La Clunia de Pedro de Palol. La ciudad romana de la Tarraconense.

La Clunia de Pedro de Palol. La ciudad romana de la Tarraconense.

" Pocas veces una ciudad romana del Occidente ofrece tantos atractivos para su estudio como la Colonia Clunia Sulpicia." Profesor Pedro de Palol (Girona, 1923 - Barcelona, 2005).

Teatro romano de Clunia. Con una capacidad de 10.000 localidades, se considera uno de los mayores de la Península Ibérica; siendo indicativo de que Clunia fue una ciudad romana muy poblada.
Sus graderías se distribuyeron en tres áreas. Está formado por tres "caveas" (las "cavidades" en latín, donde se ubicaban las gradas, para los asientos de los espectadores), la "ima" (la parte baja de la gradería) y la "media" con cuatro "cunei" (divisiones verticales de las graderías) y ocho en la "cavea summa", separadas por "praecintios"(corredores). 
Su estado de conservación con respecto al original es bueno. Todavía se pueden observar las "scalaria" (escaleras) separando a los cunei.
En pie permaneció el muro del fondo de la "scena" (fachada escénica), con una longitud de 51m de hormigón romano, en el cual, se aprecian las tres puertas características de este tipo de construcciones: la "valva regia" (puerta central) y las "hospitalaria" (puertas laterales). El muro dispuso de grandes mechas para ubicar hasta tres pisos de decoración arquitectónica; aunque se conservó muy poco de la misma, como algunas partes de sus columnas toscanas. 
El público accedería por corredores cubiertos con bóvedas romanas o desde la "summa cavea".



A pesar de que una parte del teatro,  y de las murallas de la zona Este, fueron destruidas en el año  1774, también se describieron unos magníficos baños y caminos romanos.


" Clunia fue, por tanto, una ciudad importante desde los primeros años del Imperio, por su posición en la red de caminos hacia Cantabria y, en general, hacia Occidente, y como sede de un Convento jurídico vivió en ella, administrando justicia, largas temporadas el "legatus Augusti propraetore"  de la Tarraconense, cargo en el cual vamos a ver inmediatamente a Galba. Profesor Pedro de Palol (Girona, 1923 - Barcelona, 2005).



Pedro de Palol, maestro de la Arqueología.
Foto: Miquel Pairolí. Presència, 1989 / Fons ICAC.

El profesor y catedrático Pedro de Palol, fue director de las excavaciones en Clunia, siendo su contribución de gran valor para la arqueología de la Península Ibérica.

Las excavaciones de Clunia fueron suspendidas en el año 1935, y retomadas a finales de los años cincuenta, a principios de los sesenta, por el eminente arqueólogo, que dedicó más de treinta años a su estudio. Aunque su carrera profesional duró medio siglo. Toda una vida por la Arqueología.

"El asentamiento romano más importante de la provincia de Burgos es la ciudad de Clunia, situada entre las localidades de Peñalba de Castro y Coruña del Conde. Clunia fue una de las ciudades más impresionantes de la Hispania romana y jugó un importante papel en la administración de esta parte de la provincia Citerior o Tarraconense. Las fuentes históricas y arqueológicas atestiguan la existencia de un asentamiento prerromano en esta misma zona, concretamente en el denominado Alto del Cuerno. Se trataría de la arévaca Kolounioku. Sin embargo, el emperador Tiberio (14-37 d.C.) fundó la ciudad romana en el Alto de Castro, muy cerca del asentamiento arévaco". Museo de Burgos.
El Imperio Romano ostentó dos grandes demarcaciones o provincias en Hispania: la Lusitania y la Tarraconense, en las que moraban indígenas, de carácter independiente (sin unión entre ellos) pero que potencialmente representaron una amenaza para el emperador. Las élites locales podían someterse, o mirar por sus propios beneficios personales. Roma tuvo que mantener una fuerte militarización y administración, para la explotación de las zonas conquistadas y así poder extender la romanización, tal y como, los romanos, entendieron su civilización desarrollada. Por lo tanto, en un principio, no otorgaron los mismos derechos de los que disfrutaban los propios romanos.
"Hispania fue un banco de pruebas y de experimentación para los romanos, pues no se debe olvidar que se trataba de fórmulas ya ensayadas." J.J. Sayas. Historiador navarro, catedrático de la UNED.
La ciudad de Clunia entró en la Historia como marco de los enfrentamientos entre Nerón y Galba.
"Clunia tuvo diferentes rangos administrativos dentro del Imperio: nace en calidad de municipium con Tiberio, es cabeza de convento jurídico con Claudio (41-54 d.C.) y, finalmente, Galba (68-69 d.C.) la otorga la condición de colonia en reconocimiento a su apoyo durante la sublevación contra el emperador Nerón. Durante la rebelión, Galba, gobernador de Hispania, se refugia en Clunia. Allí recibe la noticia de la muerte del emperador y del nombramiento a su favor. A partir de este momento tenemos el nombre completo de la ciudad: COLONIA CLUNIA SULPICIA. Colonia por su condición jurídica, Clunia por su nombre prerromano y Sulpicia por el de la gens romana de Galba". Museo de Burgos.
Busto del emperador Galba.
La historia de Clunia quedó ligada para siempre con la figura del emperador Galba, consecuencia de una guerra civil, que tuvo su paso por Clunia.
Suetonio y Plutarco, entre otros historiadores romanos, retrataron su vida.
La revolución contra Nerón, llevó al poder al cónsul, y legado del ejército de Germania, Galba; quien también ostentaba el cargo de procónsul de África; lo que nos da a entender la importancia del personaje, un romano destacado, en situación ventajosa, por su elevada posición militar, política y social.
Foto: Antiques Museum in the Royal Palace (Stockholm).
"Desde los investigadores antiguos, el nombre de Clunia va unido al de Galba, y se ha llamado a la ciudad "Clunia Sulpicia", añadiéndole incluso algunos tratadistas el epíteto de Galba. El fundamento histórico de ello se basa y comprueba en una gran bronce acuñado por el Emperador, en cuyo reverso se representaba la imagen femenina de Hispania, de pie delante de Galba, sentado, ofreciéndole una Victoria. Acompaña todo, la leyenda: "Hispania Clunia Sul (picia) (...) Hoy críticos modernos (...) dicen, concretamente, que tal moneda es de autenticidad dudosa.· Profesor Pedro de Palol (Girona, 1923 - Barcelona, 2005).
Detalle del pavimento de mosaico de una habitación de una casa romana de Clunia, con motivos geométricos (cenefas, rombos, cuadrados) y vegetales, con teselas de varios colores. Fue excavada por Taracena.
Foto: Ecelan/Wikipedia.


Torsos de personajes mitológicos de Clunia, de clara influencia griega, de tradición praxiteliana, repitiendo el estilo creado por el escultor ateniense del siglo IV a.C., Praxiteles; tan del gusto de las modas romanas, entre los siglos I y II d.C.
De izquierda a derecha: torso de muchacho identificado con Dionisios (el dios que entrado en la madurez se convirtió en viajero por Europa y Asia, relacionado con el culto al vino) una hermosa Venus (diosa romana de la naturaleza, protectora de los jardines; asimilada a Afrodita, convertida en la diosa del amor, extendió su culto por toda Italia) , y el sátiro Fauno (antiguo rey del Lacio divinizado; genio de los bosques, de poderes proféticos).

Foto: Museo de Burgos.


La escultura que proporcionó Clunia no era muy abundante, constituyendo hallazgos antiguos, en la mayor parte, fuera de contexto arqueológico (sin datos de excavación). Sin embargo, entre todas ellas, destaca por su estilo puramente romano, la magnífica estatua de la diosa Isis. 

Estatua de Isis del siglo II d.C., de época imperial romana. Fue encontrada, junto a otros objetos arqueológicos, junto a una lápida dedicada al emperador Adriano. La imagen ha perdido sus brazos.
Como el nombre de la diosa indica, el culto de los misterios de isis fue introducido en el Imperio Romano, procedente de Egipto, hacia el año 38 d.C., durante el mandato del temido Calígula. En su culto se realizaba una iniciación entre la muerte, y la resurrección mística, que aseguraba una vida extraterrenal de bienaventuranza. 
Foto: Museo de Burgos.


 Testa romana de Clunia, de mármol blanco, con la representación de una cabeza romana de joven dama noble. Fue encontrada en las campañas arqueológicas de 1960. Se ha conservado la mayor parte de su cara, pese al gran golpe que debió sufrir en la frente, que dividió el  mármol en dos bloques. Actualmente, vemos la imagen de esta gran cicatriz, una sutura que alcanza el ojo derecho. También, conserva la mitad de su elaborado e imperial peinado. Su nariz se ha perdido, y el cuello, por este hecho, los expertos, no pueden saber si se trató de una escultura de cuerpo entero o de un busto. Al perder el cuello, tampoco es posible esclarecer la continuidad del peinado. Sus medidas se corresponden con el tamaño natural de una persona.
El peinado de la damisela, en forma de casquete, permite ver grandes rizos sobre la frente, con hasta 5 filas de bucles superpuestos unos sobre los otros, donde se concentran, para dejar paso a cabellos ondulados, o más lisos por la parte trasera, quizá formando una trenza o un moño. 
Los arqueólogos creyeron que este peinado aparatoso, correspondería a la emperatriz Iulia Titi (dinastía de los Flavios), o a una damisela de su tiempo, puesto que las emperatrices fueron las que marcaron la moda de los peinados.
"En uno de los ángulos del Foro -el NE.- y entre la doble columnata de la galería Norte del mismo, se halla un pequeño edículo rectangular, quizá un templete, que daba fachada a la columnata y la espalda a la continuidad del cardo descrito. Este corredor -en realidad el pórtico Este del Foro-, está limitado por una gran edificación (...) de la cual hemos descubierto parte de la fachada y de su entrada (...) entre este edículo y la fachada (...) apareció una cabeza de mármol blanco, de bastante buena calidad, fragmentada en dos trozos e incompleta, que representa una mujer joven, casi una muchacha." Profesor Pedro de Palol (Girona, 1923 - Barcelona, 2005).
Otros hallazgos importantes de la ciudad romana de Clunia, fueron el material epigráfico (inscripciones y aras) imprescindibles para el estudio de la Historia, y monedas, estas últimas muy importantes para el conocimiento de la circulación monetaria entre los siglos III y V de nuestra era.

Clunia preservó estructuras termales, del foro, el centro de los edificios oficiales. Las más extensas son las conocidas como las termas de los Arcos.
Foto: Clunia Colonia Sulpicia.


A finales del imperio romano (siglos IV-V) aparece la delicada cerámica de la Sigillata, como el vaso de Burgos, conservado en su museo, y en tiempos de los visigodos (siglo VII) algunos arreos de bronce para caballos.

Uno de los puntos de mayor interés de los arqueólogos, consistió en investigar los motivos que condujeron a la "destrucción" de la ciudad, con el paso de la esplendorosa civilización romana, a la entrada del mundo "bárbaro" de los visigodos. 

"La ciudad a partir del s. II por causas que se nos escapan, inicia un drástico proceso de transformación que parece buscar, como apuntábamos, una adaptación a una nueva situación, desligada de fastos e intereses imperiales y sin duda más preocupada de pervivir, contando solamente con sus posibilidades y respondiendo a sus propios intereses. Puede considerarse que en el 222 la ciudad sigue manteniendo la capitalidad del convento a pesar de su degradada situación urbana. Acaso esta siga siendo una de las causas por las que puede enfrentarse con éxito al s. III-IV y V." Francesc Tuset Bertrán (Univ. de Barcelona) / Miguel Ángel de la Iglesia Santamaría (Univ. de Valladolid).
"La arqueología moderna ha tenido que recuperar la ciudad romana de Clunia, cabeza de uno de los conventos jurídicos de la provincia tarraconense que, quizá como pocas, perdió su función e incluso su recuerdo al dejar de tener un papel político, administrativo, y, por lo tanto, humano. (...) En realidad, la historia de las ruinas de Clunia se iniciarían en el momento de su abandono y pérdida de la identidad urbana, al que seguiría un tiempo dilatado de desconocimiento de su propia existencia." Profesor Pedro de Palol (Girona, 1923 - Barcelona, 2005).

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