Los sucesores de Alejandro Magno. Los Diádocos.

Los sucesores de Alejandro Magno. Los Diádocos. Los siglos que siguieron a la muerte de Alejandro.

"Les Funérailles d'Alexandre-le-Grand". Reconstrucción artística del catafalque, en la procesión fúnebre de Alejandro Magno, dibujada en el año 1940. Quizá  el artista contemporáneo, André Bauchant, se inspiró en la descripción de Diodoro Sículo (historiador griego de la Antigüedad, nacido hacia el 90 a.C. en la actual Agira, en las estribaciones del Etna, en la isla de Sicília). Se cree que el escritor vivió hasta el año 30 a.C. Los últimos libros de su voluminosa obra "Biblioteca histórica" abarcaban desde Alejandro Magno a los tiempos de sus sucesores. La información sobre esta etapa del Helenismo (los Diádocos: 323-276 a.C.) puede extraerse de sus libros (números 18-19-20; los últimos: 21-40 están perdidos). 
Alejandro Magno, fue rey de Macedonia, llegando a ostentar un gran imperio. Murió en Babilonia en el año 323 a.C., con tan solo 33 años. Su cuerpo fue trasladado con grandes honores hasta Alejandría, para su entierro. Egipto le rindió culto, y, también en otros lugares. Alejandro Magno se había divinizado a sí mismo.
Imagen: The Met Museum.
"Tras la muerte de Alejandro siguió mucho tiempo viva esta ideología de la monarquía divina". J.Mª Blázquez .(1926-2016. Catedrático español de Historia Antigua). 

Después de la muerte de Alejandro Magno, durante unos tres siglos, la realeza continuó siendo el sistema político dominante.

"Los cuarenta años que siguieron a la muerte de Alejandro se caracterizaron por innumerables guerras, en el curso de las cuales el Imperio conquistado por el rey estuvo varias veces a punto de hundirse, hasta que acabó por desmembrarse. La considerable fuerza militar reunida para abatir al Gran Rey y reducir la resistencia de los pueblos asiáticos fue apartada de sus objetivos por unos generales que eran, parcial o totalmente, sus depositarios. Estos generales son designados por los historiadores antiguos con el nombre de Diádocos, porque son los "sucesores" directos de Alejandro, los que han recogido (y repartido) su herencia." Pierre Grimal. (1912-1996). Importante historiador francés de Clásicas.

Extraordinarias joyas de oro de época helenística del Museo de Lamia (Grecia).
Foto: Grb16 / Wikipedia.
Durante el Helenismo las ciudades griegas perdieron su hegemonía.
 Atenas que nunca soportó la victoria de Filipo, cuando obtuvo la certeza de la muerte de su hijo Alejandro Magno, se reunió en una asamblea, dirigida por Hipérides y declaró la guerra a Macedonia. Atenas, reconocida como un modelo de polis y democracia, en realidad, abusó demasiadas veces de la población, para financiar duras guerras. En este caso, reunió 200 trirremes, 40 cuatrirremes, requisó oro y envió embajadores a toda Grecia en busca de aliados. Casi todas las ciudades se unieron, excepto su vieja rival, Esparta. Esta guerra se llamó Lamíaca, porque pese a los iniciales éxitos conseguidos, su general, Antípatro, tuvo que encerrarse en la ciudad de Lamia.

Los sucesores de Alejandro, siguieron fundando ciudades. Los Diádocos de Asia, los Seléucidas, establecieron decenas de ciudades nuevas (del tipo griego) en Siria y Mesopotamia. Las nuevas ciudades de Asia eran más grandes, siendo más similares a la Megalópolis del Peloponeso, que a las ciudades de la Grecia clásica. 

La etapa de los Diádocos es un tiempo de glorias militares, que siguieron fieles a las tácticas de Alejandro Magno, pero aún se perfeccionaron, llegando a aumentar la maquinaria de asedio, las fortificaciones y los barcos de guerra. También aumentaron de tamaño los monumentos dedicados a las victorias. 
Los ejércitos de los Diádocos eran permanentes y de mayor tamaño, pero podían ser aumentados con mercenarios y colonos reclutados. Llegando a cifras de 60.000 soldados de infantería o más, e incluso, podían formar parte de él, las mujeres. 

Las familias helenísticas de la realeza vivieron en lujosos palacios, con jardines y salones decorados, celebrando opíparos banquetes   en sus salones (sympósion) y festivales de la corte. Sus reyes se convirtieron en grandes mecenas de las artes, encargando obras públicas de arquitectura y escultura. 

Los objetos arqueológicos también demuestran una gran idealización del lujo privado. Durante esta etapa se desarrolló la joyería, gracias a los crecientes intercambios comerciales y culturales, que resultó en la aparición de nuevas piedras preciosas, y una mayor movilidad de los orfebres, lo que conllevó la aplicación y el desarrollo de nuevas técnicas.

Joyería de Ganímides, del período helenístico (ca. 330-300 a.C.). El conjunto está formado por fíbulas, pulseras y una anillo, en oro, cristal de roca y esmeralda.
Se creyó que las piezas se encontraron juntas en Macedonia a principios del siglo XX, pero actualmente, según los expertos, no parece muy probable, por la falta de uniformidad en su estilo.
El collar de cadena de oro, fue datado sobre el año 300 a.C. Está formado por tres cadenas y unos adornos en forma de hojas de hiedra o parra, con unos bordes de alambre de cuentas y una roseta central. Han aparecido collares de este tipo (de correa) en muchas áreas del mundo griego e incluso en el sur de Italia, Asia Menor y el Ponto (Mar Negro).
Foto: The Met Museum.
Cabeza monumental de bronce de Demetrio I Poliorcetes (45x35cm). Arte helenístico (307-300 a.C.). Con los abundantes rizos, cejas finas y grandes ojos abiertos, característicos del Helenismo, desde Alejandro Magno. Su rostro recuerda al de las monedas acuñadas en tiempos de Ptolomeo I.
Foto: Museo Nacional del Prado.
"La identificación de los soberanos con diversos dioses y héroes, cuyo poder divino y características específicas ellos personifican -una idea difundida particularmente desde tiempos de Alejandro Magno en los países orientales de la región mediterránea-, es adoptada también por los sucesores de Alejandro, los Diádocos". Museo del Prado, Madrid (España).

"El 10 de junio de 323 Alejandro murió en Babilonia. Por una singular coincidencia, poseemos una tablilla en la que un escriba babilonio anotó el suceso en un diario astronómico. "El rey murió", señala. "Las nubes... Ninguna de las fuentes griegas o romanas que han llegado a nuestras manos menciona las nubes. (...) se explayan hablando de la enorme hoguera de ambiciones personales que encendió la muerte del rey". Robin Lane Fox (Profesor Universidad de Oxford).

Tras la muerte de Alejandro (323 a.C.), se vivió un problema sucesorio. Alejandro había controlado las amenazas exteriores de su imperio, con su fuerte militarismo, aunque su estructura interior administrativa y política era más débil, porque a su muerte no quedó bien definida. Por el fuerte poder militar del imperio macedonio, el rey había contado con muchos generales, conocidos por la historiografía como los Diádocos (323-276 a.C.), quiénes llevados por sus ambiciones personales, no estuvieron tan interesados en mantener un imperio unido: tal como era de esperar, a la muerte de Alejandro, su obra, configurada por la fuerza de su personalidad de tirano, se derrumbaría. 

La nobleza militar macedonia estaba formada por los caballeros y sus líderes. 
El general Antípatro, responsable de controlar la política del imperio alejandrino, al conocer la noticia de la muerte de su líder, organizó una coalición para expulsar a los macedonios de Grecia. Pese al mito, Alejandro funcionó como un "gran capo", movido siempre por intereses económicos (la conquista y el saqueo, para la obtención del botín: principalmente los esclavos) entre militares ambiciosos y traidores, impuso la fuerza para el mantenimiento de su imperio. 
"En cuanto a la sucesión de Alejandro y de acuerdo con las costumbres existentes en Macedonia, era un Consejo real el que debía elegir al más capacitado para ello entre los miembros de la estirpe real de los Argeadas. Pero la actuación de Alejandro con sus posibles competidores en su ascenso al trono, hizo que once años más tarde, sólo quedara Arrideo, retrasado mental (...) Era necesario considerar, además, al hijo de Roxana, la esposa iranía de Alejandro, que nacería póstumamente." Arminda Lozano Velilla. (Historiadora española, especialista en la Grecia helenística).
El hijo de Alejandro (conocido como Alejandro IV) era el candidato perfecto para la sucesión de la nobleza macedonia, por derecho de nacimiento, y al unificar las dos partes del imperio, la parte macedonia por parte de su padre Alejandro, y la iranía, por parte de su madre Roxana. Puesto que la nobleza macedonia, en su mayor parte, abogaban por la unión del imperio, pero algunos generales de Alejandro quisieron gobernar ellos mismos todo el imperio (Pérdicas, Crátero y Antígono el Tuerto) mientras otros pretendían gobernar partes del mismo (Ptolomeo y Seleuco).
"A los cinco días de la muerte de Alejandro, la antigua reina madre de Persia, se dejó morir de inanición, lamentando (según dijeron algunos) la muerte de Alejandro, aquel que apenas ocho años antes había sido el enemigo declarado de su hijo. Entre los macedonios surgió una complicación. Alejandro había enviado a su respetado general Crátero de vuelta a Macedonia con 10.000 veteranos de este país ya ancianos de cuyos servicios había decidido prescindir." Robin Lane Fox (Profesor Universidad de Oxford).
Para llenar los vacíos de poder, aparecieron títulos nuevos, como: guardián, supervisor, o quiliarca (sustituto). 

En poco más de 20 años, el imperio se fragmentó aún más, repartido entre generales. 


Ptolomeo, que era un antiguo amigo de Alejandro, se quedó Egipto. Seleuco, Asia; Lisímaco, Tracia y el noroeste de Asia Menor; Casandro, Macedonia (compañero en Babilonia de Alejandro, a quién se había acusado de envenenarlo). Todos los rivales de Alejandro fueron colocándose como jefes de sus tropas.

Busto de Ptolomeo I, fundador de la dinastía de los Ptolomeos. Según las fuentes, Ptolomeo guardó el cuerpo de Alejandro en la antigua capital de Egipto, Menfis, para después trasladarlo a las tierras del delta del Nilo (Alejandría). Donde uno de sus sucesores, Ptolomeo IV, le construyó el "Sema" (un magnífico mausoleo) para que reposaran sus restos y los de toda la dinastía ptolemaica. 
Todavía algunos "buscadores de tesoros arqueológicos" creen que la tumba de Alejandro podría encontrarse bajo los restos de la actual ciudad de Alejandría (Egipto). Allí fue visitada por el propio emperador Augusto, un admirador del macedonio. Quién en el año 30 a.C. ofrendó una guirnalda de flores, sobre la tapa de cristal de su sarcófago; parece ser que estaba expuesto al público.
Lo más probable, según piensan los historiadores, es que la tumba y el cadáver de Alejandro fueran destruidos durante algunos de los disturbios que se produjeron en Alejandría, con su historia de revueltas populares.

" Durante los años de rivalidad de las dinastías, hubo un grupo social que alcanzaría mayor preponderancia: las mujeres de la familia real y de la nobleza. La hermana de Alejandro, Cleopatra, se quedó en seguida viuda, convirtiéndose en un valioso premio para los ambiciosos Diádocos; hasta 316, su madre, Olimpíade, siguió campando por sus respetos en el reino del que era originaria; su sobrina Adea (nieta de Filipo), con sólo dieciséis años, demostró tener un temple y una audacia en público digna de su aguerrida madre. Pero hubo también otras grandes mujeres fuera de la familia real" Robin Lane Fox (Profesor Universidad de Oxford).


En el año 310 a.C. murió el hijo de Alejandro (Alejandro IV) y la hermana de Alejandro, que también se llamó Cleopatra (una poderosa rival) en el año 308 a.C. Por tal motivo, Antígono, fue el primer Diádoco, en proclamarse públicamente rey.


Estatuilla de terracota, con la representación de una niña del período helenístico (Taller de Atenas. 300 a.C.). A finales del siglo IV a.C. empiezan a representar a los niños, ya no como adultos en miniatura, sino con características más apropiadas, a pesar de ello, la niña está vestida con el chitón (túnica) y el himatión (capa envolvente, tipo chal) de adulta. Su peinado redondeado, con forma de melón, organizado en altos rizos, es típico de las damas helenísticas. Recordemos la escasa consideración de la infancia en las niñas, entregadas al matrimonio desde su primera menstruación.
Foto: The Met Museum.

Busto monumental en mármol de una reina ptolemaica del mundo helenístico (270-250 a.C.). Parece ser que perdió el velo que debió cubrir su cabeza. Su estilo artístico es típico del clasicismo, muy idealizada, aunque su rostro presenta una cierta individualización que hace pensar a los expertos que pueda responder a un retrato de un miembro destacado de la dinastía ptolemaica. 
Desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.), los griegos macedonios gobernaron Egipto, hasta la muerte, por suicidio de Cleopatra VII en el año 30 a.C.
Es posible, según expertos, que la cabeza represente a la reina Arsinoe II, quién goberno junto con su hermano Ptolomeo II, desde el 278 a.C. hasta su muerte, el año 270 a.C. Arsinoe II fue divinizada, adorada como una diosa egipcia, asimilada a Isis, y al mismo tiempo representada y honrada en los festivales como la diosa griega Deméter.
Foto: The Met Museum.

"Alejandría de Egipto pronto contó con una población de más de 100.000 habitantes, y en el siglo II a.C. es posible que dicha población ascendiera ya a más de 300.000." Robin Lane Fox (Profesor Universidad de Oxford).
Representación artística del siglo XIX, de la Biblioteca de Alejandría. En ella debió atesorarse toda la cultura helenística, sus conocimientos y la herencia de la gran filosofía clásica (como Aristóteles, maestro de Alejandro Magno) y los "nuevos" filósofos (cínicos, epicúreos y estoicos) de las diversas escuelas.
Los Ptolomeos convirtieron a Alejandría en la urbe más importante de la Antigüedad helenística.
Imagen: 
O. Von Corven - Tolzmann. The Memory of Mankind. New Castle, Oak Knoll Press, 2001.

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