El tapiz de La Creación de Girona.

El paramento religioso bordado de la catedral de Girona. El tapiz románico de La Creación.


“Por definición, la catedral es la iglesia del obispo, por lo tanto la iglesia de la ciudad”
“Una sociedad que otorgaba tanto valor a las fórmulas y a los gestos y que temblaba ante lo invisible, tenía necesidad de ritos para acallar sus miedos y para vincularse con las fuerzas sobrenaturales
necesitaba sacramentos y, en consecuencia, sacerdotes. Más necesarias aún le eran, sin embargo,
las plegarias, cuyo canto ininterrumpido se elevaba, junto con el humo del incienso, hacia el trono de Dios como ofrenda permanente, para alabarlo e implorar su clemencia”.

George Duby. La época de las catedrales.


“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra.
La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo,
y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas”
Génesis.



Paramento religioso de la Catedral de Girona
Foto: Wikipedia


Figuras destinadas a ilustrar el culto de Dios, o de aquellas personas santas del Cristianismo en el Arte Románico, ocuparon los muros de los edificios destinados a aquella función religiosa, representando imágenes de los textos sagrados, como es el caso del magnífico y único Tapiz de La Creación, realizado en el S. XI o principios del S. XII, para ser expuesto en la Catedral de la ciudad de Girona (Catalunya).

La tradición de estos tapices se remonta al Imperio Bizantino, después se importaban las telas de seda. La moda se extendió y Occidente empezó a elaborar sus propios tejidos.

Los bordados fueron un uso típico de aquellos tiempos, en los que también ocuparon las paredes de las casas nobles, pudiendo llegar a ser de tamaño muy grande. El paramento que nos ocupa , de tipo de bordado religioso, pudo alcanzar unos 15 m2, aunque sólo se ha conservado un fragmento de gran tamaño de la parte superior, cuyas medidas son 3,58 x 4,50 metros.

La colgadura (velis ornata) se realizó con hilo y con lanas teñidas de vivos colores simbólicos (rojos, verdes, amarillos, ocres, etc.) propios del Románico, siendo adornada con bordados, que requieren un trabajo muy cuidadoso, para conferirle gran riqueza textil.

El trabajo tan detallado se aproxima a la miniatura, más que a la pintura mural.

El tema iconográfico religioso románico expuesto, mediante la representación por imágenes de dogmas y creencias del Cristianismo, era la Creación. El siglo XII, fue por excelencia, el siglo de la enseñanza. La Iglesia de la Alta Edad Media creó un estilo propio, el Arte Románico, no sólo para la decoración y magnificencia del templo, sino para exponer su doctrina, de forma tan visual, simbólica y aleccionadora, cuando una mayoría de personas no podía leer.

El símbolo románico fue una idea que expresó la escuela teológica de aquel tiempo, convirtiéndolo en un lenguaje universal, su filosofía más compleja quedará restringida a los padres de la iglesia, y para el espectador más iletrado, tuvo un sentido adoctrinador. 

La imagen principal es Dios, de postura sedente en toda su majestad, en el trono de su triunfo (Maiestas Domini), vistiendo como un rey, sin expresión de dolor, con su nimbo, la aureola con cruz; el famoso Pantocrator catalán, bendiciendo y con el libro sagrado de los evangelios, contenido en una mandorla circular para enmarcar su gloria. 

Su figura divina forma parte de una rueda cósmica, rodeado por textos del Génesis. Entre los dos radios superiores de dicha rueda, aparece el Espíritu Santo, simbolizado por una paloma  con nimbo, para explicar que se trata de un personaje sagrado, que sobrevuela las aguas.

El problema de la iconografía cristiana siempre fue la representación de Dios Padre y Espíritu Santo, quedando aquí solucionado, del modo expuesto. 

A ambos lados del Espíritu Santo, dos ángeles, el de la luz y el de las tinieblas, como símbolo del día y de la noche. Los símbolos cristianos son metafísicos y cosmológicos, conteniendo la dualidad entre lo positivo y lo negativo, es decir, lo diurno y lo nocturno.

La Creación según el Génesis se realizó en seis días y el séptimo descansó. Por encima de las aguas, Dios separó la luz de las tinieblas, también dividió las aguas del cielo, las aguas de la tierra, creó el Sol y la Luna, las estrellas, los peces, las aves y después los animales terrestres. Creación del primer hombre y a partir de él, la primera mujer (Adán y Eva). El séptimo día de descanso, Dios se rodea de los ángeles. Todo ello, se encuentra en este fantástico fragmento de tela.

También se representó la creación del Cosmos, o la separación del Cielo de la Tierra, con la creación del Sol y de la Luna. La creación de los diversos animales (aves y peces los principales, por su relación cercana con Dios) que van recibiendo sus nombres por Adán, y en su escena frontal aparece la creación de Adán con Eva.

Se cree fueron representados los cuatro ríos del Paraíso; tan sólo uno se ha conservado.

Otras imágenes muy curiosas son, la personificación del año, acompañado por las cuatro estaciones, Hércules y Sansón. También podemos interpretar las personificaciones de los meses. 

La personificación del Sol y de la Luna son temas vistos en el arte carolingio, al igual que la serpiente que simboliza al mes de marzo.

La percepción de todo ello, nos muestra un mapa medieval, un mundo cristiano que pretende ser el creador y el único, con Dios en su centro, presidiendo a todas las fuerzas motores del universo.

Los historiadores del Arte sostienen que la parte superior estaría dedicada a una santa bizantina, Santa Elena, quizás entonces su función sería la de cubrir el muro posterior de un altar dedicado a ella, con el tema de la Vera Cruz, por un fragmento que se observa de la misma.

Santa Elena, fue una emperatriz romana, madre de Constantino, cuyo nombre romano era Flavia Julia Elena Augusta, nacida a mediados del S. III d.C. y fallecida entre el 328 a 330 d.C. En la iconografía cristiana se la relaciona con el hallazgo de la cruz de Cristo. De algún modo Elena, actuó como una directora de excavaciones arqueológicas, en su obsesión por encontrar la cruz de Cristo en el Monte del Calvario. La parte hagiográfica de la leyenda de la santa, cuenta que un ángel apareció dando las instrucciones para encontrar la Cruz, luego de un interrogatorio al guardián del secreto, que era el judío Judas, después de unos episodios milagrosos, al entrar en contacto con la cruz, la madre del emperador hace una entrada triunfal, junto a su hijo Constantino, en Jerusalén llevando la cruz (ciclo de la invención de la Santa Cruz).






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