La Virgen egipcia de Tarraco. Una inscripción funeraria del siglo V.

La Virgen egipcia de Tarraco. Una inscripción funeraria del siglo V.

La lápida de mármol con la inscripción funeraria de Tarraco, de la primera mitad del siglo V d.C. reza:

"Haec hic beata Thecla
virgo Xρι(στυ), ei patria Aegypt(us).
Vixit ann(is) LXXVII, ut meru-it in pace requievit D(omi)ni"
(Aquí yace la bienaventurada Thecla, Virgen de Cristo, cuya patria fue Egipto. Vivió 77 años. Descanse en la paz del Señor).

La inscripción fue encontrada en el año 1997 en las excavaciones realizadas en una de las basílicas paleocristianas cercanas al Río Francolí en Tarragona.

Foto/Fuente: Institut Català d'Arqueologia Clàssica (ICAC) Investigadores: J. López / D. Gorostidi.
"Un elemento imprescindible para la ciudad tardía de Tarraco fue sin duda el cristianismo y su implantación. Se han transmitido hasta hoy las actas martiriales del obispo Fructuoso y los diáconos Augurio y Eulogio, que fueron objeto de persecución y muerte en el año 259. El lugar de la sepultura se acabó convirtiendo en el centro eclesiástico de Tarraco, a partir del siglo V, con la construcción de una gran basílica funeraria con edificios anexos, entre los que había un baptisterio. Esta iglesia, emplazada en los antiguos suburbios de Tarraco y próxima al río Francolí, generó la construcción de otros edificios eclesiásticos, como una segunda basílica, muy cercana a la primera, que disponía de un atrio y edificios agrarios que se vinculaban. La llamada necrópolis paleocristiana que rodea el área constituye uno de los conjuntos funerarios cristianos mejor documentados de la Europa occidental. Todo este suburbio cristiano acabó convirtiéndose en un centro importante y dinámico de Tarraco. La documentación escrita desde el inicio del siglo V muestra una Tarraco que mantenía estructuras sociales complejas, en la que el obispo metropolitano era el defensor del orden establecido en un imperio en el que Chistianitas era sinónimo de romanitas. Cabe destacar, además, la presencia en la ciudad del comes Hispanorum". Museu d'Història de Tarragona.

Hace más de 1.500 años, en la Tarraco bajoimperial romana (actual ciudad de Tarragona, en Catalunya) - durante la Antigüedad Tardía - vivió su larga vida una mujer sagrada, llamada Thecla. Una virgen consagrada, de origen egipcio, que al abandonar su vida terrenal, la comunidad de cristianos la hizo merecedora del descanso eterno, y cuyo nombre, en un tiempo de sepulturas anónimas, ostentó una lápida sepulcral de alta calidad. El hallazgo resultó muy excepcional. Todas las otras mujeres que fueron enterradas en la necrópolis paleocristiana de Tarraco (Tarragona), cuyos restos fueron estudiados, no llegaron a morir en edades tan avanzadas, por desgracia, fallecieron en la infancia, o la pubertad, durante y después de los partos. En el caso de la Virgen Thecla, sólo pudo documentarse con seguridad su lápida. Muchas tumbas habían sido destruidas, entre el paso del tiempo, las labores agrícolas y el saqueo del expolio.
   "Podría tratarse de una basílica funeraria dotada de un fundus annexo que tendría como objetivo su mantenimiento y el del clero que había de servirla; o bien, pero con muchas más dudas, que fuese un monasterio primitivo." ICAC.
Necrópolis paleocristiana de Tarraco (Tarragona, Catalunya). Foto: Museo y Necrópolis Paleocristianos de Tarragona (MNAT).

El culto a Tecla, estuvo relacionado con los primitivos santuarios cristianos egipcios. El primer nombre de la Santa en Egipto, apareció documentado en un papiro de Oxirrinco, a mediados del siglo IV. El nombre de Tecla, de moda en la sociedad egipcia del siglo IV, debió adquirir renombre y fue extendiéndose. La Virgen Tecla tarragonina, podría ser la primera, o de las primeras documentadas en la Península Ibérica.

Basílica cristiana de Egipto, en el antiguo puerto de Marea, excavada recientemente por arqueólogos polacos, podría ser una de las más antiguas de la zona. Su cronología se corresponde con el siglo IV. Foto: Institute for the Study of the Ancient World.

"El viernes 21 de enero del año 259 d.C., por orden del gobernador provincial Emiliano, morían quemados en la arena del anfiteatro el obispo de Tárraco, Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio.

Sus restos se recogieron y se trasladaron al principal cementerio de la ciudad, situado cerca del río Francolí. Su presencia debía incentivar el deseo de la comunidad cristiana de Tárraco para descansar cerca de la tumba de los santos (tumulatio ad sanctos).

A inicios del siglo V, con el cristianismo como religión oficial del Imperio romano, se erigió una basílica dedicada a la memoria de los santos en torno al lugar de su entierro. Más al norte, y en esta misma época, se construyó otra basílica y se configuró un destacado complejo eclesiástico que perduró hasta el siglo VII". Museo y Necrópolis Paleocristianos de Tarragona (Catalunya).



Una santa de larga tradición. Bajorrelieve del altar románico del siglo XII en la Catedral de Tarragona, con la representación de la patrona Santa Tecla entre las fieras, a las que según la leyenda hagiográfica, consiguió amansar. Tecla sufrió numerosos suplicios en su martirio. Algunos autores han asociado a la Virgen egipcia Thecla con la Santa Tecla patrona de la ciudad de Tarragona, sin embargo otros, más recientes, creen que son dos personajes diferentes entre sí.

"Tecla (en griego antiguo, Θέκλα (Thekla)) fue reverenciada como un modelo de castidad femenina por los primeros movimientos ascéticos cristianos, especialmente en Egipto, Siria y Armenia.​ Su culto estuvo muy difundido en las ciudades de Seleucia (donde se dice que fue sepultada), Iconium (actual Konya) y Nicomedia. En la iglesia Ortodoxa, donde la gran difusión de los Hechos de Pablo y Tecla generó una fuerte veneración por Tecla, es considerada «protomártir entre las mujeres e igual a los apóstoles."
"Nos podemos preguntar sobre la ubicación de la tumba de Thecla. Primeramente, hay que tener en consideración que Thecla llegó a ser una personalidad destacada dentro de la comunidad cristiana de su tiempo, como nos ha transmitido su epitafio. En segundo lugar, fue una de las pocas personas inhumadas en la basílica que disfrutó del privilegio de tener una lápida sobre su tumba (recordemos, sólo cuatro de localizadas en todo el edificio) y, además, de una calidad excepcional . Teniendo en cuenta lo expuesto, podríamos suponer un lugar de privilegio, y de zonas privilegiadas de enterramiento sólo hay dos: la tumba principal del contraábside y el sanctuarium. La primera se encontró vacía. En caso de que Thecla hubiera sido enterrada, tomaría un papel muy significativo en el conjunto paleocristiano. Si tomamos la opción del entierro en el santuario, lo posible teniendo en cuenta que algunas de las tumbas aparecieron completamente expoliadas, el papel que pudo tener en su construcción sería evidentemente menor. De todos modos, los indicios nos llevan a pensar que el espacio referido estuvo reservado a sacerdotes. Finalmente, queda una última opción, que es el entierro de Thecla en cualquiera de las naves; es decir, fuera de cualquier espacio privilegiado de la basílica. Esta posibilidad se nos hace más difícil de aceptar, pero no se puede descartar tampoco. De hecho, la inscripción, rota en dos fragmentos, fue encontrada sobre la tumba 136, pero en el estrato general de destrucción y expolio de la basílica y, por tanto, movida de su emplazamiento originario. Curiosamente (o no?) La tumba 136 es una de las tres de todo el templo donde reposaban mujeres de avanzada edad. Es la beata Thecla? Nunca lo sabremos". Noves consideracions sobre la inscripció tarraconense de la beata Thecla S.V. J.López y D.Gorostidi (ICAC).



 Foto: Retablo del Altar mayor de la Catedral de Tarragona (Catalunya).
"En la predela, de alabastro policromado y dorado, se representan con expresiva minuciosidad seis escenas de la vida y del martirio de santa Tecla, a ambos lados del tabernáculo central, donde se muestra a Cristo Sufriente con María, san Juan, Nicodemo y José de Arimatea. Las escenas dedicadas a santa Tecla están protegidas por doseletes y las separan montantes en forma de figuras de santas. A cuatro de los episodios representados en el frontal románico (predicación de Pablo en Iconio con Tecla escuchándole; el suplicio del fuego que ataca a los verdugos y respeta a la santa; Tecla en el foso de las fieras amansadas; la santa en la charca de las serpientes) se añaden dos más. Uno es el del último martirio de la santa, cuando, atada a toros bravos y a punto de ser descuartizada, se rompen las ataduras y queda libre. El otro narra la invención o hallazgo milagroso del brazo de santa Tecla, del cual procedería la reliquia insigne regalada por el rey de Armenia a la Iglesia de Tarragona por mediación del rey Jaume II, en el año 1321." Fundación Aurora.

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