El viaje legendario a las tierras remotas. Los "mirabilia" de Oriente.

El viaje legendario a las tierras remotas. Los "mirabilia" de Oriente.


Portada del libro de Marco Polo "Livre des merveilles". Manuscrito iluminado del siglo XV.
El libro de las maravillas del mundo, constituyó para los europeos un tratado de introducción a la historia y geografía del Asia Central y la China. En realidad, se trataba de un compendio de viajes, leyendas y rumores, con algunas visiones prácticas y otras fantásticas. 
Actualmente, hay muchas versiones, traducciones y ediciones, contando con algunas contradicciones entre ellas.
Imagen: Bibliotèque
 Nationale de France.

Manuscrito de 1350. Podría tratarse de una de las copias más antiguas que se conservan de "Les voyages de Marco Polo" (Los viajes de Marco Polo).
Marco Polo (ca.1254-1324) fue un mercader veneciano que viajó por China, llegando a ser consejero del poderoso señor de Kublai Kan (1215-1294), el nieto del legendario Gengis Kan, conquistador de China.
Después de su aventura en China, regresaron en barco a  Venecia (1292-1295). Allí Marco Polo comandó una galera de la Marina veneciana (durante la guerra entre Venecia y Génova). En 1296 fue apresado por los genoveses. Según la tradición, redactó las historias de sus viajes a su compañero de celda, Rustichello da Pisa, quien supuestamente los escribió en francés antiguo.
Sus escritos fueron traducidos a muchos idiomas. Los originales se han perdido.
Imagen: Library of Congress.

Ilustración en miniatura del "Livre des merveilles" de Marco Polo, del siglo XV, con la representación de tres seres fantásticos: blemme, esciápodo y monocolo.
El artista se permitió la licencia de insertar estos extraños seres que no existieron en los viajes de Marco Polo, por la moda de las mirabilia orientales, del gusto de los lectores.
Las mirabilia orientales constituyeron un género literario que describía a seres monstruosos y legendarios de Oriente. En su mayoría, eran criaturas inventadas por la imaginación de los autores y leyendas. Este gusto por lo maravilloso se inició en la Antigüedad. Plinio, fue quien creó esta tipología de los pueblos orientales, mediante informes fantásticos de gente que nunca había pisado la India.
Imagen: Bibliothèque Nationale de France.

"En una versión posterior del Milione, el Livre des merveilles, que se conserva en la Biliothèque Nationale de París, cuando Polo describe el reino de Coilum, en la costa de Malabar, y habla de un pueblo que recoge la pimienta (...). Uno es un blemme, es decir, uno de esos fabulosos seres sin cabeza y con la boca en el pecho, el otro es un esciápodo, que yace tumbado a la sombra de su único pie, y el tercero un monocolo. Justo lo que el lector del manuscrito esperaba encontrar en aquella región. En el texto de Marco Polo esos tres monstruos no aparecen mencionados en ningún momento. Polo dice a lo sumo que los habitantes de Coilum son negros y van desnudos, que en la región abundan los leones negros, los papagayos blancos de pico bermejo y los pavos reales." Umberto Eco. 
Desde la Antigüedad, los griegos sintieron la fascinación por las maravillas de Oriente, como documenta la Historia y la Arqueología, a su vez, transmitida a los autores romanos, incluso a otros orientales, llegando a la plenitud en la Edad Media, con los bestiarios. 

En la Alta Edad Media comenzarán las creaciones que llegarán al máximo de lo fantasioso con el Bosco, a finales del siglo XV.

Aquel género continuó hasta el Renacimiento, maravillando a los lectores con la descripción de lugares remotos repletos de criaturas extraordinarias.
Capitel de Rampurva (Bihar, República de la India) del siglo III a.C. de influencia helenística.
Imagen: Wikimedia Commons.

"Los símbolos son el más antiguo cantar. El principal de ellos es la naturaleza virgen." Josep Olives Puig. Catedrático de Humanidades.
Durante los tiempos del padre de la Historia, Heródoto (s.V a.C.) existieron las rutas comerciales entre Asia Central e India. Las conquistas de Alejandro Magno abrieron nuevos pasos, llegando hasta el Valle del Indo (más lejos del Afganistán actual). 
Aquellos caminos fueron trazados por los viajeros, en condición de comerciantes, guerreros y peregrinos, a lo largo de la Historia, que ejercieron de embajadores culturales, al trazar un puente entre culturas.

Las narraciones legendarias de las maravillas de los viajes de Alejandro Magno fascinarán a toda la Edad Media. Desde Pseudo- Calístenes (siglo III a.C.), el conquistador macedonio se enfrentaba (en las mentes imaginativas) a seres extraños en aquellas exóticas tierras que intentó conquistar. Después de la Biblia, esta obra será considerada el libro más influyente en la Antigüedad y Edad Media, por su gran expansión, ya que fue traducido a muchas lenguas antiguas (europeas y orientales). 
"En el Libro de Alexandre el motivo del viaje y lo maravilloso, entendido como un “universo de objetos” particular dentro del imaginario medieval, se encuentran estrechamente entrelazados. Dentro del recorrido trazado por el texto, los mirabilia cumplen una doble función: poner de manifiesto la existencia de un orden armónico de todas las cosas y acusar sus eventuales perturbaciones, o amenazas de perturbaciones, originadas en la esfera de los acontecimientos humanos". María Eugenia Alcatena (Universidad de Buenos Aires).


Historia de preliis Alexandri Magni del siglo XV. Alejandro Magno luchando contra un dragón con corona y posible relación con las amazonas, legendarias mujeres guerreas hijas del dios griego de la guerra Ares. Quizá hace referencia a las mujeres-luna armenias. Su reino estaba situado a orillas del Termodonte y estaban gobernabas por una reina, sin injerencias masculinas.
Alejandro Magno al luchar contra un dragón se muestra como el héroe civilizador.
El dragón con alas membranosas ya no es propio de la plena Edad Media; aparecerá al final, por las relaciones comerciales consolidadas con Oriente. 
El simbólico dragón se convertirá en el ser más peligroso y con poder de todos los animales fabulosos, al controlar todos los elementos (tierra, agua, aire y fuego) que no crearán armonía sino discordia, entrando en contradicción entre ellos. También se le confirió un valor cósmico y alquímico. Esta criatura representa el caos a combatir. Relacionada con las antiguas monarquías britanas. A partir de los legendarios relatos históricos traducidos al italiano y al francés medieval, se extenderá como símbolo del enemigo de la realeza, por extensión de toda la cristiandad (frente al infiel) como representación del mal, al que debe vencer el noble caballero.
Imagen: National Library of Wales.


Las Amazonas son un mito de la Antigüedad (antiguos griegos), y otra cuestión fue el origen de la creación del topónimo del gran río Amazonas de América del Sur.

"Si hemos de hacer caso a la explicación más generalizada, el nombre de Amazonas se lo dio Francisco de Orellana, el primer europeo que logró navegar por el río hasta su desembocadura. La aventura de Orellana y del reducido grupo de españoles que le acompañaron se había iniciado en Quito, en la Navidad de 1541, con el propósito de atravesar los Andes y encontrar el famoso Eldorado. Naturalmente no lo hallaron, pero encontraron un gran río en Iquitos y tras ir a favor de sus aguas durante 4.800 km, al cabo de siete meses lograron llegar a su desembocadura en el Océano Atlántico: era el 28 de agosto de 1542. Según el propio Orellana, las márgenes del río estaban densamente pobladas de multitud de pueblos de etnias diferentes, mucho más numerosos los pueblos y etnias que los que pueden hallarse en la actualidad. Y es leyenda que al tener que enfrentarse los españoles a varios de estos pueblos, encontraron una etnia en que las mujeres se defendían con igual arrojo que los hombres y aun los sobrepasaban en los ataques, razón por la cual bautizaron a esa etnia de amazonas y desde ella al río en cuyas márgenes vivían como 'río de las amazonas'. Pero existe otra hipótesis, tan plausible como la anterior, que asegura que el nombre de Amazonas es el resultado fonético que en español dio la palabra con que los nativos designaban al río y que, al parecer, significaba 'rompedor de embarcaciones', porque este efecto producía el río al contactar en su desembocadura con el océano". Maximiano Trapero. Catedrático de Filología Española Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

En su origen, los conocimientos adquiridos de Oriente y de la India eran muy lejanos y vagos, como para alcanzar un naturalismo en sus representaciones, en los mapas y las ilustraciones. 

Página del Physiologus (Fisiólogo) con la descripción de la pantera. Fisiólogo de Berna.
El Fisiólogo fue escrito en griego durante los siglos II y III d.C. Después sería traducido al latín y a otras lenguas orientales.
En esta compilación, se nombran a una cincuentena de animales, plantas y piedras, con la descripción de las criaturas y una anotación teológica de tipo moralizante.
Esta obra "de consulta" y alegorías, constituye una de las más antiguas sobre el mundo animal (junto con las descripciones naturales "enciclopédicas" de Plinio el Viejo).
El fisiólogo ha visto su representación física, en las esculturas del Arte Románico medieval. Fue elaborado a partir de las enseñanzas de la Biblia y las antiguas ideas de la naturaleza.
Imagen: Wikimedia Commons.

"El hombre sabio o ignorante toma de la Biblia, del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, el gusto por las imágenes y los símbolos." Marie-Madeleine Davy (1903-1998). Historiadora y filósofa especialista en Edad Media.
Ave Fénix perteneciente al Bestiario de Aberdeen. Esta ave envuelta en gemas preciosas, cada 500 años volaba hacia los cedros del Líbano, para perfumar sus alas, arrojándose al fuego de un altar. Según la leyenda, las alas volvían a regenerarse, después de que un sacerdote la rescate de las cenizas en forma de larva. Como alegoría de la figura de Cristo, explica su capacidad de resurrección de la muerte. La alegoría, es una figuración que en el bestiario medieval toma la forma de un animal.
El historiador griego Heródoto, durante su viaje al Antiguo Egipto, las describe muy parecidas a las águilas.
El cristianismo confiere el simbolismo que consideró adecuado a los antiguos símbolos.
En la Edad Media el bestiario medieval se compone de versos latinos o franceses en los que se exponen las propiedades morales de los animales (reales o imaginarios).

"El mundo era un gran libro escrito por el dedo de Dios, en el que toda criatura viviente, animal o vegetal, así como toda piedra, era portadora de un significado superior, era necesario poblar el universo de seres dotados de las más dispares propiedades para poder entreveer a través de estas características un significado alegórico." Umberto Eco.

Los animales fantásticos fueron representados en el Arte, tales como: híbridos (animales compuestos), esfinges, quimeras, grifos, dragones, unicornios, sirenas, basiliscos, entre muchos otros. 

Las personas medievales consideraron a los monstruos como anomalías normales, puesto que representan tanto lo inevitable como lo misterioso, testimonio de la imaginación del poder de la creación divina.

Las enciclopedias medievales siempre estuvieron conformadas por una parte de ciencia y mucha fantasía.

El erudito cristiano Isidoro de Sevilla, en el año 600, escribió la Etymologiae de los seres fantásticos. La mayoría de autores eran muy crédulos respecto a los seres de la marabilia. Existe un Acta Sanctorum, donde se explica que San Cristóbal y San Mercurio eran los descendientes de los cinocéfalos, un pueblo de seres fabulosos. Aquellos seres, eran considerados una metáfora de la vida y el sufrimiento de Jesús.

No todos los prelados eran favorables a la moda de los bestiarios en la representación del arte cristiano, sobre todo en edificios religiosos y códices. Bernardo de Claraval (siglo XI-XII) se opuso a estos motivos, que también podían invadir zócalos y paramentos textiles.

Tuvo buena consideración, entre reyes y reinas medievales, coleccionar animales y plantas exóticas en sus jardines, como es el caso documentado de los palacios de Barcelona (Palau Reial Major y Palau Reial Menor). Algunos de los animales exóticos de los zoológicos de la Barcelona de la Baja Edad Media eran, los leones, los guepardos y las avestruces, guardados y supervisados en los grandes huertos propiedad de estos palacios, que además funcionaron como jardines. También fueron muy apreciadas las aves, no sólo para cetrería, por ejemplo, los loros.

En el Arte medieval, los animales más grotescos y monstruos alados eran los más maléficos.


Los animales fabulosos se representaran en los desagües de los tejados de las grandes catedrales y edificios más importantes del gótico. Los unicornios y los elefantes, fueron descritos por la imaginación de los maravillados viajeros a las tierras remotas de Oriente y África.




Gárgola gótica de la Catedral de Barcelona. Representa un unicornio. Junto con su compañera, la gárgola del elefante, son las más antiguas, del siglo XIV (también hay un toro). 
El unicornio en la antigüedad era considerado peligroso para las personas, coexiste en el Renacimiento, con el unicornio cristiano, símbolo de Cristo y a veces de la Virgen.
Las gárgolas tuvieron una función práctica como desagües del agua de las lluvias, al mismo tiempo, una misión misteriosa, de advertencia, protegiendo desde el exterior, el interior y sus personajes, como eternas guardianas pétreas de las construcciones. El pecado y sus maldades, sería castigado por poderosos seres maléficos. El Arte Gótico gusta de representar a seres monstruosos, concebidos como el desorden necesario y complementario al orden natural (Dios). 

Foto: Marta Jordán Bonet.




Gárgola del elefante en la Catedral de Barcelona, del siglo XIV.

Representado como en la Antigüedad clásica; pero en lugar de una torre de combate, porta un castillo. Espíritu diabólico que el pecador medieval no podrá vencer por sí mismo, también si comete algún acto malvado contra el orden establecido de las jerarquías medievales, será atacado por los guardianes exteriores, pero si accede al interior sagrado y sigue los dictados divinos, obtendrá la absolución de sus pecados y la salvación.
Lo infernal aparece en los lugares marginales del Arte Gótico. El Gótico destacó por un gusto por lo monstruoso, con un estilo más elaborado y naturalista.
Algunos autores han visto el elefante como un símbolo benéfico propio de la mitología cristiana, otros no plantean ninguna interpretación, comentando que el elefante era un animal bastante desconocido en la Edad Media. Aparte de su interpretación simbólica, se considera un elemento de la mirabilia oriental que llegó a la ciudad de Barcelona, quizá producto del gran desarrollo de la burguesía comercial y naviera, sin olvidar su pasado relacionado con las Guerras Púnicas, el nombre antiguo de la ciudad (Barcino) ha sido interpretado en relación a los Bárquidas.
En la actualidad, corre una leyenda popular que relaciona la trompa con el mundo; en el caso de que esta cayese, el mundo se acabaría. De hecho, su desprendimiento, ya aconteció un par de veces...

Foto: Marta Jordán Bonet.

Mapa del siglo XII de la geografía de Ptolomeo, con la representación de la isla de la Taprobana (posiblemente Sri Lanka). Algunas islas fueron reales y otras fantásticas, aunque en ambas aparecieron los elementos legendarios.
Mapa: Wikimedia Commons.
"Tommaso Porcacchi, en Le isole più famose del mondo (1590), nos describe una Taprobana llena de riquezas, sus elefantes y sus enormes tortugas, y también habla de la característica atribuida por Diodoro Sículo a sus habitantes, que tendrían una especie de lengua bífida («doble hasta la raíz y dividida; con una parte hablan a uno, con la otra a otro»)". Umberto Eco.

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