Asklepios. La medicina arcaica en la antigua Grecia.

Asklepios. La medicina arcaica en la antigua Grecia.

La medicina de la Grecia antigua surge de la magia, al igual que cualquier otra medicina de la antigüedad y se desarrolla por medio de la religión. Esta base mágico religiosa se puede rastrear en los poemas homéricos (Ilíada y Odisea). Por lo tanto, a partir del S.VIII a.C. nos quedará documentada la práctica de la medicina primitiva griega. Estas prácticas estarán muy vinculadas a las relaciones entre hombres y dioses. Los dioses son inmortales, pero pueden recibir heridas en las mismas guerras en las que colaboran con los humanos. Los dioses helenos sanaban de forma natural sin tratamiento, no así sucede a los mortales, quienes requieren las prácticas mágicas, la ayuda de los dioses y los cuidados de la medicina primitiva.
La medicina griega nace a partir de un dios principal, Apolo, padre del dios de la medicina, Asklepios. El templo del dios, el Asklepíeion constituirá el recinto sanador.
La madre de Asklepios fue una humana, Coronis o Coronide, de quien Apolo resultó enamorado. El dios sedujo a la mortal, depositando su semilla fértil. La historia del mito, como va siendo habitual, terminará en tragedia. Coronis estaba obligada, por su familia, a casarse con su prometido Isquión. Un cuervo blanco fue el mensajero del acontecimiento, del enlace entre la pareja mortal - todos los cuervos eran blancos antes de la maldición de Apolo- Ante el mensaje del ave, el dios enfureció, maldijo a todos los cuervos a ser siempre negros y en su ira lanzó sus flechas, con la ayuda de Artemisa, con el resultado de la muerte de Coronis, su prometido, familia y todo el cortejo. 
Apolo abriría el vientre de Coronis (podríamos considerarlo una referencia a una cesárea) y extrajo su hijo de la madre muerta, de tal modo nació el dios Asklepios.
Apolo, su padre, se dirigió al monte Pelión, donde vivía un personaje relacionado con las artes de la magia antigua, la música y la medicina, el centauro Quirón, con la idea de que fuera el maestro de Asklepios. El futuro dios de la medicina aprendió toda la sabiduría y prácticas de Quirón y fue a ejercer sus artes médicas a las ciudades griegas.
La medicina griega antigua se centró en el culto a Asklepios. Las principales ciudades griegas le rindieron culto (Pérgamo, Efeso, Delfos, Atenas, Epidauro). En todas estas ciudades se encontraron lápidas y esculturas del culto al dios. 
Los pacientes acudían a los centros religiosos donde se daba el culto a Asklepios, allí eran recibidos por sacerdotes médicos que recibían las ofrendas de los enfermos, con la esperanza de la curación o los remedios paliativos para sus males. Después se quedaban alojados en aquellos templos por un tiempo recibiendo los tratamientos.
El santuario más importante estuvo en Epidauro, donde sus muros se decoraron con esculturas que narraban el proceso de las curas milagrosas.
Los templos constaban de tres partes, el templo principal con la estatua del dios, el tholos con los recintos de agua y el abaton o sala donde reposaban los enfermos esperando ser sanados.
La curación era efectiva durante el sueño, cuando se aparecía el dios y sus emisarios, el perro lamedor de úlceras cutáneas que cerraba las heridas y las serpientes con sus potentes toxinas. 
El dios de la medicina tuvo a su lado su familia, para colaborar en sus prácticas sanadoras, su esposa Epíone calmaba el dolor y su hija Higea, la prevención, de la que deriva la higiene, reducía la infertilidad femenina. Aquellos encantamientos acabaron convirtiéndose en medicina terapeútica.
En Cataluña, en la Empúries griega, fundada por los comerciantes foceos a mitad del S. VI a.C., se encontró un Asklepíeion, compuesto por 3 templos en el oeste del conjunto, con unas cisternas, un pozo y un edificio porticado o Abaton, donde los enfermos dormían para experimentar aquellas sanaciones mágicas. El agua almacenada de las cisternas tenía la función terapeútica, de purificación del enfermo y quizá en el pozo se guardaban las serpientes.


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