Las últimas matronas romanas. La historia de las ascetas. El mundo de Melania la Joven.




Las últimas matronas romanas. La historia de las ascetas. El mundo de Melania la Joven


Miniatura con la representación de Santa Melania la Joven, vestida con su atuendo de monja, procedente del manuscrito iluminado conocido como el Menologium del emperador bizantino Basilio II, del Siglo XI. Esta obra funcionó como un libro litúrgico, conteniendo el calendario y santoral de la Iglesia ortodoxa oriental. Actualmente conservado en la Biblioteca Vaticana.

Melania la Joven fue una alta aristócrata romana cristiana nacida en el año 383 d.C., de probable origen hispano, del Bajo Imperio Romano. Considerada una de las mujeres más ricas de su tiempo, pues según las fuentes, fue una gran propietaria terrateniente agrícola, con prósperas y hermosas fincas establecidas en muchas provincias del Imperio, en Hispania (al norte del río Ebro), Campania, Sicília, África, Mauritania y Britania.

Recibe este sobrenombre para diferenciarse de su abuela, también dama de grandes conocimientos de la aristocracia senatorial, conocida como Melania la Vieja. El padre de Melania la Joven fue Valerio Publicola, hijo de Melania la Vieja.

"En esta época, las familias senatoriales hispanas fueron las que proporcionaron las figuras más significaticas en la literatura, historia, administración, Iglesia." José María Blázquez.

Tanto Melania la Joven como su abuela, habían contraído matrimonio muy jóvenes, como era costumbre en la sociedad romana, puesto que la fertilidad, la supervivencia en los partos y las criaturas, junto con la esperanza de vida de las mujeres, podían ser muy breves, en relación a las nuestras actuales. A la edad de catorce años, Melania la Joven se casaría con su primo de diecisiete años, Valerio Piniano, quién era hijo de un gran cargo senatorial romano.

La abuela de Melania la Joven participó de las actividades de las intelectuales romanas.

" En la antigua capital del Imperio, un grupo de la más alta aristocracia romana practicaba el ascetismo, en el palacio del Aventino. En Roma brotó un ascetismo practicado por nobles romanas intelectuales, que estudiaban la Biblia, y despertó en ellas un vivo deseo por visitar los lugares mencionados en las Sagradas Escrituras." José María Blázquez.

La vida de la rica Melania, tampoco fue tan fácil, porque una vez casada, la familia de su esposo quiso apoderarse de sus bienes. Para conservarlos, tuvo que rogar a la emperatriz Serena y al emperador Honorio, logrando que emitiera un edicto para su venta y entrega para el beneficio de los esposos, Valerio y Melania. En agradecimiento algunos ingresos de dichos bienes fueron donados como limosna. Uno de los graves problemas sociales que enfrentaba el emperador era la mísera condición de las clases populares, debido a las duras políticas de recaudaciones de los emperadores desde la crisis del siglo III, las revueltas y los ataques de los bárbaros. Algunos bárbaros e incluso sirios, habían llegado a lo más elevado del poder en Roma.

"Los ascetas (y las ascetas) del Bajo Imperio solían proceder de las clases ricas y cultas de la sociedad romana de Occidente". José María Blázquez.

Arte bizantino. Díptico de Estilicón, placa de marfil esculpida con la representación de Honorio, Serena, la sobrina del emperador Teodosio, junto a su hijo Euquerio. Principios del siglo V.

Estilicón fue cónsul sobre el año 400 d.C. 

Serena luce unos gruesos collares de piedras preciosas o perlas, con el peinado del recogido alto con moño, y las ricas vestiduras propias de las damas de la aristocracia. 

Las grandes damas hacían ostentación de su riqueza luciendo perlas procedentes del mar Rojo, y una amplia gama de piedras preciosas, como verdes esmeraldas, rubíes rojos y jacintos azules.  

Melania tuvo dos hijos pero murieron en seguida. Cuando los esposos eran veinteañeros se convirtieron en ascetas.

Las primeras cristianas hispanas veneraron a  las mujeres sabias y ancianas de sus comunidades, como se ha podido documentar en las excavaciones de la necrópolis tardorromana de Tarraco.

"A la edad de catorce años se casó con un primo que tenía diecisiete años, hijo del antiguo prefecto de Roma, Valerio Piniano. Melania tuvo dos hijos que murieron muy niños. Los esposos decidieron hacer voto de castidad y dedicarse a practicar el ascetismo. Cuando se dedicaron a la vida ascética, Melania tenía veinte años y su esposo veinticuatro. Pronto surgieron graves problemas para consagrarse al ascetismo". Real Academia de la Historia.

 El principal autor de los textos antiguos para el estudio de Valeria la Joven, sin duda fue Geroncio, por ser coétaneo y un cercano colaborador de la dama romana.

Otra fuente para su estudio fue el monje de Jerusalén, Jerónimo. Un copista sabio, enamorado de los libros, que conservó una biblioteca en el desierto. Éste monje estudió, entre otras, una importante disciplina, que había encumbrado a las altas magistraturas del Bajo Imperio Romano, la retórica. Aquí nació el gran poder de la Iglesia, que consitió en atesorar, proteger y transmitir el conocimiento, para terminar  convertiéndose en los grandes oradores, al nivel de los más altos senadores romanos del mundo clásico. Un logro para su expansión posterior.

"la Vita latina Sanctae Melaniae Iunioris, llena de datos de gran relevancia que ocupan varios ámbitos de la época y a los que alude su autor, Geroncio, religioso contemporáneo de la protagonista y de los hechos que en ella narra. Melania es una figura femenina que sobresale y que aún representa a una vieja aristocracia senatorial bajoimperial, en un momento decisivo en el que este rango divulga modelos de comportamiento cristiano a partir de mujeres realmente influyentes en los ámbitos de la política, la religión y cultura. Partiendo de un marco teórico en torno a la mujer en la Iglesia primitiva." Dialnet sobre la tesis de O, Carrasson Torrontegui (UPV).

"Geroncio, además de su biógrafo fue miembro de su séquito y acompañante en sus viajes. Su proximidad a Melania fue tal que llegaría a heredar su patrimonio, dirigiendo durante cuarenta y cinco años los monasterios fundados por la joven, y llegando a proclamarse él mismo en sus obras de forma explícita "sucesor de Melania". S. Martín González (UCM).

"Con la conversión del emperador Constantino al cristianismo en el siglo IV finalizaron las persecuciones y, con ellas, el martirio. En los años posteriores, los nuevos protagonistas de la religión cristiana fueron los ascetas egipcios y sirios, quienes renunciaban a la prosperidad y los vínculos familiares para buscar la perfección en la soledad del desierto." O. Carrasson Torrontegui (Universidad del País Vasco).

Según el catedrático español José María Blázquez, gran investigador de las religiones antiguas de la Península Ibérica, en sus relaciones económicas, sociales y culturales, con las élites que las promovieron y expandieron, en el Bajo Imperio Romano, la aristocracia romana, adoptó el ascetismo cristiano, más bien, como una moda ostentosa, pues no renunciaron completamente a su vida lujosa, sino que adoptaron una apariencia, como un disfraz, para destacar entre las élites sociales e intelectuales, aspecto exótico que ofreció el Cristianismo, con sus ascetas del desierto.
Al mismo tiempo, la Iglesia primitiva logró controlar algunos aspectos descritos como escabrosos de las matronas romanas paganas, y Melania, estaba entre ellas. Si bien es cierto que vendió y donó sus propiedades, en una supuesta y propagandística austeridad,  fundando los primeros monasterios cristianos. 
En definitiva, podemos ver como la Iglesia "amansó" a aquellas  matronas romanas cristianas, aún de costumbres paganas, grandes propietarias, relacionadas con las familias senatoriales más importantes, y éste esfuerzo de los padres de la Iglesia, culminó con la figura del emperador Constantino, con la siguiente generación de grandes damas santificadas, figura puente entre Oriente y Occidente, entre el paganismo y el cristianismo.
 
Los autores del cristianismo atacaron las costumbres paganas de los primeros cristianos, reprochando que no acudieran a los templos cristianos, y prefirieran, en cambio, las diversiones del teatro, vistas como escuelas del vicio, o el circo aún peor, como los antiguos mataderos de los mártires. Los espectáculos de danza y alegres músicos también empezaron a caer en la condenación de la Iglesia primitiva.

Mosaico bizantino de Teodora, santa de la iglesia ortodoxa. Basílica de San Vitale. Siglo VI d.C de Rávena, ciudad dónde se culminaría el proyecto de la Iglesia primitiva, convirtiéndose en la religión oficial del cristianismo imperial (Imperio Romano de Oriente). 
La emperatriz bizantina Teodora, aparece ataviada con el máximo lujo, coronada por perlas y gemas preciosas, imagen que nos evoca a las antiguas matronas romanas cristianas, que no debieron diferir mucho en cuanto a pomposidad. 
 
La austeridad de los ascetas no convenció a las élites del poder en la Antigüedad, sin embargo, la aristocracia romana obtuvo gran reconocimiento social, mediante la veneración a las personalidades santificadas, y la promoción de obras de caridad, contribuyendo a su expansión y consolidación, al otorgar grandes donaciones a la Iglesia.

"Su biógrafo menciona los países a los que envió limosnas: a Mesopotamia, a Siria, a Palestina, a Egipto y a la Pentápolis. El contemporáneo Palladio, en su Historia Lausiaca (LXI), que recoge vidas de ascetas, menciona algunas cantidades enviadas como limosnas, que son fabulosas: diez mil monedas a Egipto y a la Tebaida; la misma cantidad a Antioquía; quince mil monedas a Palestina, a las iglesias de las islas y a los condenados en las cárceles; diez mil monedas a otras iglesias de Occidente. También socorrió los monasterios de monjes y de vírgenes, proporcionándoles las monedas de oro suficientes". Real Academia de la Historia.
 
Las primeras mujeres del cristianismo romanas, no eran pobres, sino todo lo contrario, sus extraordinarias riquezas, nos hablan de ellas. 
Melania poseyó grandes y lujosas fincas y villas, sin igual en todo el imperio romano, con bosques de animales salvajes y piscinas con miradores a sus tierras y al mar, que evocan una vida magnífica. Aunque los arqueólogos nunca han conseguido identificarlas, se conoce que estuvo relacionada, entre otras zonas de Hispania,  con la capital imperial Tarraco, pues allí las fuentes señalan muchas propiedades cercanas, y dónde también en esta capital encontramos a los primeros cristianos, e incluso a vírgenes vivientes consagradas de las comunidades egipcias, que quizá llegaran a influenciar el gran complejo paleocristiano de Egara (Terrassa, Barcelona), uno de los más importantes conservado. 
Hemos de tener presente que el cristianismo entró en el Imperio Romano como una religión exótica, desde Próximo Oriente y por supuesto Egipto y Norte de África.
 
Dibujo de Hugo Prades. Reconstrucción del conjunto monumental de Centcelles (Tarragona). MNAT.
Según José María Blázquez podría haber sido una de las propiedades similares a las de Melania la Joven. Puesto que la aristocracia romana residió con frecuencia en fincas a las afueras de las ciudades importantes, como fue la imperial Tarraco (actual ciudad de Tarragona, en Catalunya).
Las damas vivían con sus familiares, deudos y servidumbre.
En los espacios domésticos se consumía carne, pescado y se bebía abundante vino, especialmente en los banquetes que gustaban tanto a las aristócratas romanas. Otra de sus actividades favoritas, eran los baños y para ellos, la caza, como ha documentado la arqueologia en este magnífico complejo tardorromano bien conservado de Centcelles, que todavía encierra muchas incógnitas.
"Geroncio nos dice también  que sus bienes muebles eran tan cuantiosos que no se podían contar. Las fortunas alcanzadas por las más poderosas famílias de Roma, a las que alude Olimpiodoro eran muy inferiores a las de Melania y su esposo." J. María Blázquez.
Parece que aquellas mujeres cristianas, se acompañaban de una comitiva de esclavos eunucos y vírgenes, gustando de grandes banquetes "dionisíacos", en los que participaron algunos monjes libres, no pertenecientes aún a algún cenobio, disfrutando los eventos paganos, con cacerías y luchas entre hombres y animales. Avanzando una época donde se inicia una división entre la Iglesia, quién condenando los típicos entretenimientos de las élites bajoimperiales, también pretende alcanzar el control moralizante y homogéneo, para crear un nuevo mundo cristiano, bien administrado y dirigido, que se prolongará hasta el inicio de la Edad Media europea, donde la mujer será santificada, en su castidad y obediencia, a dios en los cielos, y al esposo en la tierra. Pero también, un complejo mundo social, de contrastes y contrarios, donde la mujer alcanza el poder económico, siendo venerada y representada en los principales edificios religiosos y estatales.
 
Las grandes matronas romanas de los primeros cristianos eran extremadamente presumidas;  las hemos de imaginar muy bellas y acicaladas, con coloretes fuertes y carmín en los labios, vestidas de sedas entretejidas en hilos de oro y plata, con bordados, adornadas de coronas o diademas con gemas preciosas en sus rizados y altos peinados, elaborados por sus esclavas, con vistosos y ténues velos de los que descolgaban mechones de cabellos, para otorgar mayor sensualidad, los zapatos bien lujosos y delicados que atraían las miradas de los pretendientes y amantes. Aquellas matronas ricas y pomposas, habían alcanzado un grado de libertad personal, por sus riquezas, que la Iglesia condenó. Podían divorciarse y cambiar a su viejo marido aburrido, por un esclavo liberto, joven y musculoso; vivir cómodas y felices con sus amigos o familiares próximos, en residencias escogidas a su gusto personal,  organizando los festejos, con total libertad.
Toda esta belleza y gusto por los cosméticos, la moda ostentosa y los divertimentos de las aristócratas romanas, asustó a aquellos intelectuales y personalidades de la Iglesia primitiva, quiénes siempre critican en sus textos, aquel hedonismo caprichoso de la coquetería, de herencia pagana.
 
Imagen: "El poeta favorito" obra de Sir Lawrence Alma Tadema. 1888. El hedonismo victoriano recreó el ideal de la belleza del mundo clásico.

Los textos explican como las matronas no quieren dormir en colchones de lana, y apilan varios de las más suaves plumas. Las aristócratas poseen arcones repletos de los más valiosos atuendos, donando algunos vestidos a las iglesias para adecuarlos como ricos paños  para cubrir altares. Donar aquellos vestidos joya era una gran donación, pues eran muy costosos. Otras veces, ellas se tornan ascetas y dejan sus vestidos ensuciar y desgastar, asemejando extraños harapos, que lucen excéntricas, con orgullo de casta, practicando en apariencia la caridad y la austeridad, ante otras damas, aunque se  acompañen por sus esclavas, siguen con sus habitaciones llenas de bienes y arcones repletos de vestidos. Las matronas se reúnen y exclaman su vocación intelectual. Conocen a los autores clásicos y las nuevas cristianas demuestran ser personas muy cultivadas.
 
Imagen: Obra del artista italiano Luigi Bazzani. Pintor e ilustrador del siglo XIX, con la reconstrucción del estanque para recoger agua, el impluvium romano. Dos damas de clase alta conversan en el atrio, bajo el tejado de doble vertiente, mientras otra mujer, posiblemente a su servicio, recoge agua para el consumo doméstico. 
Las domus o casas de la gente acomodada de Roma estaban equipadas con las máximas comodidades del momento. En el Bajo Imperio se configuraban como pequeñas ciudades, con fuentes y diversos baños. Poseían incluso templos, hipódromos y foros.
Las villas hispanas bajoimperiales, al igual que las romanas,  estaban pavimentadas con mosaicos, en las salas centrales y las habitaciones. 
Otra gran zona de las villas era dedicada al negocio de la explotación agraria, con prensas de aceite o vino, almacenes y molinos.
Las esclavas domésticas peinaban, vestían y se ocupaban de todas las tareas. Las mujeres de clase alta disfrutaban su ocio, vestidas de seda. En sus espacios reservados del ámbito femenino, atesoraban frasquitos con ungüentos y maquillaje, para su embellecimiento personal.
 
Aún más difíciles que las matronas casadas, podían ser las viudas, cuyo número aumentó, desde la crisis del Imperio Romano, más indomables, al carecer del control patriarcal, siendo más condenadas y perseguidas con atención por la incipiente moralidad cristiana de la Antigüedad.
La devoción y entrega de los bienes de Melania fue recompensada por la Iglesia, al convertirla en vida en abadesa, de tal modo, su poderío económico quedaría para siempre ejemplar, con su imagen de mujer asceta, copista, focalizada en la buena administración de la Iglesia, como la primera gran donante de la Iglesia primitiva. Melania fue santificada, no ya como mártir, sino como benefactora magnánima, ejemplo a seguir para las siguientes emperatrices bizantinas. La Iglesia necesitaba crecer económicamente.
 



El poder económico, hasta cultural de la mujer, no era del alcance para todas, pero en las élites nunca desaparece, tan sólo se transformó en otra realidad histórica. Las primeras comunidades monásticas femeninas, orientaron su esfuerzo en la administración de sus tierras y en transferir el conocimiento, tal y como, entendieron, era necesario, en la educación de las futuras damas nobles. 
 
Melania la Joven se vió envuelta en una tempestad al viajar de Italia a África, en el cual los marinos culparon a la ira de dios. 
Ante dicha adversidad mortal, Melania ordenó desembarcar en la isla de las Lípari, que estaban invadidas por los bárbaros, quiénes habían atrapado como cautivos a las personalidades de la ciudad, junto con las mujeres y las criaturas. Los bárbaros amenzaban con asesinarlos a todos y destruir la ciudad, sino se recibía el rescate de oro. Melania y su esposo acudieron ante el desesperado obispo de la ciudad, para ayudarles, entregando una cantidad de dinero, pues la que solicitaban los bárbaros era desmesurada para el obispo. Entregaron pan a los hambrientos isleños y además pagaron 500 monedas de oro para el rescate de una dama de alcurnia. 
Como expone Blázquez, ya desde mediados del siglo III d.C. el Mediterráneo parece tomado por piratas y bárbaros.
 
El Imperio Romano de Occidente fue "víctima" de su diversidad social. Los bárbaros hacía siglos que habían penetrado en sus capitales, llegando a ser los máximos dirigentes y capitanes de los ejércitos romanos, a su vez, recompensados por algunos de los emperadores, en detrimento de los cargos políticos del senado, mientras las matronas romanas, de la aristocracia senatorial, enemigas de los bárbaros, huyeron, bien protegidas, a otra vida, diferente, en los cenobios femeninos. 
Desde la crisis del Imperio Romano de Occidente del siglo III d.C. la clase senatorial romana y sus envidiados privilegios, fueron víctima de complot de los nuevos poderes provinciales y militares, que llegaron a provocar revueltas populares entre las clases  medias y más desfavorecidas, promoviendo asesinatos de líderes. 
La austeridad y el ascetismo no fue sólo una devoción, estaríamos optando por una visión simplista e inocente, sino probablemente una solución de carácter populista a los problemas derivados del colapso del Imperio Romano de Occidente. 
Hemos de preguntarnos si el ascetismo, no fue más bien parte de la estrategia de la Iglesia, inclinada a promover una imagen de austeridad y renuncia de los ascetas, para no provocar más a las clases populares, con la pretensión de apaciguar las miserias provocadas por la crisis y la política de las recaudaciones imperiales, y al mismo tiempo, acaparar las riquezas de la última aristocracia senatorial romana.
Los tiempos habían cambiado para siempre.
Según las fuentes Melania la Joven al final de su vida, tan sólo poseía 50 monedas que donó a un obispo. Melania falleció en la ciudad celestial del cristianismo, Jerusalén en el año 439 d.C. 
 
Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén (Israel). Foto: J.Lascar.
 
Las cristianas y los cristianos son peregrinos por devoción. Jerusalén fue la ciudad venerada de muchas religiones, entre ellos los cristianos, quiénes la visitaron a partir del siglo IV, para rendir sus cultos. Incluso las emperatrices acudían a esta peligrosa peregrinación, como Santa Helena y su búsqueda de la Santa Cruz, madre de Constantino I. Fue el emperador romano de Oriente Constantino quién construyó los lugares santos cristianos, como la iglesia del Santo Sepulcro.
Ésta fue la historia de las últimas matronas romanas, el colapso de una civilización, y el nacimiento de Constantinopla (Bizancio, 330-1453). Aunque de hecho, el Imperio Romano no cayó, sino que se transformó en otra administración más compleja.

"El Imperio romano existió desde el siglo I hasta mediados del XV. Y sólo a partir del 800 se le puede llamar Imperio romano de Oriente, a causa de la fundación de otro Imperio romano en Occidente." Vasilev
 
 Icono posiblemente de estilo historicista neobizantino, con la representación de Melania La Joven.




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