El ciclo tebano de Edipo.
El ciclo tebano de Edipo. Tebas, la mayor ciudad de la Beocia griega.
"Edipo es el protagonista de una de las leyendas más célebres de la literatura griega, después del ciclo troyano". Pierre Grimal (1912-1996). Importante historiador especialista en clásicas.
El ciclo tebano estaba compuesto de varios poemas muy antiguos de la Grecia Arcaica, transmitidos entre los siglos VIII y VII a.C. Su personaje principal era Edipo, en el contexto de la guerra entre los tebanos y los argivos (los caudillos de Argos).
No se han conservado más que unos fragmentos muy escasos de dichos poemas épicos, insuficientes. La idea, que prevalece entre los eruditos, es la de no poseer fuentes escritas originales, sin embargo todos los expertos creen en su existencia, pudiendo estudiarlos a partir de las tragedias griegas que recogen las antiguas tradiciones tebanas.
Todos los antepasados de Edipo fueron reyes de Tebas. Su madre Yocasta representó un papel muy importante en la leyenda.
Todos los antepasados de Edipo fueron reyes de Tebas. Su madre Yocasta representó un papel muy importante en la leyenda.
"El ciclo de mitos que tratan de la suerte de Tebas y su familia real es ciertamente tan antiguo como las historias que componen la Ilíada y la Odisea, pero llegaron hasta nosotros en gran parte a través de fuentes mucho más tardías. Mientras la fundación de Tebas es fundamentalmente conocida a través de autores romanos como el poeta Ovidio, las historias de Penteo y Edipo son narradas por los autores trágicos anteriores del siglo V: Esquilo, Sófocles y Eurípides." Dra. Lucilla Burn. Universidad de Cambridge, fue conservadora del Dpto. de Antigüedades Griegas y Romanas del British Museum.
Edipo fue víctima de su propio destino. El mito adquiere un carácter infanticida, cuando para escapar del mal augurio, en el cual se vaticinó que el hijo de Layo mataría a su padre y se casaría con su madre; Layo cogió a su hijo recién nacido y le perforó los tobillos con un clavo, por donde pasó una correa y de este modo quedó atado. La herida le produjo una tremenda inflamación que daría su nombre, Edipo, que significó "pie hinchado."
Otras versiones del mito, cuentan que el bebé fue lanzado al mar de la costa septentrional del Peloponeso, en el interior de una cesta, o abandonado en el monte Citerón, en las proximidades de Tebas. También existe una leyenda que relata que el niño fue expuesto en un contenedor de cerámica a la intemperie invernal.
Todas las versiones coinciden en que Edipo tuvo otro padre, Pólibo el rey de Corinto, quien le adoptó. Edipo crecería en la corte del rey, creyendo que Pólibo era su auténtico padre. Llegada la madurez viril, Edipo se enteraría que no eran sus progenitores verdaderos y, de este modo, abandonaría a sus padres putativos. Las fuentes recogen dos situaciones: Edipo fue en busca de unos caballos robados y encontró a Layo su verdadero padre (la versión más antigua) o aconteció durante una reyerta que le sería expuesto su verdadero origen. A partir de estos hechos, Edipo se dirigió hacia Delfos, al oráculo más importante de Grecia, el de Apolo délfico, para conocer la verdad sobre su nacimiento. Durante aquel viaje, Edipo encontró a su padre de sangre, Layo. El oráculo se cumplió; durante una riña con los sirvientes de Layo, Edipo, como un parricida, acabó matando a su auténtico padre.
En las fuentes parece como si Edipo no tuviera conciencia de su crimen, pensando que había matado a un pendenciero de forma justa, para aquellos tiempos; al desatarse una epidemia de peste en Tebas, Edipo rey se dirige otra vez al oráculo de Delfos, para buscar una solución. El oráculo le dice que no cesará la peste, hasta que encuentre el asesino de Layo y le destierre de la ciudad. Edipo sin conocer que se trataba de sí mismo, hace llamar a un gran adivino, Tiresias, quien decide no contarle la verdad, pero es muy presionado por Edipo y finalmente le expone los hechos. Edipo no le cree y sospecha que se trata de una conspiración en su contra. La incertidumbre y la tragedia van creciendo, hasta que Yocasta se suicida, al tener conocimiento del incesto cometido con su propio hijo. Edipo al conocer la noticia entra en un estado de locura y ciega sus propios ojos con unas agujas; a continuación parte hacia el destierro con la hija menor, Antígona, quien le guía en el camino en el Ática hasta el palacio del rey Teseo, héroe ateniense, donde muere Edipo, maldiciendo a sus hijos varones, nacidos del matrimonio con su madre la reina Yocasta.
Tebas fue la importante ciudad de la región griega de la Beocia, vecina de la región de la Ática, cuya capital Atenas, sólo distaba unos 50 kms de Tebas. La Beocia, no mucho mayor que el Ática, contuvo doce ciudades-estado independientes, que generalmente, resistieron victoriosas los intentos de dominación de Tebas, la mayor de ellas.
Otras versiones del mito, cuentan que el bebé fue lanzado al mar de la costa septentrional del Peloponeso, en el interior de una cesta, o abandonado en el monte Citerón, en las proximidades de Tebas. También existe una leyenda que relata que el niño fue expuesto en un contenedor de cerámica a la intemperie invernal.
Todas las versiones coinciden en que Edipo tuvo otro padre, Pólibo el rey de Corinto, quien le adoptó. Edipo crecería en la corte del rey, creyendo que Pólibo era su auténtico padre. Llegada la madurez viril, Edipo se enteraría que no eran sus progenitores verdaderos y, de este modo, abandonaría a sus padres putativos. Las fuentes recogen dos situaciones: Edipo fue en busca de unos caballos robados y encontró a Layo su verdadero padre (la versión más antigua) o aconteció durante una reyerta que le sería expuesto su verdadero origen. A partir de estos hechos, Edipo se dirigió hacia Delfos, al oráculo más importante de Grecia, el de Apolo délfico, para conocer la verdad sobre su nacimiento. Durante aquel viaje, Edipo encontró a su padre de sangre, Layo. El oráculo se cumplió; durante una riña con los sirvientes de Layo, Edipo, como un parricida, acabó matando a su auténtico padre.
En las fuentes parece como si Edipo no tuviera conciencia de su crimen, pensando que había matado a un pendenciero de forma justa, para aquellos tiempos; al desatarse una epidemia de peste en Tebas, Edipo rey se dirige otra vez al oráculo de Delfos, para buscar una solución. El oráculo le dice que no cesará la peste, hasta que encuentre el asesino de Layo y le destierre de la ciudad. Edipo sin conocer que se trataba de sí mismo, hace llamar a un gran adivino, Tiresias, quien decide no contarle la verdad, pero es muy presionado por Edipo y finalmente le expone los hechos. Edipo no le cree y sospecha que se trata de una conspiración en su contra. La incertidumbre y la tragedia van creciendo, hasta que Yocasta se suicida, al tener conocimiento del incesto cometido con su propio hijo. Edipo al conocer la noticia entra en un estado de locura y ciega sus propios ojos con unas agujas; a continuación parte hacia el destierro con la hija menor, Antígona, quien le guía en el camino en el Ática hasta el palacio del rey Teseo, héroe ateniense, donde muere Edipo, maldiciendo a sus hijos varones, nacidos del matrimonio con su madre la reina Yocasta.
Tebas fue la importante ciudad de la región griega de la Beocia, vecina de la región de la Ática, cuya capital Atenas, sólo distaba unos 50 kms de Tebas. La Beocia, no mucho mayor que el Ática, contuvo doce ciudades-estado independientes, que generalmente, resistieron victoriosas los intentos de dominación de Tebas, la mayor de ellas.
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Collar de oro encontrado en la necrópolis micénica de Tebas. S. XIV-XIII a.C. Foto: Museo Arqueológico de Tebas. |
Tebas fue sede de la civilización micénica, llegando a tener un palacio. A pesar de que Tebas fue demasiado reconstruida, ha proporcionado materiales arqueológicos valiosos en el emplazamiento del más antiguo de los palacios. Los especialistas pueden estudiar la sociedad micénica, a través de su veintena de tablillas en lineal B y otras inscripciones encontradas en sus vasos. De todos modos, se han encontrado pocas, en comparación con otros palacios como Cnosos y Pilos.
También, la Arqueología ha comprobado que Tebas sufrió una destrucción en la época micénica, causada por la Guerra de Tebas. Una reminiscencia muy antigua podría llegar desde las leyendas del ciclo tebano, que podría relacionarse con las guerras históricas, pero como todas las fuentes legendarias, contienen muchos anacronismos, como: el oráculo de Delfos, que creen sería posterior y el rey de Tebas Lábdaco, el supuesto abuelo de Edipo (durante el reinado de Lábdaco se desarrollaron las guerras por las fronteras entre Tebas y el rey ateniense Pandión, quinto rey legendario de Atenas) y otros personajes imaginarios y fantásticos (el más famoso, la Esfinge).
"El papel principal de Tebas es indiscutible y está incorporado en las tres características básicas de este poder palaciego. Tenía una espaciosa ciudadela, tumbas reales y un palacio con múltiples secciones y dependencias, y extensos archivos. Sus contactos financieros y culturales internos y extranjeros están corroborados por inscripciones y hallazgos. Construido sobre un asentamiento fértil y atractivo y, en última instancia, constituyó un robusto centro palaciego, capital de un gran territorio. A salvo en esta ciudadela, se convirtió lentamente en un poder militar y político que dominó el centro de Grecia y parece haber jugado un papel importante entre las grandes potencias contemporáneas (hititas, egipcios, asirios, sirios y palestinos)." Museo Arqueológico de Tebas.
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Ídolo femenino tebano en forma de campana, del tipo Oinochoe, perteneciente al último estilo Geométrico, realizado en terracota, del siglo VII a.C. Musée du Louvre. Foto: Wikimedia Commons |
Otro gran mito dramático fue recogido por Sófocles, Esquilo, Pausanias, Homero y Hesíodo, hizo referencia a una guerra épica de los argivos contra los tebanos, en la que Siete caudillos atacaron a Tebas. Según la mitología Tebas tuvo dos guerras, al igual que Troya. En el palacio de Cadmo, la Arqueología ha constatado la destrucción violenta, poco antes de la Guerra de Troya, como narraron las fuentes, los nombres de estos jefes enemigos fueron:
Adrasto: Hijo de Talao de Argos, quiso restablecer en el trono a sus yernos, organizando una expedición contra Tebas. Acudió a Atenas, a solicitar al rey Teseo ayuda para recuperar los cuerpos de los argivos caídos en la batalla contra Tebas, después enterrados en Eleusis. Según Pausanias, al perder a su hijo Egialeo, durante el regreso a Argos, muere de tristeza en Mégara. Otra versión posterior, contaba que ambos, padre e hijo murieron al arrojarse a una pira, siguiendo las órdenes del oráculo de Ápolo.
Anfiarao el adivino: Hijo de Edes, rey de Argos que reinó junto a su cuñado Adrasto. Fue considerado un héroe sanador y venerado en el oráculo de Oropo.
Hipomedonte: Hijo de Aristómaco, hermano de Adrasto. Supuestamente vivió en Lerna o en Micenas. El tebano Ísmaro le mató.
Capaneo: Hijo de Hipónoo, participó en la guerra contra Tebas, dirigida por Adrasto. Valiente guerrero, fue el primero que subió, mediante una escalera, por la torre de la ciudad de Tebas, pero Zeus le fulminó con un rayo. Su cadáver fue recuperado, como era costumbre en los guerreros griegos, e incinerado según los ritos en Argos, mientras su esposa Evadne se arrojaba viva a la pira con él.
Polinices de Tebas: Hijo fruto del incesto de Edipo y Yocasta. Maldito por su cegado padre. Se cumplió la maldición de Edipo, los dos hermanos: Polinices y Eteocles, se mataron entre ellos, en una de las puertas de Tebas.
Tideo de Calidonia: Hijo de Eneo, rey de Calidón, atacó la puerta Prótide, defendida por el tebano Melanipo. Acabó en el exilio en Argos.
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