La Coca de Mataró. Una nave mercante catalana de la Baja Edad Media.



El modelo de Mataró. Un modelo a escala de la coca, una nave mercantil catalana de la Baja Edad Media.



"El más interesante de todos los modelos navales". Van Nouhuys, 1931

"La reproducción a escala más antigua de la cultura occidental y una fuente de información única para la investigación científica en arquitectura naval e historia marítima". Sjoerd de Meer. Conservador de Cartografía y navegación. Museo Marítimo de Rotterdam



La Catalunya medieval, por su privilegiada posición geográfica y costera, orientada al Mar Mediterráneo y a las potencias,  vivió una expansión mercantil y urbana de gran importancia. A partir del siglo XII vio aparecer una nueva clase social, los mercaderes, que iniciarían una ascensión imparable, consecuencia del crecimiento interno de la propia sociedad catalana.

La clase mercantil, constituyó la imagen de una nueva sociedad, que estará relacionada con los acontecimientos más importantes de las ciudades. La iglesia, hasta aquel momento, con el predominio total, el centro de cualquier actividad de relevancia, vio resurgir de la expansión mediterránea, unos nuevos señores urbanos, crecientes en poder y riquezas por la obtención de los beneficios, con el consiguiente crecimiento de las finanzas públicas, quienes incluso empezaron a practicar una nueva escritura funcional, elaborando sus propios libros de cuentas, a hacer donaciones, participar en los asuntos públicos de interés y en la construcción de grandes obras para la ciudad.

A partir de aquella revolución comercial que se produjo en la Baja Edad Media, el comercio y la organización mercantil, precisaron de las herramientas para proyectarse, sin duda, las naves conocidas en catalán como coques, fueron imprescindibles para este desarrollo. 

Usualmente las naves se construyeron en las drassanes catalanes (atarazanas). Tenemos noticia de ellas en toda nuestra costa, nombradas en las crónicas medievales: Roses, Torroella de Montgrí, Palamós, Sant Feliu de Guíxols, Tossa de Mar, Sant Pol de Mar, Tarragona, etc. 
El ejemplo más destacable, por su excepcional conservación y su prestigio, son las Drassanes Reials de Barcelona, que dependieron directamente de la intervención real, donde se armaron las grandes naves necesarias para la expansión del Mediterráneo y los intereses mercantiles. No hemos de olvidar a todas las instituciones y espacios que protegieron y desarrollaron sus intereses, como las llotges (lonjas), El Consolat del Mar (consulado del Mar), los consells (los consejos), por supuesto, también el puerto medieval.




La Coca de Mataró. S. XV. Supuesto modelo votivo procedente de la Ermita de Sant Simó de Mataró (Barcelona, Catalunya). Actualmente se duda proceda de esta ciudad en concreto,  pero si creen representa la nave catalana.  
Museo Marítimo de Rotterdam. Viquipèdia.




Detalle del retablo del altar de Santa Úrsula y las once mil vírgenes de Joan Reixac en Cubells (Lleida, Catalunya) , que reproduce la típica nave comercial bajomedieval con sus timones. Arte gótico, S. XIV. Viquipèdia.








Las embarcaciones medievales catalanas comerciales tuvieron un aspecto redondeado, de cáscara de nuez. Se propulsaron a vela, siendo más lentas y bastas que las de guerra. Aunque en algunos casos estuvieron listas para combatir.

Las naves de guerra (las galeres) tenían un calado bajo y remeros, aparte de velas para los momentos necesarios, más rápidas y manejables, para salir y atracar en aquellos puertos arenosos y estuarios fangosos medievales. 

Las Cruzadas abrieron una puerta a la navegación, siendo preciso construir barcos más eficientes, puesto que los anteriores medievales eran toscos. La influencia en la construcción naval que aportó la experiencia nórdica también fue determinante.

Los barcos más conocidos fueron las coques y las naus. Las cocas catalanas derivaron de las kogges. 
En 1304 existe noticia de las kogges en el Mediterráneo, a partir de unas incursiones violentas que realizaron estas embarcaciones prodecedentes de Bayona (Francia) para atacar, atravesando por el estrecho de Gibraltar. Este hecho, haría adoptar a catalanes e italianos este modelo, constituyendo una revolución naval.  
Podríamos establecer un orden cronológico entre estos tipos, sería: kogges, cocas y finalmente las naus, puesto que a partir de 1437 se pierde su pista en los documentos, en los que se pasan a llamar naus, por lo que se conoce no siendo exactamente el mismo barco, pues sufrió algunas modificaciones.

La coca y la nau, de un sólo palo, dos y después de tres, con sus velas cuadradas, con elementos nórdicos, fueron las embarcaciones con mejores cualidades para la navegación marinera, por su carga, útiles para un recorrido por la mediterránea, con sus grandes cascos, castillo de proa, con escotillas, donde a modo de defensa, pudieron ubicarse algunos arqueros, disparando sin ser alcanzados, para defenderse de los terribles piratas e inevitables guerras.
Estas naves influenciarán a todo el resto de la navegación a vela.
Las cocas principalmente transportaron cereales, vino, aceite, sal.

La coca del modelo de Mataró constituyó una de las últimas realizadas, puesto que su cronología parece posterior a 1437 (datada entre 1456 a 1482). Creen que el modelo fue realizado por un experto, probablemente un constructor naval, por lo investigado de sus proporciones y elementos, los expertos suponen que se trate de un modelo a escala. 
Las medidas del modelo son: 123 cm de eslora y 45 cm de manga.


El modelo contiene algunos restos, todavía detectables, de resinas y su cubierta de brea, lo que resulta bastante misterioso, porqué su función de exvoto lo encerraría en una iglesia. Siendo la brea utilizada para soportar lluvias y humedades. ¿Flotó alguna vez, o estuvo en exterior? Los especialistas piensan que quizá en algún momento fue expuesto al exterior.

La coca de Mataró posee defensas, varias en estribor y babor, una de ellas se ha perdido para siempre. Aquellas defensas sirvieron para proteger el navío durante operaciones de entrada a los puertos.
En proa y en popa se puede apreciar el castell (castillo), unas construcciones elevadas. También tiene un palo largo con una cofa, ambos pintados de color rojo.

La nave contiene representaciones artísticas, bellos ejemplos de como sería la ornamentación naval de los barcos medievales catalanes y mediterráneos, tanto en el castillo de proa, como en un mascarón del que no se ha conservado prácticamente nada, con un monstruo marino, similar al que ostentaron en épocas más antiguas los vikingos y los normandos. En la popa, cerca del timón, todavía se pueden apreciar restos de una figura alada con estandarte y jarro de flores.

Por todas sus características, en particular por ser la coca de Mataró una representación tridimensional, se convierte en el único ejemplo en el mundo del S. XV, quizá de toda la Edad Media, de ahí su excepcionalidad. Aparte de la investigación de la arqueología subacuática,  descripciones de documentos (todo debe combinarse), normalmente, la navegación medieval necesita de modelos representados para su posible reconstrucción, porque la mayoría de materiales son demasiado perecederos, algunos desaparecieron para siempre, para ello se revisan las representaciones del Arte: esculturas en bronce y piedra, miniaturas, manuscritos, sellos de ciudades, dibujos, grabados, cartas marinas, etc. pero todos ellos son bidimensionales, en cambio, la coca de Mataró se asemeja a una maqueta, la información que proporciona al estudio de la historia de la navegación es privilegiada.

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