Divinidades romanas de ultratumba. El mundo subterráneo de Plutón.

Divinidades romanas de ultratumba. El mundo subterráneo de Plutón.

Cabeza de Medusa marina romana en el British Museum.
Medusa fue una de las tres Gorgonas, hijas de los dioses marinos Forcis y Ceta, hermanas de las Greas, conocidas como las tres Viejas, y de las Fórcides. Según la mitología clásica, también fueron las hermanas del dragón de las Hespérides.
De las tres terribles hermanas, Medusa recibió el sobrenombre de "la Reina". Era la única Gorgona mortal, sus otras hermanas tenían la inmortalidad.
Las Gorgonas moraban en una isla en los límites occidentales del mundo, en la entrada del infierno, el Hades, como guardianas, impidiendo el acceso a los vivos.
Medusa era considerada un monstruo infernal; de aspecto horrible, poseía una cabeza redonda con serpientes por cabellos, grandes colmillos, alas doradas y afiladas garras de bronce. Cualquier hombre que la observara quedaría petrificado. El héroe griego Perseo logró matar a Medusa, siendo perseguido por sus rabiosas hermanas, finalmente pudo salvarse gracias al casco de invisibilidad que le había entregado el propio dios de los infiernos, Hades.

"Ante el mismo vestíbulo y en las bocas primeras del Orco, el Luto y las Cuitas de la venganza su cubil instalaron, y habitan los pálidos Morbos y la Senectud triste, y el Miedo y el Hambre mala consejera y la Pobreza torpe, figuras terribles a la vista, y la Muerte y la Fatiga; el Sopor además, pariente de la Muerte, y los malos Gozos de la mente, y en el umbral de enfrente, la Guerra mortal y los tálamos de hierro de las Euménides y la Discordia enfurecida enlazado su cabello de víboras con cintas ensangrentadas." Virgilio, Eneida (Libro VI).
"Y muchas visiones además de variadas fieras, los Centauros tienen sus establos en esta puerta y las Escilas biformes y Briareo el de cien brazos y de Lerna el horrísono monstruo, y la Quimera armada de llamas, Gorgonas y Harpías y la figura de la sombra de tres cuerpos." Virgilio, Eneida (Libro VI).
Busto de Virgilio en su tumba, el "Sepolcro di Virgilio" en el Parco Virgiliano a Piedigrotta (Nápoles, Italia). El gran poeta dejó inacabada su épica obra: la Eneida.
Foto: Armando Mancini.

El primer literato por excelencia del inframundo en occidente fue el gran poeta romano Virgilio (70-19 a.C.). En el libro VI de la Eneida, plasmó una visión infernal, constructora de una mitología clásica que ha perdurado en el tiempo, ejerciendo su influencia en todo el mundo del arte. Un mundo subterráneo, con una dimensión muy tenebrosa, repleta de almas errantes y fieras de pesadilla, recogidas de tradiciones antiguas, pero no sin ciertas innovaciones, tal como atribuyen los expertos,  al escritor de las letras de oro romanas. 
"la hidra de Lerna es un monstruo, hijo de Equidna, y cuyo padre es Tifón. Fue criada por Hera para que sirviese de prueba a Heracles. Se precisa que la diosa la crio debajo de un plátano, cerca de la fuente de Amimone. Se representa esta hidra como una serpiente de varias cabezas, cuyo número varía desde cinco o seis hasta cien, según los autores. A veces, incluso eran tenidas por cabezas humanas. El hálito que salía de sus fauces era sumamente mortal, hasta el punto de que quienquiera que se acercase, incluso mientras el monstruo dormía, moría infaliblemente. Devastaba también las cosechas y los ganados del país. Para combatirla, Heracles recurrió a flechas encendidas; pero también se dice que le cortó las cabezas con una harpe (especie de cimitarra). Le ayudó en esta hazaña su sobrino Yolao, ayuda tanto más necesaria cuanto que de cada cabeza cortada surgía otra nueva". Pierre Grimal (París, 1912-1996). 
El poeta incluyó sus miedos personales en su obra magna, como por ejemplo la vejez, siendo él mismo un anciano, o las guerras, reflejo del contexto político que le correspondió vivir a un intelectual de aquellos tiempos, la terrible transición entre la deseada República y la inevitable monarquía del Imperio Romano. Por lo tanto, para el escritor romano el inframundo es la morada donde residen todas las desgracias.

Este infierno grecorromano, fue visitado por el héroe troyano Eneas, hijo de la diosa del amor Afrodita, de quien los romanos pretendieron descender.

Virgilio equiparó el sueño a la muerte, considerada un sueño eterno, por ser un estado inconsciente, puesto que las almas que pululan por el reino sombrío del infierno, pueden hablar cuando son personajes, aunque la mayoría de ellas resultan perdidas.
Somnos, el sueño de la Muerte, velaba por las puertas infernales.

En este mundo oscuro, no reina siempre el silencio mortal. Resuenan incansables lamentos y gemidos de dolor, retumban por las grutas los horribles ladridos del perro monstruoso, el guardián Cancerbero, los escalofriantes sonidos de los fantasmas, con las cadenas que arrastran por el suelo, e incluso llegarán los sonidos de los graznidos de las aves.


Hércules y el Cancerbero. Representación barroca del artista español de la contrarreforma Francisco de Zurbarán. Museo del Prado, Madrid.
El Heracles griego (asimilado a Hércules romano) recibió la orden de realizar doce tremebundos trabajos. Euristeo envió al héroe a los infiernos; después de terroríficos encuentros y tareas, como dar sangre a los muertos, llegó ante la presencia del mismo dios Hades, a quién solicitó llevarse el monstruoso perro Can Cerbero (o Cancerbero). Hades aceptaría a cambio de que Hércules pudiera amansarlo sin utilizar sus armas, sólo su coraza y la piel del león. Heracles agarró a Cerbero por el cuello mientras su cola de escorpión no cesaba de picarle, hasta dominar y subirlo a la tierra como botín. Heracles surgió de la boca del infierno de Trecén; cuando Euristeo le vio llegar con el monstruo, se escondió en una jarra. Después, el héroe lo devolvería a su antiguo dueño infernal, Hades.

Cerbero el monstruo de muchas cabezas con apariencia perruna, cuyos padres fueron Equidna y Tifón, tuvo la misión de guardar las puertas del Hades. Su cuello estaba encrespado con serpientes. Los filósofos neoplatónicos utilizaron su figura alegórica como imagen del mal que reside en el interior de las personas.


Grabado del siglo XVIII con la imagen del inframundo clásico. En primer plano aparecen el barquero Caronte y el Can Cerbero en la entrada del Hades. En la gruta reina Plutón y su esposa Proserpina. E. Britannica.

La geografía del infierno clásico puede ser variada. Conteniendo lúgubres bosques de acceso al Erebo, tétricas y desoladas playas arenosas, lagunas negras, ciénagas hirvientes, ríos de fuego, y, sin embargo, contiene otra dimensión feliz, de aspecto más luminoso y agradable, con prados verdes y caballos jóvenes pastando, conocida como el Elíseo.

El dios que reina en este submundo es Plutón, el equivalente del dios griego Hades, del que toma todas las características. Según Séneca, Plutón es como Júpiter en su aspecto temible, cuando lanza sus rayos. 

Para los antiguos griegos Hades significó "el Invisible", el dios de los muertos. Como nadie osaba pronunciar su nombre, recibió el apodo de Plutón ("el Rico"). Sin duda, una referencia a las riquezas minerales del subsuelo, los mundos subterráneos de la tierra, entre los cuales se encontraba el reino de la muerte. También representando lo subterráneo y enterrado el símbolo de resurrección, en el sentido de la germinación y la metamorfosis de la vida, encaminada inexorablemente a la muerte. 
"Plutón, el "Rico" es un sobrenombre ritual de Hades, dios de los infiernos. Se le ha asimilado al dios latino "Dis Pater", que como él, era en su origen un dios agrario, porque toda clase de riqueza procede del suelo." Pierre Grimal (París, 1912-1996).
El barbudo Plutón,  de personalidad fuerte, conducirá un carro de caballos negros. 


Tabula de altar romano con la representación del carro de Plutón cometiendo el rapto de Proserpina. Época Antonina, siglo II d.C. (EC).

Su atributo será el árbol de la muerte por excelencia,  que durante tantos siglos expresó el dolor y la  tristeza por las pérdidas de los seres queridos : el ciprés. 

El mito de Plutón y su forzada esposa Proserpina, fue representado en la Hispania romana, en los relieves de los sarcófagos funerarios.
Dos sarcófagos romanos de Catalunya, muestran el tema mitológico conocido como el Rapto de Proserpina, uno de ellos conservado en el MAC (Museu d'Arqueologia de Catalunya) de Barcelona. El otro se encuentra en la Iglesia de Sant Fèlix de Girona. 


Detalle del Sarcófago romano con el tema del rapto de Proserpina por Plutón dios de los infiernos (MAC).

Los romanos creyeron que Proserpina fue raptada por Plutón y conducida en su carro, con el consentimiento del dios Mercurio. Este mito mostró la diferencia entre la luz y las tinieblas. La bella diosa romana Proserpina,  identificación de la alegre primavera,  fue el símbolo del resurgimiento de la vegetación,  después del yermo invierno. 


Representación en una tablilla votiva griega de Perséfone y Hades en su trono, portando los atributos que les identifican. El mito griego, como otros, será retomado con fuerza por la alta sociedad romana (Locri, Calabria. Museo Nazionale della Magna Grecia).
La diosa romana de los infiernos Proserpina, fue asimilada muy pronto a la Perséfone griega.
En sus orígenes se trataría de una divinidad relacionada con el mundo agrícola y la germinación. Su culto quedó introducido de forma oficial en el Dis Pater (asimilado a Hades) a mediados del siglo III a.C.

" Los hijos de cierto Valerio fueron atacados por el morbo. Su padre preguntó a los dioses que debía hacer para salvarlos. Los dioses le respondieron que debía descender, con sus hijos, por el curso del Tíber, hasta llegar a "Tarentum", y allí darles a beber agua del altar de Dis y Proserpina. Valerio comprendió que el oráculo le ordenaba trasladarse de Roma a Tarento, viaje que le resultaba muy fastidioso (...) Valerio cogió agua del Tíber, la dio a beber a sus hijos, y éstos quedaron curados." Pierre Grimal (París, 1912-1996).

Al reino de Plutón se accedería por una amplia puerta sólida con grandes columnas. En lo más profundo de este reino de los muertos, el Hades, tomando la forma de un insondable abismo de los infiernos,  como un agujero negro,  entre el cielo y la tierra,  se encontraba la morada de los condenados,  conocida a partir de los tiempos homéricos,  como el Tártaro,  cuyo nombre aterrará las mentes de los clásicos.  


Ilustración de Gustave Doré, "La Traversée du Styx", 1861.  Éstige era el río de los infiernos. Los griegos creyeron en sus propiedades mágicas, puesto que Aquiles fue sumergido en él con la intención de ser invencible.



La isla de los muertos III (1883). Antigua Galería Nacional de Berlín, del pintor simbolista Arnold Böcklin.
"Caronte es un genio del mundo infernal. Su misión es pasar las almas, a través de los pantanos del Aqueronte, hasta la orilla opuesta del río de los muertos; éstos, en pago, deben darle un óbolo. De ahí la costumbre de introducir una moneda en la boca del cadáver en el momento de enterrarlo. Se representa a Caronte como un viejo muy feo, de barba gris e hirsuta, vestido de harapos y con un sombrero redondo. Conduce la barca fúnebre, pero no rema; de ello se encargan las mismas almas. Se muestra con ellas tiránico y brutal, como un verdadero subalterno. Cuando Heracles descendió a los Infiernos, obligó a Caronte a pasarlo en su barca, y como éste se negara, el héroe se apoderó de la percha y le propinó tal paliza que el otro no tuvo más remedio que obedecer. Por otra parte, Caronte fue castigado luego por haber permitido que un viviente penetrase en el reino de los muertos; por ello estuvo un año encadenado."  Pierre Grimal (París, 1912-1996).
La mitología romana adquirió de las antiguas moiras griegas, la determinación de la muerte, ejecutada por tres temidas mujeres conocidas como las Parcas; divinidades romanas del Destino que a las órdenes de Zeus decidieron la muerte de los seres humanos. Provistas de siniestras herramientas femeninas: Cloto hilaba en su rueca los hilos del sino de los humanos, Lákesis hacía girar el huso, mientras la anciana Átropos, quizá la más temible de las parcas, cortaba con su tijera las vidas de los mortales.

Otros seres femeninos infernales fueron las furias romanas,  el equivalente de las vengadoras erinias griegas, que los etruscos convirtieron en las divinidades guardianas de ultratumba. Estos espíritus primitivos llegaron a ser muy populares en la antigua Roma. 
Los antiguos griegos representaron a las erinias como perros y serpientes,  por ser animales que relacionaron con el aspecto infernal. 




Las furias eran las hijas de Aqueronte y su esposa de la oscuridad,  la Noche.  Todavía, su nombre nos evoca su función en el panteón de los inmortales: hacer cumplir los castigos de los dioses, impuestos a los mortales. Simbolizando, la reparación de la moral romana,  puesto que estas divinidades infernales menores,  también eran las guardianas del honor de los clanes familiares,  vigilantes del rígido orden establecido. 

Las tres hermanas gorgonas (Esteno, Euríale y Medusa) eran unos monstruos griegos,  famosas por su atractivo cuerpo de mujer y horrendas cabezas pobladas de serpientes por cabellera. Estos demonios femeninos con alas y afilados dientes,  mataban a todos quienes las contemplaran. 


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