Los piratas del Mediterráneo Antiguo. El mito de Dioniso.


Los piratas del Mediterráneo Antiguo. El mito de Dioniso.

Mosaico romano norteafricano del siglo II d.C. con la representación de Dioniso, reconocible por la corona de vides, su capa de color característica azafrán rosado, y la pantera leopardo, enfrentándose con los piratas, mientras los transforma en delfines, excepto al timonel Acetes (Acoetes, lat.). Museo Nacional Bardo de Túnez. 

"Ellos, asombrándose, de los remos en el golpe persisten
y las velas bajan, y con geminada ayuda correr intentan.
Impiden hiedras los remos y con su nexo recurvo
serpean y con grávidos corimbos separan las velas.
Él, de racimadas uvas su frente circundado,
agita su velada asta de pampíneas frondas;
del cual alrededor, tigres y apariencias inanes de linces,
y de pintas panteras yacen los fieros cuerpos.
Fuera saltaron los hombres, bien si esto la insania hizo
o si el temor, y el primero Medón a negrecer empezó
por el cuerpo y en una prominente curvatura de su espina a doblarse
empieza. A éste Licabas: «¿En qué portentos», dijo,
«te tornas?», y anchas las comisuras y encorvada del que hablaba
la nariz era y escama su piel endurecida sacaba
Mas Libis, que se resistían, mientras quiere revolver los remos,
a un espacio breve atrás saltar sus manos vio, y que ellas
ya no eran manos, que ya aletas podían llamarse.
Otro, a las enroscadas cuerdas deseando echar los brazos,
brazos no tenía y, recorvado, con un trunco cuerpo
a las olas saltó: falcada en lo postrero su cola es,
cuales de la demediada luna se curvan los cuernos.
Por todos lados dan saltos y con su mucha aspersión todo rocían
y emergen otra vez y regresan bajo las superficies de nuevo
y de un coro en la apariencia juegan y retozones lanzan
sus cuerpos y el recibido mar por sus anchas narinas exhalan.
De hace poco veinte -pues tantos la balsa aquella llevaba-
quedaba solo yo: pávido y helado"
Ovidio, Metamorfosis. Traducción A. Pérez Vega (Biblioteca Digital Cervantes).







"Después, (Dioniso) quiso el dios pasar a Naxos, para lo cual contrató los servicios de unos piratas tirrenos, pidiéndoles que lo embarcasen en sus naves y lo condujesen a dicha isla. Pero los piratas, fingiendo aceptar el trato, pusieron rumbo al Asia, con la idea de vender a su pasajero como esclavo. Cuando Dioniso se dio cuenta, transformó los remos en serpientes, llenó el barco de hiedra e hizo que resonaran flautas invisibles. Paralizó la nave entre enramadas de parra, de tal modo que los piratas, enloquecidos, se precipitaron al mar, convirtiéndose en delfines, lo cual explica que los delfines sean amigos de los hombres y se esfuercen por salvarlos en los naufragios, puesto que son piratas arrepentidos. En este momento, el poder de Dioniso fue reconocido por todo el mundo". Pierre Grimal.

"El Himno homérico a Dioniso cuenta como unos piratas tirrenos quisieron raptarlo y lo apresaron en su barco. Entonces el dios obra un súbito milagro: el barco se cubre de vides y pámpanos y lo envuelve la oscura y verde hiedra, cuyos brotes trepan entrelazados al mástil, rezuma el vino por doquier, Dioniso aparece como un rugiente león, y el capitán de los piratas cae destrozado por la fiera, mientras los demás saltan al mar donde se metamorfosean en delfines." Rene Martin

Dioniso, el dios embriagado, de la viña y el vino (asimilado a Baco) era el hijo del propio Zeus y de una mortal tebana, Sémele. Aún siendo clasificado como la segunda generación de los Olímpicos, los mitos relativos a este dios, que se muestra cruel y poderoso en sus actos vengativos, abanderado de los griegos, incluso de lo popular, por su relación con el vino y la bacanal, son de vital importancia para la Historia del Mediterráneo Antiguo.
Dioniso es un dios muy antiguo pues su nombre aparece en las tablillas micénicas. Su aspecto estrafalario, asiático, ni propiamente griego, recuerda al viajero, al comerciante, evocador de las grandes rutas comerciales del vino. Al mismo tiempo es el provocador de las masacres a los tiranos desobedientes.
Dioniso, el devorador de carne cruda, ambiguo y salvaje como el toro y las panteras, convierte a sus hermosas seguidoras en descuartizadoras rituales, pero al mismo tiempo les otorga la libertad irracional de los impulsos, relacionada con el culto a la Madre Tierra, la vegetación fértil y en particular, la vid.

Foto: Máscara chipriota de Dioniso. The MET Museum. 
Dioniso fue considerado el dios patrón del teatro y el promotor de la danza alocada.

Dioniso realizó un viaje épico por el Mediterráneo Oriental, superando sus límites, llegando a la región del sureste europeo, la Tracia (Bulgaria) y desde allí pasando incluso a la India. El dios del vino portaba un ejército, y, de retorno a Grecia, visitó la Beocia, tierra de su madre, en la Grecia Occidental. En la ciudad de Tebas, introdujo la práctica ritual de las bacanales, fiestas en las cuales, las mujeres delirantes y místicas recorrieron las campiñas, profiriendo gritos en honor al dios. Se atribuye a Dioniso la locura embriagadora, que podía causar la muerte a los reyes de estados que se opusieran a sus cultos por considerarlos peligrosos o invasivos. Enloqueció a las hijas del rey Preto y a todas las mujeres de su reino, quiénes empezaron a recorrer alocadas los campos, mugiendo como vacas y devorando a sus propios hijos. Fue entonces, cuando Dioniso llegó a Naxos contratando los servicios de los piratas tirrenos, protagonistas del mito del dios y la transformación de los piratas en delfines. 
Los historiadores creen que los piratas tirrenos o tirsenios no eran griegos, sino que pertenecían a otros pueblos, quizá relacionados o descendientes de los etruscos.
"Entonces allí vinieron rápidamente sobre el chispeante mar los piratas tirsenios en un barco con buenas cubiertas; un destino miserable les engañó". Himno Homérico a Dioniso.
El mito parece encerrar aspectos políticos y económicos, como la talasocracia sobre otros pueblos, con el control de los reyes, para el dominio del Mediterráneo. Los griegos adecuaron la literatura a sus intereses y engrandecimiento.
En su viaje a Asia, montado en un carro conducido por panteras, ornado con pámpanos y hiedra, la ancestral diosa madre Cibeles le inició en los misterios, adquiriendo entonces su culto las características de una religión exótica y mistérica. Pero de regreso a la península griega del Ática, al llegar a la importante ciudad de Tebas, encontró oposición del apuesto rey Penteo, de orígenes espartanos, hijo de la diosa Harmonía, que fue descuartizado por sus propias familiares, bajo la locura provocada por Dioniso, después Dioniso alcanzó el Olimpo y su categoría divina.
También un episodio relata su viaje a los infiernos. Dioniso sufrió la ira de los celos de Hera, la esposa de Zeus. Por lo tanto, el dios representa la ambivalencia del vino, a la vez remedio, y droga, en su aspecto negativo.

"El Mediterráneo actual es la masa residual de las aguas del Tetis, que se remonta prácticamente a los orígenes del globo". F. Braudel

El Mar Mediterráneo, el segundo mayor de la Tierra, después del Caribe, es un mar muy antiguo, cuna de grandes civilizaciones. Los expertos creen que en la Antigüedad estuvo conformado por muchos más "mares" dominado por poderes políticos autónomos. 

"En realidad el rasgo principal del destino de este Mare Internum (Mar Mediterráneo) es estar inmerso en el más amplio conjunto de tierras emergidas que pueda haber en el mundo: el grandioso, el «gigantesco continente unitario», euroafroasiático, como un planeta por el que todo circuló precozmente. Los hombres han encontrado en estos tres continentes soldados el gran escenario de su historia universal, en el que se desarrollaron sus intercambios decisivos." Henry A. Ormerod.

Foto: Isla de Tasos (Grecia). G. Haubold. 
Dioniso apareció en varias monedas griegas, y una de ellas se acuñó en la isla de Tasos.

La historia de la piratería en el Mediterráneo se remonta a los tiempos en los que las personas emprendieron la navegación, en el contexto del comercio y las ansias bélicas de las conquistas. Los piratas quedaron documentados desde la Edad de los Metales, en la Prehistoria, principalmente en la Edad de Bronce.

Los temibles Pueblos del Mar, en sucesivas oleadas, usaron la piratería para enfrentarse y vencer a los principales imperios del antiguo Próximo Oriente, excepto Egipto, que aunque nunca volvería a su anterior esplendor, consiguió una victoria, que rememoró para la posteridad, de forma propagandística, el poderoso rey Ramsés III. Imagen: Batalla del Delta. Templo de Medinet Habu, Tebas.
"Desde los tiempos en que, por vez primera, el hombre se hizo navegante, la piratería y el asalto no fueron sino uno más de tantos medios de vida como el mar le brindaba". Henry A. Ormerod.

La piratería en la Antigüedad tuvo un gran desarrollo en el Mediterráneo Oriental, con episodios muy frecuentes, incluidos en muchos de los mitos griegos, como símbolo del dominio griego sobre este codiciado mar, fuente de recursos, generador de las grandes rutas comerciales, puesto que, una vez la Humanidad alcanzó el conocimiento de la navegación y su incipiente tecnología naval, los piratas, en muchas ocasiones, aliados de poderosos estados, atacaron a los navíos comerciales, para competir y robar los productos valiosos, conseguir los botines, traficar con esclavos o solicitar rescates a cambio de la vida de los personajes del momento.
"los piratas traficaban con personas, víctimas inocentes de secuestros que eran vendidas como esclavas." V. Davis Hanson
Las mismas raíces del nombre "piratería" provienen del griego antiguo πειράομαι, o peiráomai cuyo significado puede interpretarse como intento de apoderarse de los bienes de otros, para beneficio personal. La palabra se transformaría en πειράομαι, o peiráomai, o peiratēs (piratas) en el sentido de bandidos del mar.

Cerámica ática de figuras negras, 520 A.C. procedente de Cervereti en la costa del Mar Tirreno, con la representación de una nave de guerra. Foto: Leagros Group.

"En los tiempos primitivos de la navegación, el marino estaba obligado a mantenerse al arrimo de la costa; de manera que, cuando era imposible avanzar por falta de viento o vientos contrarios le empujaban en otra dirección, pudiera refugiarse en ella durante la noche. Si trataban de cruzar el mar, tenían que hacerlo necesariamente por rutas determinadas que les permitían mantener siempre el litoral a la vista, avanzando por entre las islas y siguiendo canales bien conocidos. Apenas podían ocultar sus movimientos; los vientos dominantes durante ciertas estaciones orientaban todo el comercio hacia las mismas rutas. Sabedor el corsario de esta circunstancia, aprovechaba, al igual que el cretense de Homero , los cinco días favorables para hacer el viaje desde Creta e ir al asalto de las costas egipcias o abordar los barcos mercantes que hacían la misma travesía". Henry A. Ormerod.

La geografía del Mar Mediterráneo, con su litoral rocoso de perfil abrupto, fácil de proteger, con islotes, escondites, ensenadas y bahías, propició la extensión de la piratería. Aquellas costas salvajes tomadas por los piratas no propiciaban grandes poblaciones. Las regiones mediterráneas más temidas por sus piratas en la Antigüedad fueron, Cilicia (Anatolia), Liguria (Génova) o Iliria (Balcanes).

La tierra donde surgían los piratas no era fértil, sólo podían dedicarse a la caza, pillaje, o a ser mercenarios, era más rentable pasar al mar, siendo el Mediterráneo Antiguo la principal zona de comunicaciones.
Muchos de los pecios de la Antigüedad no sufrieron su catástrofe y hundimiento por las tempestades, sino por el ataque de piratas.

Reconstrucción de trirremes griegos. Proyecto Perseus.

"Si tenemos en cuenta que la piratería ha sido durante siglos algo del todo habitual en el Mediterráneo, podremos advertir entonces la enorme influencia que ha ejercido en la vida de la Antigüedad". Henry A. Ormerod.


Comentarios

Entradas populares de este blog

El rosetón gótico de Santa María del Mar de Barcelona. Una historia de una catedral popular en el barrio de la Ribera.

Divinidades romanas de ultratumba. El mundo subterráneo de Plutón.

El puerto de Barcelona en la Baja Edad Media. S.XV