Los templarios en Barcelona. La comanda.

Los templarios en Barcelona. La comanda (encomienda): establecimientos templarios.


"La ferviente admiración o casi veneración que se les tributaba se truncará en odio cuando finalmente sean expulsados de Tierra Santa. Se elevarán voces de envidia en torno a sus encomiendas azuzadas por la avaricia. (...) 
Su poder y su fortuna no dejaban de inquietar a los gobernantes. ¿En qué los emplearían si Jerusalén se había perdido sin remedio? Además había que encontrar un responsable a este fracaso de Occidente. La astucia de Felipe el Hermoso y de sus partidarios consistió en achacarlo a los supuestos desfallecimientos, crímenes y vicios de los templarios. No les faltaron cómplices: prelados secretamente hostiles a la orden y clérigos impacientes desde hace largo tiempo por recuperar los diezmos que habían tenido que sacrificar, además de un Papa inseguro de su elección por las intrigas del propio rey. Quizás Felipe el Hermoso tuvo algo de grandeza, pero encarnaba muy exactamente la anticruzada como falsificador de monedas y opresor de los judíos por necesidad." 
Georges Bordonove (1920-2007) Escritor y biógrafo francés de los reyes de Francia.


Puerta de la Iglesia de Santa María, en  el Carrer d'Ataülf, nº 4 de Barcelona. Conserva restos de la capilla templaria de la "comanda", como su decoración esculpida. Posteriormente, la capilla quedó incluida en el complejo gótico del  palacio de la reina: Palau Reial Menor (Palacio Real Menor)  actualmente desaparecido, derrumbado por sus últimos herederos, la Condesa de Sobradiel, en 1847, para la nueva urbanización moderna.
Elies Rogent i Amat, arquitecto barcelonés del S. XIX, reconstruyó en el año 1868 la puerta de esta iglesia, reaprovechando los elementos de la antigua portada románica.
Esta portada constituye los únicos vestigios románicos conservados de la que fue la capilla templaria de la Comanda de Barcelona.,
 siendo los restos de una puerta lateral que tuvo dicha capilla.Se observa la estructura de un arco abocelado y una banda con decoración en zigzag, típicas del románico. Entre las arquivoltas y los montantes se conservan algunos frisos románicos, con representaciones de elementos vegetales y estrellados.Toda la decoración escultórica de esta puerta corresponde a mediados del S. XIII.
La inscripción de la linda moderna reza: DOMUS DEI ET PORTA COELI ("La casa de Dios y la puerta del Cielo").
Debajo de los brancales que sostienen la linda del arco de la puerta, en la arquivolta exterior, todavía pueden contemplarse dos ménsulas con figuras humanas, que constituyen los elementos más interesantes de la portada románica templaria..
Foto: Marta Jordán Bonet.

Ménsula de la parte derecha, con una representación femenina, interpretada como una reina. La figura porta una corona, símbolo de poder entre el cielo y la tierra y levanta su mano derecha, signo de autoridad y bendición, aunque ésta se ha perdido. Con la mano izquierda sostiene su vestido de nobles pliegues. Su cara es muy rechoncha y graciosa.
Foto: Marta Jordán Bonet.




Ménsula de la parte izquierda, con la representación de un personaje masculino con corona, seguramente se trate de un rey, coronado por la mano de la jerarquía eclesiástica, en nombre de Dios. Levanta sus manos, como un juez, pero sumiso ante Dios como un orante, como las "jasmas" (manos orientales), con todo el simbolismo de mostrar las palmas de las manos. Cirlot documentó afinidades entre la Mano de Dios de Occidente y las jasmas amuletos islámicos, la mano como "protección, autoridad, fuerza y poder". Está vestido con lujo, con su túnica y manto, símbolo de poder, de la tarea encomendada y de protección a sus fieles súbditos. La parte inferior de la escultura no se ha conservado. Los historiadores del Arte, creen ambas esculturas fueron realizadas por el mismo tallista de piedra, de calidad media.
Foto: Marta Jordán Bonet

"La casa del Temple de Barcelona va ser una comanda important com ho foren també tots els convents templers establerts en ciutats catalanes (Tortosa, Perpinyà, Gardeny); fou la casa que corresponia a la ciutat que esdevingué capital del Principat català. Malgrat això, no ha estat fins ara gaire estudiada". ECSA

Desde el principio los templarios estuvieron envueltos en la leyenda, el misterio y lo mediático. La realidad histórica nos cuenta que en sus orígenes fueron una orden militar, formada por la necesidad de los monjes de acoger a los peregrinos que llegaban de Jerusalén, en unos centros conocidos como hospitales, que eran dirigidos por los mismos monjes, bajo el patronazgo de ricos mercaderes italianos, para defensa de los intereses comerciales que aparecieron en el S. XII. Aquellos monjes, algunos creyeron se estaban militarizando, pero en la mayor parte de las ocasiones, lo que hicieron fue "contratar" dentro del estilo feudal de vasallaje, a caballeros militares de la nobleza, que llevaron los emblemas de las órdenes para las que sirvieron.

En el año 1197 los templarios empezaron a abandonar Palestina, dirigiéndose al Imperio alemán, creando Prusia y evangelizando a los pueblos eslavos. Tanto templarios, como hospitalarios, empezarán a abrir sus establecimientos en Europa, que la historiografía ha denominado como encomiendas, y en Catalunya se conocieron como les comandes.


Pintura anónima que representa una parte de la comanda templaria de Palau (Encomienda templaria de "Palacio").
"La casa del Temple de Palau comprenia, des de el principi, la casa de Barcelona ciutat i la de Palau-Solità - Vallés Occidental -, regentades  per un únic comandador. Les primerres donacions a Barcelona i al Vallés arribaren a l'orde a l'inici de la tercera dècada del S. XII, just quan el Temple decidia col.laborar amb els comtes catalans en la conquesta de les terres ocupades pels sarraïns" Miret, 1910/ ECSA.
 Imagen: ECSA/Arxiu Fotogràfic de Museus/ Museu D'Història de la Ciutat 

Los templarios de Barcelona desarrollaron una intensa actividad económica y su principal negocio, fue el desarrollo urbanístico. En el Carrer Avinyó y las calles que desde aquí nos conducen a la Rambla, donde se encontraba la antigua muralla del poderoso rey medieval Jaume I, fueron urbanizadas por la orden templaria a mediados del S. XIII. Podemos pensar en los antiguos templarios, como grandes empresarios de la ciudad, no tanto como en caballeros guerreros, en este caso, grandes constructores y administradores de propiedades. 
En 1237 Jaume I les otorgó un privilegio, las cartas de protección individual. Los reyes de la corona catalano-aragonesa fueron protectores de los templarios, y sólo actuaron en contra de ellos, cuando les obligaron (Papa y rey de Francia). Obtuvieron más privilegios reales como: la concesión de derechos para la acuñación de monedas; els alfòndecs del Mar: tres establecimientos reales cerca del mar, donde hoy se encuentra la Plaça d'Antonio López, primer marqués de Comillas, cuya estatua fue retirada de la misma plaza, por el Ayuntamiento de Barcelona por ser un personaje histórico esclavista y enriquecido con el tráfico de mujeres, durante la era de las colonizaciones del S. XIX. También se otorgaron privilegios relacionados con los productos, para favorecer a la Orden, como el roldor (un producto vegetal para adobar pieles).
Sus negocios han quedado bien documentados en la Historia. Realizaron tratos financieros, con judíos, para préstamos. Desarrollaron actividades navieras, para el envío de personas y mercancías a Tierra Santa.
La isla de casas que conforman las calles: Ataülf, Palau, Templers y Comtesa de Sobradiel, se convirtieron en núcleos de fortificaciones templarias urbanas, como sucedió en otras ciudades donde extendieron sus redes de influencias.


El reinado de Jaume II, rescatador de reliquias, cautivos y protector de los peregrinos, vio caer en mayo de 1291 los territorios geoestratégicos de San Juan de Acre en Palestina, por la fuerza de los soldados mamelucos (Kelaun). San Juan de Acre había sido considerado el baluarte de los cruzados cristianos y un puente comercial de gran valor de los mercaderes italianos al Lejano Oriente.

Una vez abandonaron Palestina, los cruzados ejercerán de banqueros de los comerciantes occidentales, despertando envidias y hostilidades entre personajes tan poderosos, capaces de aniquilarles, como reyes y papas.

Jaume II , de protector de los templarios, durante la persecución por intereses, deseó administrar sus bienes, que finalmente fueron encomendados por el Papa a otra orden, la de los hospitalarios. 

Imagen:
 Jaume II. Manuscrito genealógico del Monasterio de Poblet. Viquipèdia.






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