Costumbres y vida de los pueblos eslavos en la Edad Media.

Costumbres y vida de los pueblos eslavos en la Edad Media.

Los pueblos eslavos se remontan a la antigüedad. Se empezará a hablar de ellos en el S. VI d.C. Sabemos que entre el S. V y S. X, durante la Edad Media, se extienden por Europa del Este, hacia el Báltico, Mar Negro y hacia el Oeste, llegando hasta Grecia y Danubio (eslavos occidentales) donde se enfrentaron con los germánicos.
Su lengua es de origen indoeuropeo. En las fuentes se les describe con detalle, gracias a los relatos de los viajeros occidentales, árabes y bizantinos, quiénes nos contaron que son gente alta, rubia y fuerte que formaban clanes, tribus e incluso uniones tribales.
Las costumbres resultan chocantes para los viajeros y nos cuentan lo anecdótico y escabroso. Los niños se entrenaban con dureza en las tareas agrícolas, caza y pesca y guerra. Las niñas recién nacidas podían ser sacrificadas, si la superpoblación y las necesidades de la comunidad lo requerían. Los matrimonios se realizaban por medio del rapto o la compra y las mujeres debían ser fieles hasta en la muerte, pues algunas se arrojaban en vida a las piras funerarias y debían acompañar a su esposo en la muerte, junto con los esclavos. Los restos incinerados se depositaban en naves o trineos, transporte hacia el otro mundo, mientras otras tribus usaban pequeñas vasijas y columnas que eran ubicadas en los caminos, para ser recordados por los viajeros.
Las casas se agrupaban en poblados rodeados por murallas o empalizadas. Sus casas eran de piedra o madera, con figuras pintadas en vivos colores y disponían de recintos subterráneos para resistir al invierno más crudo.
Durante los siglos IX y X se fueron convirtiendo al Cristianismo, aunque algunas costumbres paganas se prolongaron muchos siglos después. Eran animistas, rendían culto a los antepasados y a los espíritus de la naturaleza. Poseían ídolos de varias caras (3 o 4). Su dios principal personificaba el cielo y las tormentas (Perun). Adoraban al dios sol (Svarog), a su hijo, protector de las cosechas, al dios de los rebaños y al dios del viento.


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