparecen como contadores del misterio de la divinidad. El número tres, expresa la masculinidad; cuatro y ocho, la feminidad, siendo el dos, cinco y siete el símbolo de la androginia. Por lo tanto, esta máscara es femenina.

Esta máscara se utilizó en los bailes rituales.

La máscara contiene en sí misma mucho simbolismo, comportándose como una crisálida, interviene en la transformación de los misterios de la naturaleza.

Foto: The British Museum.

"La ocultación tiende a la transfiguración, a facilitar el traspaso de lo que se es a lo que se quiere ser; éste es su carácter mágico, tan presente en la máscara teatral griega como en la máscara religiosa africana u oceánica." Juan-Eduardo Cirlot.

Colgante de cadera, con la representación de una máscara, elaborada en marfil, de la cultura nigeriana de Benin. 

Esta máscara rinde tributo a la madre del Oba reinante. Curiosamente unas extrañas cabezas barbudas extranjeras, cual troncos de raíces, identificadas con los portugueses, emergen en la parte superior de la máscara, puesto que fue realizada a la llegada de los conquistadores, a modo de alianzas e intereses entre ellos, aunque prevalece la idea que los gobernantes africanos intentaron simbolizar un control sobre los portugueses. Después de la desaparición de aquellos antiguos reinos, los portugueses continuaron apareciendo en el arte de Benin.

Este tipo de adorno mágico-ritual, era utilizado por los reyes de Benin, los legendarios obas. Ubicadas en sus caderas, mientras realizaban sus bailes, en las ceremonias principales. 

Los especialistas creen que el rostro idealiza a Idia, la madre del Oba Esigie, que gobernó durante el siglo XVI.

En la parte superior de las órbitas aparecen cuatro marcas como atributos femeninos. Los hombres mostraron sólo tres.

La evocación que realizaron las máscaras muestra aquí también un sentido político, puesto que los reyes de Benin, enviaron a sus señores vasallos máscaras para la demostración de sometimiento a su autoridad.

Foto: The British Museum.

La primitiva máscara fue el atributo del teatro en la representación de las tragedias y comedias clásicas, en su aspecto más mítico; acompañó a las danzas más sagradas; sirvió de transmisor de las fuerzas sobrenaturales, de protector y de prestigio, como máscara funeraria en los enterramientos, confiriendo una imagen eterna al poderoso difunto, fijando su alma errante, al nacimiento en el otro mundo. Hasta llegar al simbolismo carnal de los libertinos y las damas de época, con la forma siempre demoníaca de la máscara carnavalesca de las hedonistas élites.

El minueto. Óleo de Giandomenico Tiepolo (1707-1804), pintor veneciano, con la temática del teatro veneciano de la "Commedia dell'arte". A partir de la representación del baile de máscaras, aquí protagonizados por los personajes teatrales de Pantaleón y Colombina, Tiepolo critica la decadencia hedonista de su época.

El baile de máscaras fue muy importante en la sociedad durante el siglo XVIII y XIX en Europa. 

Foto: Museu Nacional D'Art de Catalunya, Barcelona (MNAC).

La herencia ancestral, desde la Prehistoria a la Antigüedad, que pervivió en las recónditas tierras exóticas, durante el largo recorrido de las personas por los milenios, protagonizó uno de los más bellos fenómenos de la Humanidad, su universalidad, reflejada en la riqueza de las culturas y sus creencias.

La famosa máscara funeraria del último rey de la dinastía XVIII, Tutankamón, en el Museo de El Cairo, Egipto.

Foto: Mark Fisher.