La abeja. Los símbolos y la naturaleza.

La abeja. Los símbolos y la naturaleza. El filósofo teólogo e investigador francés Jean Chevalier y su colega el antropólogo Alain Gheerbrant, en 1969 colaboraron para publicar un extenso diccionario de símbolos, que nunca fue superado. 

"La presencia de los símbolos posibilita, pues, aquel discurrir acerca de ellos que constituye la sociedad, la historia y la cultura. La significación en general, la concepción del mundo, las doctrinas, las teorías, las ideologías, se construyen socialmente." J. Olives Puig, filósofo y humanista, fue catedrático de la UIC (Universitat Internacional de Catalunya).

"Todos los sabios y los genios de la humanidad han reconocido que la naturaleza es la principal maestra." J. Olives Puig, filósofo y humanista, fue catedrático de la UIC (Universitat Internacional de Catalunya).

El símbolo supera a la razón, pero se interpreta con el pensamiento y no siempre estará al alcance de todos, pues requiere de unos conocimientos previos para proceder a su interpretación, por lo tanto, la imagen no siempre habla, en este caso es pensante. Podríamos considerar al símbolo como la filosofía que emana de una representación, las ideas que encierra.
Los símbolos entrañan un sentido solar o lunar, diurno o nocturno, positivo o negativo. Algunas veces, su significado es universal, pero lo lógico es que cada cultura y civilización le proporcione un significado distinto o sufra algunas transformaciones. Está fuertemente vinculado a las religiones, éstas siempre han utilizado el símbolo como un vehículo para conducir a los fieles.

"Ve a ver la abeja y aprende cúan laboriosa es" Prov. 6,8.

"Pues la abeja liba de las flores todo un prado para unicamente formar una sola miel" San Clemente de Alejandría (Stromata, 1).

"Imitad la prudencia de las abejas". Ejemplo de vida espiritual de los monasterios. Teodoro de Filadelfia. 

"Los verdaderos creyentes se parecen a las abejas que eligen las mejores flores." Huan.

 Diosa abeja, relacionada con Artemis, con cabeza humana. Placas de oro, S. VII a.C. British Museum.


El símbolo de la abeja es muy antiguo, tanto como las primeras civilizaciones y se puede encontrar en Mesopotamia, concretamente fue el símbolo real de la ciudad caldea Ur y llega hasta la Historia Contemporánea, siendo el emblema de la Francia Imperial.
Clasificada como un símbolo solar, cuyo valor simbólico es natural (piedras, metales, árboles, frutos, animales, fuentes, ríos, océanos, mares, valles, plantas, etc.).
En el Antiguo Egipto se relacionó con el rayo, simbolizando el alma, naciente de las lágrimas del dios solar Ra, que llovieron sobre la tierra.
En China su lado es negativo, pues se relaciona con la guerra.
En África la abeja se narra en una fábula, en la que ejerce de personaje humano y le confieren una organización social.
En Siberia, Asia Central y América del Sur, la abeja es el alma de los difuntos.
Para los musulmanes de Siria, el propio Alí, "león de Alá", ostenta el título de "príncipe de las abejas" Las abejas pueden ser según creencias musulmanas, ángeles o fieles.
Los celtas y otras culturas bebieron vino con miel. Para los celtas confería la inmortalidad.
Para los semitas el símbolo de la abeja se representa con el lenguaje. Símbolo del orden y la luz de la sabiduría. Significa el hijo del rey, la realeza, el iniciado, siempre conectado con lo divino.
Para los griegos jonios de Efeso, tuvo un sentido iniciático y ritual, pues las sacerdotisas eran llamadas abejas. Virgilio nos contó sobre estas virtudes.
Las abejas fueron representadas sobre las tumbas, como signos de resurrección. Puesto que en invierno, la abeja pasa 3 meses encerrada en su colmena.
A la abeja se la relaciona con el tiempo y con la resurrección de Jesucristo.
Para la religión griega antigua, fue el alma que descendió de las sombras, preparando su retorno. Identificada con la diosa Deméter. Según Platón, las almas de las personas adoptaban la presencia de abejas, como en una reencarnación.
La abeja es un animal de elocuencia, poesía e inteligencia. Como exponen las leyendas de Píndaro y Platón, donde las abejas se posan en los labios y entran en la boca.
Virgilio cantó sobre las abejas y su influencia llegó hasta la Edad Media.
La abeja como ser inteligente sigue muy viva en la Edad Media. También por la miel y su aguijón, la abeja será un emblema de Cristo, por su dulzura y misericordia, pero formando un ejército, como cuando Cristo es juez. Por lo tanto, las abejas conforman las virtudes cristianas.
Virgilio cuenta que las abejas son símbolo de la castidad. El diseño de su cuerpo le da un equilibrio con el alma.
Según algunas leyendas antiguas, las abejas podían crecer por generación espontánea, desde un animal muerto que había sido sacrificado en un ritual sagrado, como en las fauces del león sacrificado por Sansón.
Las abejas tendrán nombres, como Débora y podrán ser el canto a la victoria.
La miel será el alimento de los místicos y otorgará la riqueza del espíritu (Orígenes, Homilia VI).
Para Bernardo de Claraval, autor cristiano medieval, la abeja es el símbolo del Espíritu Santo.
La abeja como símbolo solar, es ígnea, puede ser de fuego.
Representa a las pitonisas griegas, a las sacerdotisas de los templos, purifica con el fuego y alimenta con la miel, quema con su aguijón e ilumina con su fuego.
En las representaciones sociales, las abejas, son el orden y la prosperidad, signos de reyes y emperadores, por su valentía y ardor guerrero.

De Natura animalium, Cambrai ca. 1270. Douai, Bibliothèque municipale, ms. 711, fol. 37r




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