Los viajeros romanos. Los templos y sus tesoros

Los viajeros romanos. Los templos y sus tesoros. Una visión de los templos romanos.

Los primeros viajeros romanos se encaminaron hacia los santuarios y los templos, en aquellos complejos sagrados podían satisfacer sus inquietudes, contemplar las bellezas que solían custodiar y por supuesto, expresar sus creencias.
Aunque la península Itálica poseyera famosos santuarios y templos, los viajeros se encaminaron a todos los puntos de los territorios relacionados con el poder de Roma: El templo de Apolo de Grineo en Asia Menor; el Templo de Poseidón en la isla de Tenos; incluso  el templo de Hierápolis en Siria; en este último se atesoraba botín procedente de la India.
Los peregrinos consideraron estos edificios como los más hermosos y majestuosos, muy reconocidos por su antigüedad o su celebridad.
La primera sensación que tendrían aquellos romanos al acceder a un recinto religioso era la majestuosidad del conjunto y amplitud. Los templos se ubicaban en lugares elevados y magníficos.
Los recintos contenían innumerables maravillas que un viajero deseaba contemplar, como canales, parques con jardines, y cercados con animales sagrados (gansos y otros). Además contaban con edificios complementarios que otorgaban más grandeza al complejo.

Restos del basamento del templo circular (tholos) en mármol blanco en Cnido (Caria, Anatolia).
Luciano describe el  famoso templo de Afrodita en Cnido como un lugar de esplendorosa belleza, con gran densidad de árboles frutales, parras con uvas y otros árboles muy apreciados (cipreses, laureles, etc.) cubiertos de hiedra que proporcionaban sombra a los viajeros, mientras escuchaban el incesante canto de las cigarras, cómodos en sus asientos para las celebraciones religiosas, como los festines.
Creen que en este espacio se ubicaría la hermosa escultura de la Afrodita de Praxíteles del S. IV a.C.
Foto: Wikipedia/ T. Gaigé


Escultura de la Afrodita de Cnido. Copia romana en mármol. Museo de Altemps de Roma.
Muy admirada por su belleza en la Antigüedad como describe Plinio el Viejo.
Foto: Wikipedia 


Los templos disponían de unos espacios que a modo de museos atesoraban las obras de valor y bibliotecas, para la custodia del conocimiento de la Historia y de las Ciencias.

En los templos se entregaban las ofrendas, entre ellas se incluyeron objetos curiosos y lujosos, esculturas y exvotos donados por los visitantes o depositados para su exhibición.

En los templos de Roma, Atenas, Olimpia, los visitantes podían contemplar las más bellas pinturas y esculturas.

Los personajes más ilustres donaron colecciones de gemas a los templos de Roma: Pompeyo regaló al Capitolio la colección de piedras preciosas del rey Mitrídates y Julio César, para honrar su linaje, donó seis colecciones de gemas al Templo de Venus.

Una inscripción de los tiempos de Cicerón, en el Templo de Juno en Malta, narraba algunas curiosidades referentes a extraños objetos conservados en los templos, como unos colmillos de elefante robados para el rey Masinia. En este templo se guardó marfil y objetos realizados en este material.
En el templo de Diana de Tifatina (Capua) se exhibió un cráneo de elefante.
La tradición cuenta que hasta los tiempos de las Guerras Numantinas, se conservó la piel y las mandíbulas de una serpiente gigantesca muerta durante las Guerras Púnicas, con las catapultas en el río Bagradas, según ellos de 36 m.
La obsesión por las serpientes, llegó hasta Adriano quien exhibió una serpiente india en el Templo de Zeus Olímpico en Atenas.
Pieles de osos, cocodrilos, serpientes, fueron algunas de las rarezas que se podrían encontrar en los templos romanos.
También se guardaban herramientas importantes (como unas tenazas de dentista, encontradas en el Templo de Apolo de Delfos), herraduras y objetos históricos de valor que pertenecieron a personajes ilustres de la historia romana: la espada ofrendada a Vitelio  del Templo de Marte de Julio César. Las dagas que asesinaron líderes eran custodiadas y recogidas por otros personajes con ansia de conjuras criminales, como en el caso de Escevino, en la conjura contra Nerón, que se llevó un puñal del templo de la Fortuna para asesinar al emperador, y que él propio Nerón ofrendó después de salvar su vida, al Templo Capitolino con una dedicatoria a Júpiter Vengador.


Detalle del bajorelieve del Arco de Marco Aurelio,  con la representación de un sacrificio de agradecimiento ante la victoria del emperador Marco Aurelio en las Guerras Marcomanas, contra los pueblos germánicos.Constituye la única imagen conocida del Templo de Júpiter en el Capitolio. S. II d.C. Wikipedia / Museo Capitolino de Roma

Los emperadores realizaron ceremonias religiosas en sus templos del panteón oficial. Augusto realizaba ofrendas en los cinco templos de Roma (Templo capitolino de Júpiter, Templo del Divino César, Templo de Apolo, Templo de Vesta y el templo de la Venganza de Marte), dichas ofrendas consistieron algunas veces en la entrega del botín de guerra.

Templo de Vesta,. Foro romano en Roma, Dedicado a la diosa del fuego Vesta, protectora de Roma, conocida por sus famosas sacerdotisas: las vestales, bellas vírgenes quienes custodiaban la llama sagrada. Con su forma circular y hogar central simbolizaba  a la Tierra. S. VII a.C. Wikipedia.

En el Imperio Romano el culto imperial se diferenció de las prácticas del culto doméstico, así como las divinidades eran distintas. Las ceremonias oficiales las realizaban los sacerdotes de la Dea Roma y los emperadores estaban divinizados, el culto a los cuales, exigió la construcción de nuevos templos, no sólo en Roma, sino también en las ciudades más importantes (Efeso, Mileto, Esmirna, etc.). Anualmente se celebraban las fiestas religiosas más importantes, a las que acudían los representantes provinciales, para realizar los sacrificios y mostrar su lealtad ante Roma. Siguiendo el modelo de la Urbs cada ciudad de provincia reproducirá los templos romanos imperiales, con el capitolio y el Templo de Júpiter Máximo, el protector principal de Roma.

La arquitectura de los templos dependió de los diferentes distritos del Imperio Romano, en Occidente los templos se construyeron de planta rectangular y con grupos de edificios entorno a una cámara central. En Grecia, aún siendo edificados por orden de los propios emperadores romanos continuaron respetando los modelos de los templos helenísticos, como por ejemplo el magnífico templo de Adriano: el Templo de Zeus Olímpico de Atenas. En la parte oriental del Imperio se innovó más, donde encontramos templos que combinan los estilos griegos con los romanos, como el de Hieliópolis, Gerasa y Petra.

La evolución de los templos en la Historia de Roma se inició cuando los poblados de las colinas de Roma, a finales del siglo VII a.C. entraron en la monarquía de los reyes etruscos, quiénes al drenar el valle del foro, construyeron los primeros templos. Los Tarquinios, la última dinastía etrusca fue expulsada a finales del siglo VI a.C. pero los templos continuaron su evolución a partir de los etruscos, igual que se adoptaron sus dioses, durante mucho tiempo aquella influencia perduró.
Los templos etruscos diferían de los griegos. Los templos etruscos-itálicos se elevaban sobre podios. Las piedras se utilizaban en los basamentos, su estructura superior era de madera con revestimiento de terracota y frisos con decoración de figuras policromadas. Sus columnas eran parecidas a las griegas (orden dórico y jónico).
Es muy probable que la asimilación del panteón griego por parte de los romanos fuera un proceso heredado de los etruscos.
En el santuario de Veyes se encontraron unas esculturas de terracota que otorgaban una sensación de movimiento al techo, la mejor conservada y conocida es el Apolo de Veyes del S. VI a.C.
Durante las primeras décadas de la República (S. V a.C.) se construyeron nuevos templos en Roma: El templo de Saturno, el Templo de Mercurio, el Templo de Ceres, el Templo de los Dioscuros.
Se inició una pasión por los artistas griegos, a los que los romanos consideraran los mejores artesanos, como consecuencia, llegaron a Italia muchos artistas griegos para trabajar en el arte romano, y después partieron de allí, con la finalidad de trabajar para ricos extranjeros que precisaban sus servicios.
Más adelante la evolución de la técnica y de los materiales arquitectónicos, va a transformar la arquitectura. Los romanos no inventaron ni el arco, ni la bóveda, ni el mortero, pues ya eran utilizados en Mesopotamía, pero si lo perfeccionaron y adaptaron a sus necesidades.

Reconstrucción del santuario de la Fortuna Primigenia de Praeneste (Palestrina). El ejemplo más importante de santuario de finales del S. II a. C. a  S. I a.C. en el Lacio. Construido con gran maestría e imaginación en la base de una colina. El santuario obtuvo gran reconocimiento en todo el mundo romano. Dedicado al culto de la Fortuna como madre e hija de Júpiter. A él acudieron viajeros de todas partes para solicitar los oráculos. También se dio culto a Júpiter Puer (Júpiter niño), muy seguido por las madres romanas. La tradición explica acerca de una arca sagrada, realizada con madera de olivo, que entronca con un árbol sagrado sobre el que supuestamente sería erigido el santuario.
 

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