Sarcófago romano de mármol, con la representación de las bodas de Cupido y Psique (el alma romana). Cupido fue el dios romano (equivalente griego de Eros) personificación del deseo carnal. La escultura del sarcófago, cuenta la historia de la bella princesa Psique, damisela tan hermosa, que su padre el rey no podía casar, pues asustaba a todos los pretendientes. Cupido envió a la divinidad del viento, Céfiro, para conducir a la muchacha a un palacio, donde el dios enamorado la tomó en esponsales. Aparecen servidos por numerosas sirvientas y amorcillos alados, divinizando el erotismo y el lujo, según los gustos de las élites de la sociedad romana. Después de la unión, la falta de Psique, la llevará a vagar por la tierra, sometida a los tormentos de la celosa diosa del amor Afrodita. El mito de Cupido y Psique, unió de forma tan dramática como poética, al espíritu con el amor físico. Foto: The British Museum.
La religión romana, a diferencia de la griega, fomentó la vida doméstica junto con la espiritual, sin preocuparse de la salvación del alma. Los espíritus de los romanos creyeron en la "pietas" (idealización de la virtud romana).
Los expertos creen que se produjo un choque entre culturas. Los griegos y romanos, entablaron relaciones, desde las conquistas militares romanas en Grecia, y su ofrecimiento de la "libertad" (al estilo romano) a los griegos, que desconocían este concepto; mientras los romanos recibirán a cambio, la emoción de los artistas griegos, a los que admiran, sufriendo una nueva influencia sobre la clásica y tradicional vida romana.
Sin duda, los ideales romanos de la clase dirigente durante la República romana, se asimilaban más a la rectitud de los espartanos, que a la de los atenienses y sus sueños de esculturales atletas griegos. Tampoco iban a la par, con el estilo de vida del tirano helenístico, siendo los aristócratas romanos alérgicos a la monarquía.
"El triunfo sobre Macedonia celebrado en 167 ha sido considerado un punto de inflexión que introdujo en la sociedad romana todo tipo de novedades, desde músicos griegos, hasta cocineros o experimentadas prostitutas (...) A partir del 160, los burdeles utilitarios de las comedias de Plauto (ca. 200 a.C.) habrían parecido un pobre sustitutivo de las artes de las nuevas cortesanas al estilo griego establecidas en Roma." Robin Lane Fox (clasicista inglés de la Universidad de Oxford).
Las nuevas modas, traerían consigo, los recelos y críticas al lujo desmedido, temores desde lo tradicional romano más profundo. Durante el medio siglo siguiente, aparecieron algunas leyes con la intención de limitarlo; aunque por supuesto, no serían las primeras de la Antigua Roma.
Los tiempos pasados de los antiguos romanos elogiaban virtudes tales como la parsimonia y la austeridad. La educación partía de la moderación, para el control de los excesos, nunca deseables en las buenas familias.
Aparecieron los censores, unos magistrados dobles, con la función de velar por la moral pública. Con esta misión, elaboraban listas con notas negras a indecentes ciudadanos romanos.
Imagen: Sir Lawrence Alma-Tadema, "The Meeting of Antony and Cleopatra".
Los romanos creyeron que el lujo era oriental, llegado desde la monarquía macedonia y de los reinos griegos de Asia. Uno de los recuerdos máximos, sin duda, lo formaría Egipto, con sus lujosos reyes ptolemaicos de fantasías dionisíacas.
"Catón tenía muy presente el alto grado de honor de su familia, sin embargo él era un hombre nuevo (Homo novus) en Roma, es decir, alguien que no provenía de un linaje noble en un momento (el siglo III i el II a. C) donde la aristocracia tenía un poder enorme en la vida pública y política de Roma". Arnau Mora (U.B.).
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