El aceite en el Mediterráneo grecorromano.

El aceite en el Mediterráneo grecorromano.

Grandes recipientes minoicos, tipo tinajas de almacenaje o pithoi, quizá algunas pudieron contener aceite. Fueron encontrados en el ala Este de los almacenes del antiguo Palacio de Cnossos, en Creta. Aproximadamente del siglo XVIII a.C.
Junto con el pan y el vino, el aceite fue uno de los principales productos del Mediterráneo en la Antigüedad.
En la Creta minoica se ofrecieron los mejores productos básicos a las divinidades.
Foto: Encyclopædia Britannica, 1911.



El olivo aparece documentado en los yacimientos arqueológicos del Neolítico, en las áreas del Mediterráneo oriental y occidental, desarrollándose a partir de la Edad del Bronce.



Los pueblos del Mediterráneo antiguo relacionaron los alimentos y productos básicos con los cultos y sus correspondientes rituales, con los ciclos estacionales de cultivo y recolección. Mientras, los navegantes surcaban nuestro mar con pesados cargamentos, entre los que también se encontraba el preciado aceite, para el desarrollo económico del comercio.




El aceite fue un bien muy apreciado, que signficó riqueza y prosperidad.

"El olivo y sus productos –madera, aceitunas y, sobre todo, aceite–, han acompañado desde la Antigüedad la vida de los pueblos mediterráneos en los ámbitos religioso, económico social, político y cultural (FORNELL, 2007: 19). De los tres productos citados anteriormente, el aceite de oliva, conocido como el oro líquido, ha sido empleado desde tiempos pasados por las grandes civilizaciones (egipcios, griegos, romanos…), debido a sus excelentes propiedades para la salud, además de ser un pilar básico de la dieta mediterránea." Antonio José Exojo Pino , Arquitecto Técnico.




Placa votiva griega de terracota, con la representación de los misterios de Eleusis, encontrada en el Santuario de Eleusis, del siglo IV a.C. 

El aceite fue utilizado como combustible en las lámparas de la Antigüedad; por consiguiente, su simbolismo es el de la luz, como energía iluminadora, constituye el signo de la inteligencia, y al mismo tiempo, de la pureza. Por dicho motivo, ha sido utilizado en la celebración de los misterios eleusinos. 

La antigua ciudad grecorromana de Eleusis, cercana a Atenas, fue un importante centro religioso de la Antigüedad, el lugar de las prácticas mistéricas, donde según los mitos, el dios griego del mundo inferior Hades, raptó a Perséfone, la diosa griega de la vegetación.

El ritual se celebraba cada año en el Telesterion, y su secreto fue tan bien protegido durante más de dos mil años, que todavía en la actualidad es difícil de dilucidar.

FOTO: Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
"Los olivos crecieron en abundancia en el llano de Eleusis. Estaban protegidos y quienes los dañaban comparecian ante la justicia. Están casi divinizados en el himno homérico a Deméter, que los introduce precisamente a las iniciaciones eleúsicas." Chevalier et alii.


Fragmento de Estrígiles y esponjas (1879) de Sir Lawrence Alma-Tadema.
Los atletas griegos se embadurnaron el cuerpo con aceite, que proporcionaba flexibilidad corporal y espiritual, para el esfuerzo en la competición. 

Los atletas usaron los estrígiles, unas herramientas rascadoras, para eliminar restos de arena y aceites después de la práctica de los deportes.
Las mujeres también usaron ungüentos y en su composición figuraron los aceites.


"También sabemos que en la época grecorromana, el olivo silvestre, oleastro, seguía teniendo funciones muy específicas y que el olivo cultivado estaba muy extendido". Marie-Claire Amouretti. Université de Provence.




Tetradracma ateniense con la representación de la cabeza de la diosa Atenea, la hija de Zeus y principal diosa de Atenas. Ella aparece portando su casco, como parte de su armadura, y su atributo de la lechuza con la rama de olivo.

"Los atenienses eligieron el regalo de Atenea y el olivo ha seguido siendo una parte central de la vida griega desde entonces por todas sus profundas cualidades. Las hojas se han utilizado para coronar las cabezas de atletas victoriosos, generales y reyes, la madera utilizada para construir casas y botes, el aceite utilizado para alimentar las lámparas, frotado en los cuerpos tonificados y musculosos de los atletas ágiles, agregado a toda la comida, platos y las propias aceitunas, un alimento básico en la dieta mediterránea y una exportación valiosa a lo largo de la antigüedad y en la actualidad. Incluso las icónicas monedas de tetradracma atenienses tenían las hojas de la rama de olivo asomando a la izquierda de la lechuza de Atenea". Laura Aitken-Burt. Oxford University. 

Olivo de la Acrópolis de Atenas. El olivo fue el árbol de Atenea. La diosa regaló el árbol a la ciudad a la que fue consagrada, Atenas. El olivo sagrado se conservó en la acrópolis de Atenas, probablemente cercano al Erecteion, lugar donde en la actualidad plantaron un olivo. 
Foto: Tim.
"En Grecia (el olivo) estaba consagrado a Atenea y el primer olivo, nacido de una disputa entre Atenea y Poseidón, se conservaba como un tesoro detrás del Erecteion. Parece que son sus retoños los que hoy en día aún se ven en la Acrópolis. Participa de los valores simbólicos atribuidos a Atenea, a quien está consagrado." Chevalier et alii. 


 Ánfora de figuras negras, con la representación de un tema mitológico: Pholos y Heracles. En uno de sus lados podemos apreciar la recolección de las olivas, con tres olivos. Grecia Arcaica, siglo VI a.C.
"(...) en las ramas del centro se encuentra un joven desnudo sentado a la izquierda con un palo en las manos, con el que sacude las aceitunas. Dos figuras barbudas, una a cada lado, con cortinas purpúreas en los lomos, golpean los árboles con palos largos; el de la derecha lleva pilos. Al pie del árbol hay un joven desnudo arrodillado a la derecha, recogiendo las aceitunas, mientras caen, en una canasta". The British Museum. Foto: The British Museum. 
Plinio el Viejo nos informa de quince variedades de aceitunas, lo que implica un gran desarrollo de este cultivo en el mundo antiguo. Los romanos prepararon conservas con las mejores olivas verdes, tales como la pausia, albicera y orchis. Para la producción de grandes cantidades de aceite utilizaron las variedades conocidas por los agrónomos romanos como: licina, comicia, contia y sergia. También conocieron las aceitunas negras y elaboraron una pasta de oliva útil para la alimentación.

En el mundo grecorromano la olivera tuvo otras aplicaciones, entre ellas destaca un uso medicinal, puesto que aprovecharon sus hojas para las curaciones. Con su madera se contruyeron estatuas e incluso las herramientas de trabajo.
"El método de extracción del aceite, estrechamente relacionado con su uso, se conoce gracias a las fuentes agronómicas, los textos de mecánicos como Vitrubio y Herón, algunos contratos transmitidos gracias a los papiros de la época romana y algunas representaciones iconográficas. La arqueología completa estos datos, no sólo mediante el estudio de las ánforas que posiblemente sirvieron para el transporte del aceite sino también con el descubrimiento de algunas muelas y prensas en el conjunto de la cuenca mediterránea. Los antiguos conocían a la perfección las tres operaciones imprescindibles para obtener el preciado líquido." Marie-Claire Amouretti. Université de Provence.

Los romanos construyeron recintos industriales para la prensa del aceite de las olivas, como el que se conserva bastante completo, en el complejo de la villa romana de Corbins, en la provincia de Lleida (Catalunya). También disponía de un depósito para su captación y unos restos de las dolia, los grandes recipientes para su almacenaje y transporte, que se podían enterrar bajo la tierra, tanto para la conservación del aceite como de otros productos.

El método de extracción del aceite consistía en abrir las olivas, rompiendo la piel, para liberar el preciado aceite, prensar la pasta obtenida y decantar. Decantar es el proceso mediante el cual se separa el aceite del alpechín (agua vegetal amarga con los restos que quedan después de la prensa de las aceitunas). El aceite resultante, al ser más ligero que el agua, ascendía a la superficie, donde podía ser retirado con utensilios, normalmente en forma de cuchara.
También se podía obtener aceite de forma no tan industrial y más doméstica, de hecho todavía perduran algunas de estas técnicas.
En la Antigüedad usaban un calzado específico para pisar las aceitunas, unas sandalias de madera, conocidas como las "kroupetzai". Creen los expertos que esta práctica era propia de las mujeres, que la prefieren a los molinos.
El oro líquido de la Antigüedad, terminaba trasvasado a las grandes tinajas, para su conservación y mantenimiento.
Foto: Ajuntament de Corbins.


VILA BARENYS dibuix general retocat.jpg


Dibujo con la reconstrucción de la Vila romana de Barenys, cercana a Salou, en la provincia de Tarragona (Catalunya). Podemos ver perfectamente el recinto cerrado con las grandes tinajas "dolia" semi-enterradas para almacenar el aceite.

Con la romanización, el paisaje de los antiguos pobladores íberos de la protohistoria, con los siglos, pasó a la gran transformación económica de las explotaciones del territorio agrícola romano (ager) de Tarraco (importante antigua ciudad romana de Tarragona, capital de una gran provincia romana en Occidente, la Tarraconense). Los romanos introdujeron tecnología industrial, como los molinos, la prensa y nuevo utillaje, y administraron con eficiencia las grandes explotaciones.

Imagen: Susana Bravo.

"las dolía eran unos grandes recipientes de almacenamiento hechos de barro, de forma ovalada y sus dimensiones eran mayores que las de las ánforas, no tenían cuello ni asas y podían medir hasta 1,8 m. de altura. Los había de muchos tamaños, pero normalmente tenían una capacidad de 30 o 60 ánforas, unos 600 o 700 litros, aunque podían llegar hasta 2000 litros. Sus paredes eran gruesas y bajo podían colocarse indicaciones estampadas como señal de procedencia o producción de un determinado taller o producto. Los usos a que estaban destinadas eran muy variados. Podían almacenar harina, fruta, agua, mosto o vino. En función de su uso recibían diferentes nombres: dolium Vinarium (vi), dolium olearium (aceite), dolium frumentarium (cereal), dolium acinarium (uva, pasas) y dolium amurcarium (higos). Los dos métodos de almacenar en aceites eran mantenerlos medio enterrados en el suelo o de pie bajo techo. Vila romana de Barenys.

Tinajas dolia (singular dolium) romanas de Ostia Antica, para el almacenamiento de los diversos productos, como el aceite, vino o granos. Eran forradas con breas o ceras, para contener los alimentos. 
Las dolia sólo eran tinajas fijas, al igual que nuestros barriles, no se acostumbraba a vender el producto final al usuario con este recipiente pesado y enterrado, que se quedaba fijado en el lugar, aunque también se han documentado en los pecios, como contenedores de transporte.

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