Simbolismo e Historia de los colores.

Simbolismo e Historia de los colores.

Vitral de la catedral de Chartres con la representación de los pañeros. La pañería fue la industria más importante de la Baja Edad Media. 
Los pañeros producían los paños para la elaboración de los vestidos. Aprender a obtener los colores deseados, supuso un gran esfuerzo y logro para las sociedades del pasado. Tal empeño colorista al servicio de los nobles, y, las nuevas clases emergentes burguesas, tardó siglos en lograrse.
Durante el siglo XIII el color azul se promociona, estando de moda en las telas y las vestiduras. También aparece muy representado en los escudos y emblemas, en el arte y las imágenes. En los vitrales de la Catedral de Chartres, aparece el conocido como azul de Chartres, que invade de forma maravillosa e innovadora los vitrales.
La catedral de Chartres posee 140 vitrales, incluyendo los rosetones de las tres fachadas, la mayoría de ellos construidos durante el siglo XIII.
Las construcciones cristianas medievales se orientan hacia los cuatro puntos cardinales, para reproducir en la tierra el orden celestial. El simbolismo de la luz en el Arte gótico inunda las catedrales a través de sus coloridas vidrieras, asemejando el brillo de las piedras preciosas, y también, según los textos de San Bernado, como demostración de la virginidad de María, puesto que la luz sagrada traspasa el vidrio sin necesidad de rotura. 
En la Baja Edad Media, el color azul adquiere un protagonismo nuevo, simbolizando la representacion del color divino, de la realeza y las élites, rivalizando por primera vez con el color rojo.

Los colores son percibidos por el ojo humano, siendo nuestro órgano capaz de diferenciar un espectro de aproximadamente 700 tonalidades. Ésta cualidad anatómica, por cuestiones técnicas y conceptuales, en principio simplificada con la representación de los colores básicos, permitió formar en el pensamiento un simbolismo universal de los colores, desarrollado a los largo de los milenios y los siglos que han conformado la Historia. El simbolismo de los colores, por lo tanto, aquiere un carácter universal, tanto geográfica, como cronológicamente.   

"El primer carácter del simbolismo de los colores es su universalidad, no solamente geográfica, sino a todos los niveles del ser y del conocimiento, cosmológico, psicológico, místico, etc." Jean Chevalier.

 

Foto: Techo de Polícromos. Cueva de Altamira. Museo de Altamira.
"El hallazgo de pigmentos en el yacimiento arqueológico de Altamira fue uno de los argumentos esgrimidos por Marcelino Sanz de Sautuola en 1880 para relacionar las pinturas con la ocupación prehistórica de la cueva. El arte rupestre se distribuye por la práctica totalidad del espacio subterráneo, especialmente en la Sala de los Polícromos, considerada la "Capilla Sixtina" del arte Paleolítico. En esta sala destacan las representaciones de bisontes de trazado naturalista, grabados y signos claviformes, combinando distintas tonalidades de rojos, amarillos, marrones, negro, y en algunos casos colores violáceos" Fernando Rull (Univ.Valladolid y A.A.V.V.)
Foto: Pigmentos minerales terrosos de ocres dorados y rojos. El ocre quizá fue el pigmento más antiguo elaborado por la Humanidad.

"La simbólica del rojo está casi siempre asociada con la sangre y el fuego." Michel Pastoureau.
"El oro es al mismo tiempo una materia, una luz y un color". Michel Pastoureau.

 

Foto: Arco Iris capturado por el fotógrafo Michael Rogers en Takakkaw Falls, Canada. 

Las personas fueron capaces de ver los siete colores del conocido Arco Iris, compuesto de: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, azul celeste y violeta. Esta capacidad sensorial de percibir la luz, activó el cerebro, causando una gran impresión, hasta crear un pensamiento de significado simbólico, y formar parte de las vidas culturales de las sociedades del pasado.

Foto: Pantocrátor de Sant Climent de Taüll. Ar
te románico, siglo XII. Museu Nacional de Catalunya (MNAC).

El arco iris simboliza la alianza entre Dios y la Humanidad. A partir del momento en que Dios lo crea por primera vez - según el cristianismo asoma después del Diluvio Universal - anunciando el fin del desastre, representa el dominio de las aguas superiores; por lo tanto, el arco iris está relacionado con el mito del diluvio y el arca de Noé, porque como muestra de esta alianza entre Dios y los seres animados, en el Antiguo Testamento, Dios comunicó a Noé, que el arco iris era su manifestación de que no sucedería más el Diluvio.

El arco iris en muchas culturas actúa como el puente de los dioses, pues es el símbolo del puente entre el cielo y la tierra.

El término del arco iris es griego, por la divinidad de Iris, la mensajera veloz de los dioses.

En el Arte románico el arco iris se muestra en el trono de Dios.

"Ocupa el cuarto de esfera de su bóveda el Pantocrátor rodeado de los símbolos de los cuatro evangelistas, o bien la Virgen en majestad acompañada de ángeles. Tanto uno como otra se presentan sentados dentro de una mandorla que suele tener los colores del arco iris." Luis Monreal y Tejada. 

El colorante de las élites. La púrpura de Tiro fue un apreciado colorante de la Antigüedad, difundido por los fenicios en el área del Mediterráneo. Obtenido a partir de un caracol marino (Bolinus brandaris), este pigmento de gran lujo, maravilló a las princesas y sacerdotisas de los pueblos de la Protohistoria en la Península Ibérica. El caracol marino expulsa la sustancia de forma natural para su defensa o depredación. Debió ser una industria muy importante, puesto que para obtener 1 gramo de púrpura de Tiro eran necesarios 9.000 murex (género animal de moluscos gasterópodos carnívoros).
 

Los cuatros elementos primordiales de las culturas antiguas , fueron simbolizados por los colores, el fuego con el rojo y el naranja, el aire con el amarillo y el blanco, el agua con el verde, y la tierra con el negro y el marrón. Otros elementos que no dejarían indiferentes a las personas, fueron los fluidos internos de los cuerpos, el más importante y llamativo, por todos conocido, fue la sangre.

 
La antigua ciudad persa de Persépolis fue una gran ciudad "coloreada". Los estudios arqueológicos de los pigmentos demuestran un afán colorista en las primeras grandes civilizaciones del Próximo Oriente, que tanto influenciaron a los griegos, y éstos a su vez a los primeros escritores cristianos.
 

Imagen: Persépolis del profesor de arquitectura Charles Chipiez, obra de 1884. 

"Según Heródoto la ciudad de Ecbatana (Persia) tenía siete murallas, pintadas con los colores de los siete planetas: estaba concebida como un microcosmos". Jean Chevalier.
Foto: Kalyx, crátera negra de figuras rojas. Siglo V a.C. British Museum. Helios el Sol conduce su carro de caballos alados mientras interactúa con otras figuras mitológicas relacionadas con el cosmos griego.

El color rojo es el color de la Antigüedad clásica, relacionado con los ornamentos de la mitología pagana. Junto con el dorado, color solar y del fuego sagrado, destinado a los dioses y los emperadores.

En el Arte cristiano el rojo posee un carácter más ambivalente , puesto que  puede aparecer como símbolo de la vida, pero también como representación de los malos sentimientos, tales como: el pecado, la culpa y el crimen. 

Mientras que la sangre derramada de Cristo redentor quedó contenida simbólicamente en la rosa del cáliz, las llamas del infierno fueron representadas de color rojo. En el averno arden, ya sin posibilidad de redención, los condenados por una eternidad.

En la Francia del Antiguo Régimen se izaba una bandera roja en señal de máximo peligro.

 
Imagen: Planta del glasto, utilizada desde muy antiguo por sus cualidades colorantes, de resultado azul. 

En la Antigüedad mediterránea el color azul no fue el más apreciado, por tanto, su uso era moderado.
 
Los romanos consideraron el color azul propio de los bárbaros, entre ellos, los pueblos germanos, por lo que tener los ojos azules estaba mal visto en esta civilización. En las poblaciones de Bretaña, Germania y las Galias, los guerreros se pintaban de azul antes del inicio de las guerras, para ello empleaban una planta con propiedades colorantes, quizá el glasto o similar, que según Julio César confería a los bárbaros un color gris azulado y fantasmagórico. Al acecho del ataque por sorpresa, entre las brumas frías de los bosques, que tampoco eran agradables para los romanos, tal pigmento causaría una impresión escalofriante. 
 
El latín de los romanos en un principio tuvo dificultades para nombrar el color azul, pero las lenguas vernáculas crearán un léxico más rico para sus denominaciones y tonalidades. 

Según Michel Pastoureau, fue utilizado en el  Arte y la vida cotidiana. Pese a la extensión del cristianismo, y su simbólica religiosa y social, el descrédito del color azul continuó durante casi toda la Edad Media, porque no fue considerado un color principal, como: el rojo, el blanco y el negro. Si bien, a partir del siglo XII, la utilización del color azul irá en aumento.

Imagen: Glauco y Escila de Bartholomeus Spranger (Kunsthistorisches Museum Wien, Bilddatenbank). Finales del siglo XVI. 
A partir del mito del dios monstruoso de los mares, Glauco, se han denominado ojos glaucos, a los que confieren tonalidades grises verdes, que no son propiamente azules.
Para los griegos Glauco simboliza el color del mar, que no es azul, sino más bien verdoso, como las algas marinas.
"La voz de origen griego, glauco (glaukos) significa "blanco luminoso, verde-azulado del mar con superficie brillante". Etimologías.
Desde la Antigüedad clásica el color del mar, no fue el azul, sino el verde. 
 "Existía además un dios del mar llamado Glauco, al que se atribuye una genealogía distinta de la del precedente, su homónimo. Era un pescador de la ciudad de Antedón, Beocia, e hijo del fundador de la misma, Antedón, y de Halcíone; ó tal vez hijo de Posidón y una náyade. Al nacer era de raza mortal, pero comió casualmente una hierba que convertía en inmortal, y transformóse en una divinidad marina. Las diosas del mar lo purificaron de cuanto de mortal quedaba en él y tomó una nueva forma : sus hombros adquirieron nuevo desarrollo, la parte inferior de su cuerpo se transformó en una poderosa cola de pez, y sus mejillas se poblaron de una barba de reflejos verdes como la pátina del bronce". Pierre Grimal.


Virgen de la Misericordia con los reyes católicos y sus familiares. Obra de Diego de la Cruz, datada aproximadamente entre 1482-1500.
Imagen: Monasterio de las Huelgas, Burgos (España). 

Virgen de la Misericordia con pan de oro, obra de Bonanat Zaortiga del siglo XV. Imagen: Museu Nacional D'Art de Catalunya (MNAC, Barcelona).

La Virgen de la Misericordia ofrece con su gran manto azul, en calidad de reina de los cielos, protección a toda su congregación religiosa. Bajo su capa celestial suelen aparecer los personajes más importantes de la sociedad del momento como: el papa, los reyes, el estamento religioso, los nobles caballeros e incluso la burguesía. Algunas veces se muestra una representación de toda la Humanidad.

Este lujoso tema religioso aparece en el Quattrocento italiano y se expande por Europa.

A partir de principios del siglo XIII La Virgen es la primera figura en vestir de azul. 

Anteriormente, María podía ir vestida de otros colores, con preferencia de colores oscuros como: el marrón, negro, morados y  verdes. Sin embargo, también pudo figurar en tonos azulados; creen los expertos, relacionados con el contexto de la pérdida, simbolizando el luto y el dolor de la Madre por la muerte física del Hijo.

Aquellos antiguos colores oscuros que representaban la aflicción de la Virgen María, ya fueron documentados en el arte paleocristiano, puesto que en la Roma imperial el luto se mostraba vistiendo colores muy oscuros. 

Parece que todo cambia en el siglo XIII, cuando el color azul ganará un nuevo protagonismo, tornándose más luminoso, más similar al concepto moderno del color del cielo que expresará el lujo de la realeza. Como pervivencia del ascenso del color azul, todos conocemos la expresión "tener sangre azul" para referirse a la pertenencia a la nobleza.

Los colores litúrgicos aparecen a partir del siglo IX, siendo reglamentados durante el siglo XIII por el papa Inocencio III, ajustados al misal romano en el siglo XVI por San Pío V.

Los colores más reconocidos durante la Edad Media cristiana fueron: el blanco, como representación de la pureza, vestido en las liturgias de las misas de confesores y vírgenes, en la Navidad, la Epifanía, la Pascua y la Ascensión. El rojo, evocador de la sangre y el fuego, se mostró en las fiestas de Pentecostés, Apóstoles y Todos los mártires. El morado continuó siendo el color de la penitencia, visto en Adviento y la Cuaresma. El verde del destino y la esperanza, para los días ordinarios. El negro para los muertos, misas de difuntos y ceremonias fúnebres. El rosa, color de la santidad, se usó en las catedrales, el III domingo de Adviento y el IV de Cuaresma, y el azul celeste seguirá representando a la Inmaculada concepción de María.

No sólo en el cristianismo medieval los colores expresaron todo el simbolismo religioso. En el Islam, los colores se tornan mágicos y con significación política, por ejemplo, el negro representó al califato abbásida. También el profeta lleva un turbante negro en la Meca. 

Imagen: Piedra Negra de la Meca.
 Finales del siglo XIX. William Muir: "The Life of Mahomet from original sources".

Para los árabes el color negro significó la sabiduría; la piedra de la Meca llamada Kaaba es negra. Según Federico Revilla, quizá esta herencia cultural se pudo transmitir a las misteriosas vírgenes negras.

El blanco y el negro son los colores antagonistas. 

El blanco es un color neutro, que no despierta grandes emociones, de la castidad, también color litúrgico en Occidente, por simbolizar la pureza y el color de los ángeles, de la paz y de la eternidad, vestido por los reyes de Francia, sin embargo, para otras culturas puede representar el luto. Aunque el luto que expresa el blanco es místico y de renacimiento, no tan drástico como la ausencia total del color, siendo el negro, asimilado a la muerte definitiva. 

A nivel popular, el color negro en occidente, será considerado un color de malos presagios; ver un animal negro, implicaba la muerte en la familia, o la brujería y las desgracias. Siendo, al contrario, el blanco, el color de la luz, el brillo neutral y el buen augurio. Estas cualidades las encontraron en la leche, fuente de vida, y para los supersticiosos o algunas religiones, con cualidades mágicas.

El gris, el color creado por la mezcla del blanco y el negro, adquiere una cualidad ordinaria, propia de las vidas comunes y cotidianas.

El color verde, pagano por excelencia, al representar el elemento del agua y la vegetación fecunda, a finales de la Edad Media se tornó en un color maléfico, de diablos, y sus aliados las ranas y los reptiles.

 Foto: San Agustín y el diablo. Obra de Michael Pacher. Siglo XV. Alte Pinakothek, Munich, Alemania.

El verde considerado en la Edad Media, un color ácido y picante, fue poco utilizado en los escudos y los ropajes, pero también, como casi todas las enseñanzas simbólicas de la Edad Media y Moderna, destaca por su ambivalencia, puesto que también fue el color del Destino y de la suerte. Durante el feudalismo, el color verde representa las praderas para acometer los duelos entre caballeros y los campos de las ordalías, donde se decidía la suerte de los acusados. 

Los padres de la Iglesia creyeron que en la acidez de las frutas frescas quedaba contenida la enfermedad, condenando su consumo.

Los humores de las enfermedades, amarillos y verdosos, eran síntoma del pus y las infecciones incurables. Por lo tanto el color verde, al igual que muchos colores básicos intensos, tuvo un carácter ambivalente y su faceta de condenación.

En el mundo musulmán el turbante y bandera de Mahoma eran verdes.

Hasta el siglo XVIII (y nuestros días) las mesas de juego son verdes, en recuerdo del simbolismo de la suerte.

El color más intenso por excelencia es el amarillo, puesto que es el color más cálido. La luz que desprende el oro se torna amarilla como los rayos del sol, iniciando desde la Antigüedad todo su simbolismo, como color emblema del dios solar y masculino Apolo. 

"El amarillo es el color de la eternidad, como el oro es el metal de la eternidad. Ambos están en los rituales cristianos." Jean Chevalier.

Al sentir su esencia divina, los emperadores del mundo lo tomaron como el color del poder y la gloria. Porque nada es más precioso que el oro y la luz solar, el primero ofrece la eternidad y el Sol es el astro que dio la vida. También aparece en los rituales cristianos e incluso en la bandera del Vaticano.

Las palmas verdes de Cristo representaron su vida terrenal, pero al secarse se transforman en doradas, siendo este amarillo la representación del regreso del Hijo al Padre, es decir, cuando Jesús se transfigura en un dios para los cristianos. Por consiguiente, el color amarillo simboliza el poder divino. Como muchos colores básicos, como el verde y el rojo, el amarillo desde la Antigüedad es un tono ambivalente.

"El domingo de ramos se celebra en España con palmas y palmones amarillos que los fieles blanden en el atrio de las catedrales." Jean Chevalier.

 El color naranja, según Jean Chevalier supone un punto de equilibrio entre el espíritu y la libido, cuando se rompe el equilibrio representa el emblema de la lujuria. 


Imagen: El triunfo de Baco (conocido como "Los borrachos") de Diego Velázquez. Museo del Prado, Madrid.

El dios alocado y hedonista de los excesos del vino, Dionisos, vistió de naranja, al igual que a la destructora Helena de Troya, Homero colocó un velo de color azafrán, el velo flammeum de las novias.

También, las doce tribus de Israel ostentaron su emblema naranja.

Las flores de azahar en la frente de las novias simbolizaban el control del exceso de las pasiones mundanas.


Imagen: Ilustración que representa a una novia romana con el velo naranja.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El rosetón gótico de Santa María del Mar de Barcelona. Una historia de una catedral popular en el barrio de la Ribera.

Divinidades romanas de ultratumba. El mundo subterráneo de Plutón.

El puerto de Barcelona en la Baja Edad Media. S.XV